TODO SE ACABA

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por mucho que llegues a sentir que nunca dejaras de sufrir hay un momento en la vida en que dejas de sufrir, no es fácil decir como pude salir de ese hoyo en el que yo misma me encerré.Me encontraba en la plaza comiendo un helado, después de acabármelo decidí ir a un parque, mirar el cielo azul y decidi recostarme en el hermoso césped.

las rejas de todas las comunidades se encontraban abiertas listas para que cualquiera pudiera entrar, por mucho tiempo permanecieron cerradas debido al miedo que tenia, esa inseguridad que te mata desde adentro y no te deja ser quien en realidad eres.

mi abuela decía que nunca dejabas de sufrir hasta que morías, pero también decía que siempre debías aprovechar los momentos felices que se te presentaban, pues nunca se volvería a repetir el mismo momento y tenia razón, jamás volveré a sentir por alguien el amor que le tuve a Esteban y jamás volveré a ver a mi padre como la persona cariñoso que en algún momento fue y tampoco daré a luz al bebe que tanto desee tener.

pero estaba lista para tener una nueva vida, aun así fuera sola pues "NO DEBES TEMERLE A LA SOLEDAD, MUCHAS VECES ES BUENO RECORER EL CAMINO SOLO" y aun que tenia a Zel a los niños y a Javier, me hacia falta lo mas importante YO.

y aun que sabia que mi camino aun no acabaría la ansiedad ya no era un problema pues ya tenia una luz que me calmaba, esa luz me guiaría me guardaría toda la vida y me daría eso que nunca tuve...AMOR. Aun miraba al cielo cuando paso, estaba lista, era algo que siempre había esperado, ya no tenia miedo ni dolor en mi corazón, ahora solo éramos yo y yo, me era suficiente, de hecho era mas de lo que alguna vez pude imaginar.

si te preguntas si dolió, puedo decirte que no, quizás para las personas que habían desaparecido de mi mundo si, pero para mi fue todo distinto, me levante del frio pasto y decidí volver a las rejas verdes para entrar en casa, estar ahí siempre me daba paz, ahí estaba ella mirándome con sus hermosos ojos, se parecía mucho a mi o quizás yo a ella.

ella me miro y me sonrió mientras extendía sus brazos lista para recibirme, siempre fue como la imagine, dulce, guapa, cariñosa y por fin estaba ante ella lista para ir con mi madre a casa. cuando corrí a abrazarla ya no era esa adulta de casi treinta, era esa niña que lloraba por las noches con la esperanza de algún día conocer a su progenitora.

EL DOLOR SE HABIA ACABADO, LA TRISTEZA, LA ANSIEDAD, EL MIEDO, SOLO QUEDABA PAZ, TRANQUILIDAD Y LIBERTAD, JUSTO LO QUE SIEMPRE DESEE TENER Y POR FIN LO TENIA.





OSCURIDAD INTERNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora