Cuando terminamos de comer, pudimos conocer mas a Josephine. Era una simple niña de unos 7 años, rubia de ojos celestes con una risa que definitivamente era la mas contagiosa de todo el planeta y sacaba más de una sonrisa con solo mostrar sus pequeños dientes. Era adorable.Se nos paso el tiempo volando y ni nos habíamos dado cuenta. No lo podía creer cuando vi mi reloj de mano, ya eran las cuatro y media de la tarde. ¿Cuando se nos hizo tan tarde? Y comencé a recordar. Eran las nueve y media de la mañana cuando Noah me dijo de irnos, habremos tardado media hora en salir de la escuela a escondidas. Entre que salimos y nos escondimos, encontramos a Josephine y nos subimos al auto, ¿Habría pasado una hora? Eso nos deja siendo las once y media. Entramos a la casa y revisamos todo, va otra media hora mas. Osea doce del mediodía. ¿Comimos y charlamos cuatro horas? Esta niña si que sabe entretener.
- Bueno niña, no lo voy a negar, eres divertida pero debemos llamar a tus padres- sugirió Noah.
Silenciando a toda la habitación. Las risas de la niña habían desaparecido, al igual que mi sonrisa. Lo que Noah no sabia, es que cuando preparaba los emparedados, yo ya había llamado a la madre de Jo. Saltaba directamente al contestador. Al igual que el número de Cindy, su otra hermana.
Yo solo mire a Noah e hice el gesto de no con mi cabeza. Soy una estúpida, debía habérselo dicho antes. El incrédulo, entendió exactamente lo que dije y trato de evitar la situación incómoda marchándose del comedor, yendo hacia la puerta que daba para las escaleras.
-¿A donde vas?- esta vez fui yo la que pregunto.
No era el momento correcto para ir a buscar a sus padres o quien sea que se encuentre ahí arriba. La puerta del comedor-living se encontraba cerrada con llave. Y honestamente no quería exponernos mas, y menos ahora que teníamos una niña entre nosotros. Solo me acerque a el para mirarlo fijo en los ojos.
- No vayas ahora. Espera hasta mañana. Porfavor- dijo la pequeña con voz temblorosa detrás nuestro.
Lagrimas apenas visibles salían de sus ojos. Estaba claro que Jo quería estar a salvo un poco mas de tiempo antes de volver a luchar o mejor dicho, escapar.
-Te prometo que mañana yo misma te acompañare a ver quien esta arriba.- le dije firme, manteniendo la mirada fija a sus ojos, tratando de que pueda leerme. Él seguía con la llave en una mano mientras que la otra mantenía al picaporte.
Saco la mano del picaporte y apoyo la llave en la mesa. Provocando un gran alivio en mi y aseguro que en Josephine. Estábamos a salvo ahora, encerradas en el comedor-living. El cual por suerte, tenia de esos sillones largos grises que son increíblemente cómodos, para poder dormir de la mejor manera.
Pasamos el resto de la tarde charlando y riéndonos como veníamos haciendo. Para matar el tiempo, Noah trajo unas cartas para que podamos jugar en silencio. Sin tener la necesidad de gritar o festejar cada vez que alguno perdía o ganaba.
Luego de un tiempo, Noah se dedico a prender el fuego de la chimenea. Yo separaba los cuchillos filosos y el bate que había encontrado antes, para ponerlos cerca nuestro por si algo salia a llegar mal.
Ya era tarde, se habían hecho casi las diez y media de la noche. Jo estaba muy cansada, me pude dar cuenta al verla bostezar y suspirar cada cinco minutos.
-Jo, ¿Quieres ir a dormir pequeña?- le pregunte y a decir verdad, yo también estaba cansada. ¿Saben lo que es dormir sentada en un cubículo de piernas cruzadas?
Ella solo asintió con la cabeza y se dirijo hacia el sillón gris de la izquierda. En cuanto se acostó, se durmió profundamente. Puedo jurar que salían ronquidos de la boca de la niña.
- Perdón, te debería haber dicho antes lo de los padres de Jo- le dije una vez que me asegure que la niña seguía dormida.
Él me ignoro, no me volvió a mirar. Como le gusta ignorarme, es uno de sus juegos favoritos.
-¿Que haremos?- Me preguntó amarrándose con la manta en el sillón del medio.
Okey ahora se dedicaba a hablar.
-¿Con que?- respondí haciendo exactamente lo mismo pero en el sillón derecho.
- Con Jo y con nosotros.
No sabia que responder. Estaba muy cansada como para ponerme a pensar en esto. Pero la verdad es que enserio, no sabia. No sabia que iba a pasar, si los padres de Noah estaban vivos, ni que sucedería si lo estaban. O en el pero de los casos, si no lo estaban.
-Sobreviviremos- fueron mis ultimas palabras antes de irme a dormir. Lo cual lamentablemente, no pude hacer de inmediato gracias a que todo eso me tenia pensando de aquí para allá.
ESTÁS LEYENDO
¿Y ahora qué?
Science Fiction¿Como te sentirias si todo el mundo se fuese a la mierda y tu única forma de sobrevivir es estando acompañada de un estupido? Te explicare. Mi nombre es Emily Monroe , tengo 16 años y estaba en la escuela cuando el mundo se terminó de ir a la mierda...