Capitulo 2: Yo te conozco

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Me desperté con Noah enfrente, quien ya había despertado. Me miraba callado, sus ojos se encontraban achinados como siempre pero ahora se veían más, estaban rojos e hinchados, dándome a entender que había llorado. Yo no lo había escuchado, así que supongo que fue antes de que me despertara o durante la noche. Me incorporé como pude ya que me dolía mucho la espalda y la cadera (no les recomiendo dormir sentados), y me senté derecha, arqueando mi espalda para sonarla.

- Veo que te cuesta dormir- le dije.

-Tenemos que irnos- me contesto inmediatamente, ignorando lo que había dicho.

-¿Cómo? Nos sera imposible escapar si nos cruzamos con alguno de esos- le susurre nerviosa.

Sabia que debíamos marcharnos, porque ademas de tener hambre y sed, no planeaba pasar toda mi vida en un cubículo. Pero seria bastante estúpido de nuestra parte salir a hacer amigos con los devoradores.

Noah recorrió toda la habitación con sus ojos, de arriba hacia abajo.

-Iremos a mi casa, que queda cerca de la escuela. Una vez que estemos ahí, comeremos y descansaremos mejor- suspiro y siguió - Espero que mis padres se encuentren allí y de ahí llamaremos a tus padres o te llevaremos a tu casa.- me decía mientras seguía buscando.

-Mis padres están fuera de la ciudad, me estaba quedando en lo de Olivia.- le dije.

Me miro por unos segundos, tratando de encontrar la respuesta correcta, pero claramente no había.

- ¡Bingo! - soltó luego de ver el pequeño matafuegos que colgaba sobre la pared que ninguno de los dos estaba ocupando. Estaba siendo tapado por un mueble grande, es por eso que ninguno de los dos lo había visto antes.

- ¿Planeas matar a todos con un simple matafuegos?- pregunte irónicamente.

Se levanto, ignorándome por segunda vez, y se puso enfrente de la puerta mirándome fijo, esperando a que haga lo mismo. Suspire y rodee mis ojos e obedecí. Ahora si que iba a ser nuestro fin. No entiendo como pretendíamos sobrevivir con un maldito matafuegos. Me miro y asentí, indicándole a que abra la maldita puerta de una vez, y así fue.

No podía creer lo que estaba viendo, había sangre por todos lados. Cuerpos a medio abrir, cadáveres de gente conocida y de algún que otro devorador, es decir, algunos se pudieron defender. Solo espero que hayan escapado.

Noah estaba delante mio con el matafuegos en mano por si algún infectado se acercaba, mientras caminábamos hacia la salida de emergencia muy sigilosamente.Tratábamos de evitar los lugares como las clases o la cafetería donde había mucha gente. Mas que nada íbamos por los pasillos donde estaban los lockers.

Se escuchaban gruñidos a lo lejos, indicándonos que habían devoradores cerca. A medida que nos íbamos aproximando, me acercaba mas a Noah ya que llevaba nuestra arma letal por si algo pasaba. Estaba tensa, nerviosa y cansada, combinaciones que honestamente nadie quiere tener.

Pero todo se fue cuando vi el cartel de EMERGENCIA colgado por arriba de la puerta y no dude ni un segundo en abrirla, caucionando un ruido terrible.

Noah solo me miro sorprendido y lo único que me salio en el momento fue sonreirle en forma de disculpa, una sonrisa que duro pocos segundos.

Vimos a dos infectados viniendo hacia nosotros a lo largo del pasillo, uno de ellos estaba corriendo . No dudamos en meternos en las escaleras de emergencia y marcharnos lo mas rápido posible. Cerramos la puerta y bajamos las escaleras, saltando de escalón a escalón para ahorrar tiempo.

El devorador ágil nos había encontrado, el muy listo se las había arreglado para abrir la puerta. Por suerte, Noah y yo ya estábamos apunto de salir pero eso no quitaba que la bestia se iba acercando de a poco.

-Esta trabada- me dice Noah con miedo en sus ojos.  

Ay no, esto no puede estar pasando. 

Le devolví la mirada con el mismo miedo que el sentía y comenzamos a empujar la puerta, a pegarle puñetazos pero nada funcionaba. El devorador estaba enloquecido e iba bajando las escaleras y la reconocí. Era la directora de ingles. No tuve tiempo para helarme, seguía golpeando la puerta, casi llorando.

Noah se preparaba para golpearla con el matafuegos, pero no le veía el sentido a a aquello. Hasta que se me ocurrió una brillante idea.

- ¡Lánzate contra la puerta! -le grité . Entonces,comenzamos a tirar todo nuestro peso contra la puerta, causando que la puerta se abriera y cerrándola en la cara de nuestra directora infectada.

Los dos agitados nos miramos cansados mientras manteníamos la puerta cerrada con nuestras manos ya que la directora se lanzaba contra la puerta para poder abrirla.

Acabábamos de vivir probablemente la situación mas estresante de nuestras vidas.

- ¿Y ahora que?- Noah me pregunta agitado. Aish. Como si yo tuviese una respuesta.

Mire hacia todos lados en busca de algo y encontré una pared que daba en contra del colegio, cerca de la cochera de las bicicletas. Ahí nos podíamos esconder o inclusive encontrar bicicletas e ir a la casa de Noah. Era el lugar perfecto para esconderse, nadie te veía pero vos podías ver a los demás. Soy tan inteligente.

-Allí- le señale agitada a Noah, esperando su respuesta de aceptación. Nada. ¿Acaso este chico nunca me va a felicitar por nada? Estúpido.

Noah puso el matafuegos entre la barra de picaporte para evitar que la directora salgara. Aunque ambos sabíamos que iba a durar poco debido a que esta se tiraba muy violentamente contra la puerta. La iba a romper en cualquier momento.

Corrimos hacia al lugar que había señalado previamente. Para agregar a la lista de todas las cosas buenas que nos había pasado en todo el día, todas las bicicletas habían desaparecido. Incluso la de Noah y su hermano, lo que había hecho feliz a Noah, pude notar. Al no tener mas nada que hacer, nos sentamos escondidos detrás de la pared y tratamos de calmarnos un poco.

-Hola- se escuchó de un lado de la pared. Al lado de Noah.

Esto hizo que saltáramos del susto al mismo tiempo. Toda esa relajación que estábamos tratando de conseguir se fue a la mierda. Cuando recuperamos un poco de aire, pudimos observar a la persona que nos aterraba. Era una niña.

La analice bien y cuando te digo que no lo podía creer, es porque realmente no lo podía creer. Era la hermanita mas pequeña de Thomas. Si no lo recuerdan, mejor conocido como mi crush. Algunos dirán que estoy loca, pero hasta me sabia el nombre de la pequeña porque a ver, era mi futura cuñada. O al menos eso quisiera.

-Hola- contesto Noah sacándome de todo pensamiento- ¿Como te llamas?

-Josephine- respondió tímidamente la niña. La rubia estaba limpia, al igual que nosotros. Lo que sorprende por que por lo que podíamos ver, se encontraba sola.

- ¿Estas sola?- le pregunte con un tono dulce para ganar su confianza e impedir que sienta miedo. Seguramente ya había vivido un infierno.

Ella asintió con la cabeza, dejándonos a mi y a Noah muy confundidos. Como es que una niña tan pequeña sea capaz de sobrevivir una noche sola por su cuenta? Encima no tenia ni un rasguño ni nada. Estaba pulcra.

-Mis maestras me dijeron que me quede aquí y que no me mueva, que iban a buscar ayuda pero no volvió- dijo al vernos tan confundidos a los dos.

Dándonos a entender, que la maestra muy probablemente había muerto en el intento, y Josephine quedó sola, por su propia cuenta.

¿Y ahora qué?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora