Las mañanas en el santuario de Atena no siempre pueden ser tan tranquilas y hermosas como la de este día.
Después de un entrenamiento algo riguroso con su maestro, un pequeño Lemuriano de cabellos naranjas que le llegan hasta poco más debajo de la nuca, tiene una estatura baja debido a su condición de niño, unos ojos morados tirándole al lila, un poco grandes. Como la gente de Jamir el posee dos tikas o más bien puntitos en la frente en vez de cejas de un color morado.
El pequeño quien respondía al nombre de Kiki, se encontraba vagando por la zona cercana del santuario, siendo este lugar un bosque muy pacifico aun después de tener prácticas de santos y aspirantes de estos, tan próximos y derramamiento de sangre.
A veces la belleza se encuentra tan cerca de la carnicería sin importar el tiempo y eso es algo que tocaremos en esta bella historia.
Estando en una roca sentado pensando en muchas cosas, aunque por un momento desearía alejarlos, pues todo esto le ha causado un dolor que no se compara con el entrenamiento a aspirante de Santo de Aries.
Su mirada de diviso hacia el cielo, recordando la causa de su dolor.
Cerrando sus ojos, fue como aquellas imágenes comenzaron a dispararse.
---Flash Back---
Una tarde mientras iba de regreso con su maestro después de hacer algunas compras, observaba los alrededores, con su típica sonrisa dulce y adorable de un niño de ocho años, que se sentía realmente contento estar disfrutando una probada de una vida normal y más el estar acompañado de la única figura paterna que había conocido dese siempre.
La mayoría de las veces las sonrisas que demostraba se las dedicaba a aquel caballero de Atena que poseía unos bellos cabellos de color lila y lisos atados a la mitad con un lazo.
Este también devolviéndole las sonrisas, mientras llevaba en sus manos aquellos víveres que necesitarían durante toda una semana en la torre que ellos utilizaban para vivir en Jamir, cuando reparaban las armaduras y también entrenaba al pequeño en esa maestría.
Sin embargo a veces esos pequeños momentos de alegría pueden traer con ellos una amargura que en vez de ser efímera se puede quedar con nosotros por mucho tiempo
-Maestro, hoy hemos comprado muchas cosas- Decía el pequeño mientras caminaba con los brazos para atrás, mirando al hombre a su lado.
-Tenemos un gran encargo de reparación- Levantando su mirada hacia adelante, mientras salía del pueblo de Jamir.
-¿Me dejara ayudarlo esta vez? Maestro- Sonrió con unos ojos iluminados de par en par, esperando la respuesta tan deseada por él.
El mayor solo le sonrió tenuemente, mientras le acaricia la cabeza –Creo que ya estás listo para comenzar a ayudarme en más cosas-.
Kiki, al escuchar aquello, se emocionó tanto que corría alrededor de Mu, pues esa noticia la esperaba con ansias desde hace mucho tiempo y al fin podría hacer algo más que solo mirar o pasarle las herramientas celestiales.
Pero un llanto lo hizo distraerse de su festejo, a lo cual miro algo confundido lo que estaba pasando.
Un pequeño niño Lemuriano, se encontraba sollozando en el piso, cubriendo su cara con sus manitas.
Parecía que estuviera perdido o asustado, no se sabía con exactitud pero su expresión siendo de miedo lo definía por completo.
A Kiki, eso le preocupo un poco, aun siendo un niño, el que lloraba era más joven que él, pensó en ir a ayudarlo, pero se detuvo al ver como una mujer adulta, rápidamente se agacho hacia el niño y lo abrazo con fuerza a lo cual el pequeño respondió, con llanto a mas fuerte a estar con ella.
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Un Papá Para Kiki (Shaka X Mu) Yaoi
FanfictionEl pequeño aprendiz del caballero dorado de Aries Mu, ha querido siempre tener una familia, hablando de la manera ortodoxa de siempre. Pero que ocurre cuando el mismo niño se da cuenta que su maestro Mu, tiene actitudes mas propias de una mamá que...