EXTRA: Reflexión y Carta.
Los fantasmas sí existen y están en nuestras cabezas.
Un día te levantas y miras a tu alrededor. Vez a una niña riendo a carcajadas, un promedio perfecto, un hombre sin descansar de su trabajo, una mujer irritable u perfecta o simplemente aquel compañero que duerme durante la clase. Personas haciendo cosas totalmente normales. Pero, entonces ¿Por qué se comportan de esa manera?
¿Por qué es perfecta? ¿Por qué es extremadamente alegre? ¿Por qué no es capaz de mantenerse despierto un par de horas? ¿Por qué es tan malo u come tanto?
Muchas veces no somos conscientes de las vidas u sentimientos ajenos. Desconocemos el hecho de que hay una explicación para todo y que muchas veces las razones se encuentran en un abatimiento mental.
¿Por qué ríe si esta triste? No, él no está triste, tampoco ríe porque está feliz. Es una monstruosa enfermedad que no discrimina ni elige una clase social, a ella todo le viene bien.
La depresión no es un sentimiento. La depresión es un vacío. Muchas veces no somos conscientes de ello e intentamos llenarlo con acciones diarias: trabajo, comer, reír, dormir. Pero aunque intentes jamás lo llenarías, porque la depresión es solitaria y en ella no cabe lugar para algo más.
Es un vacío que consume todo lo que hay en ti hasta el punto de llegar a asfixiarte. Se vuelve incierta porque al llegar en silencio, la desconoces.
Es una soga que se ata en tus pies y te sujeta mientras la pecera se va llenando de agua, se vuelve desesperante y no sabes cómo reaccionar.
Entonces un día te encuentras durmiendo durante horas, o acostado en una cama mirando a todo lados sin ver nada en realidad, riendo de la forma más contagiosa sin sentir la alegría, de tan mal humor que alejas a las personas, hundiéndote en papeles y cafés o simplemente siendo despedido por tus faltas.
Entonces te detienes a analizarte y descubres que estás cansado. Con el tiempo dejaste de reírte o de enojarte, dejas de llorar y dejas de sentir. Te cansas de todo aquello que solías disfrutar y te aíslas del mundo que hay haya a fuera.
La depresión en un demonio que llega a tu vida para hundirte y hacerte creer que la salida es dejar de respirar permanentemente.
Carta de Amber
Había una mujer.
Ella era feliz.
No sé cuando llego, dudo que tú lo sepas. En resumen nadie lo sabe. Pero apareció y esa mujer fue débil, no pude frenarlo ¿Entiendes? Con el tiempo comenzaba a sobrepasarme, ya no sabía cómo escapar de aquel fantasma.
Yo miraba mis alrededores y todo era oscuro. No había luz en mi mundo, Izan.
¿Entiendes lo que es vivir a oscuras? ¿Entiendes lo que es vivir en mentiras?
No te estoy diciendo que me entiendas, (ni yo misma lo hago). Pase toda una vida viendo blanco y negro, ¿Puedes imaginarte lo que sentí al ver colores? Sentí miedo.
No quiero que pienses que te estoy culpando, solo te pido que intentes comprenderme. Tampoco digo que mis elecciones fueron las correctas; pero te tengo una gran noticia: nadie es correcto en este mundo, todos tienen sus fallas, lamento si te herí con las mías, nada fue intencional.
Había una mujer.
Ella se sentía muerta.
Intente corregirme. Puse toda aquella energía que jamás tuve, puse predisposición para curarme. Pero estando allí no sentía que hubiera solución, el vacío seguía. Y mi vida comenzaba a escurrirse entre mis dedos.
Entonces no me sirvió para mejorar. Me sirvió para algo más importante. Descubrí que no todo está muerto en mí.
Hay una mujer.
Ella te ama.
No me siento viva, pero entonces pienso en ti y florecen esas ganas de respirar. Siento que no puedo cargar con este peso, pero cuando pienso en ti sé que tu no me dejarías cargarlo sola.
Entonces esta mujer no siente amor propio, pero cuando piensa en ti sabe que si es fuerte para amarte tan intensamente también sería fuerte para aprender a quererse y sanar las heridas.
Eres la salvación de mi vida.
Y si crees que no te amo, entiende que solo al pensar en ti siento ganas de reír por mucho tiempo más.
Te amo, Izan Kofman.
La mujer que floreció con tu presencia,
Amber Violete Marshall.
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Dulce Tentación(SaboresDeLaVida) ©
Teen FictionUn día sabrás por qué guarde silencio cuando tuve que gritar. Por qué tu felicidad llegó a ser más importante que la mía o por qué te dije adiós cuando moría por quedarme. Un día sabrás que te quise como se quiere pocas veces en la vida. ...