Realmente, ¿Te olvide? [YeWook]

Capítulo 10

Pensamiento de Wook:

Me dirigí a aquella habitación, numero 13 y al entrar veo a la omma de la pequeña, veo como me regala una hermosa sonrisa.

— Se nota que no pasaron los años para ti, dr Wook— me habla amablemente la omma de mi paciente.

Aquellos labios rojizos que heredo su hija de ella.

— Buenas tardes sra Jik — saludo y la sra se sorprende ante mi saludo.

— Con que es verdad los rumores de tu pérdida de memoria— habla la sra.

— ¿Cómo supo que es verdad? — le pregunto con curiosidad, ya que la sra me daba una sensación de confianza.

— Porque vos me llamabas por mi apodo, y prometiste llamarme así si alguna vez nos volveríamos a ver— me responde con una sonrisa.

— ¿Y puedo saber cuál era su apodo? — le pregunto con curiosidad, ella me mira y sonríe.

— Vos mismo me pusiste el apodo— me avisa— Milagros— me dice con una bella sonrisa— y te aseguro que mi hija se llamara así— veo como asiente— porque ella, si es un gran milagro para mí— y yo asiento con ella.

Y no dudaba que yo le haya puesto aquel apodo, porque lo mío, era poner apodos extranjeros.

— ¿Y cómo está mi hija? — me pregunta.

— Ya mejor, ya dejaremos que respire por si sola— hablo con esperanza.

— Sabes — me habla— sos un muchacho único— me hace sonrojar con aquellas palabras.

— ¿Por qué lo dice? — pregunto avergonzado.

— Cuando fui tu paciente, siempre fuiste muy atento conmigo y con todos los pacientes, junto con el dr Yesung, a diferencia de los otros interno o residentes— habla sin parar, y yo me lleno de curiosidad, porque nombro a Jong Woon.

— ¿Así? — pregunto.

— Siii— me responde felizmente— se los conocía como el dúo Kim— me informa pensativamente.

— ¡¿Cómo?! — hablo sorprendido.

— Así los llamaban, porque siempre andaban juntos para cualquier paciente— sigue hablando alegremente la sra.

Y yo me perdía en sus palabas, mientras sentía un leve malestar en mi cabeza.

— Es una pena que no hayan terminado juntos— escucho su voz de lamento— hacían una hermosa pareja— sigue aquella voz de pena.

— ¡¿Qué?! — hablo sorprendido y aquella molestia se convierte en dolor.

— Entonces es verdad lo que me dijo Yesung— escucho que murmura.

— ¿Qué verdad? — pregunto, agarrando mi cabeza.

— Lo mejor será que descanses— me recomienda—, veo que no te sientes bien— me habla preocupada.

— Solo respóndeme— pido y ella niega.

— Mañana te contare todo lo que quieras— me pide.

Yo al final solo asiento, porque aquel dolor aumentaba cada vez, pero llevo conmigo su historia clínica.

Me siento en la sala de enfermería a leer aquel expediente grueso.

Y ahí veo su primer ingreso en el hospital.

Yo hice su nota de ingreso cuando era interno, luego veo el sello de Jong Woon la cual confirmaba que fue revisado mi nota de ingreso con satisfacción.