Prólogo:

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Era Meiji, Tokio 1868:

Era un día hermoso, el cielo se extendía hacia el horizonte tan claro, puro y hermoso, la brisa fresca bailaba en la copa de los árboles y el sol brillaba en lo alto, un día cualquiera de una primavera en Japón.

— ¡Esperen, no corran tan rápido! — grito Tanjiro desde una distancia alejada de sus hermanos.

No podía más, tratar de correr con kimono no había sido su mejor idea, tuvo que parar para tomar un poco de aire, suspiro inclinado tratando de recuperar fuerzas.

Soltó el aire una vez su corazón se estabilizo un poco, llevando su mano a su pecho para tratar de terminar de controlar sus erráticos latidos.

No era solo por eso el motivo de su inestable corazón, hoy su padre le escogería alfa, al ser el único omega en su familia llena de alfas, debían escogerle un buen marido, para que cuidara de él y engendrara cachorros sanos, y al ser el mayor de todos debía hacer su deber con su familia, más que deber sus padres querían asegurar su bienestar para cuando ellos murieran.

Cada ciertos años se hacia una monumental reunión con todos los grandes clanes de la región, con el fin de poder enlazar a alfas y omegas, para mantener la economía del territorio.

Hoy la reunión se llevaba a cabo en los dominios del gran señor Sakonji Urokidaki, su tierra era basta y abundaba en vegetación, era una tierra fértil y fructífera.

En verdad era una tierra hermosa llena de verde y grandes árboles.

— ¡Tanjiro! — grito la voz de su pequeño hermano, el joven omega salto, se había enclaustrado tanto en sus oscuros pensamientos que no había notado su entorno.

La hierba alta no dejaba entre ver el pequeño cuerpo de su hermano.

— ¡Aquí! —respondió de vuelta comenzando a caminar de nuevo dejando de lado la alta hierba.

Pronto su hermano apareció delante de su persona con un salto y un gruñido alto, provocando que Tanjiro diera un grito de auxilio.

— ¡Takeo!— amonesto el omega tratando de respirar por su boca.

Takeo se rio con todos sus dientes, lagrimeando y apoyando su mano en su estómago.

— Lo siento — logro decir después de cansarse de tanto reír, limpiando una lagrima de felicidad.

— ¿Dónde están los demás? — pregunto el omega una vez logro acomodarse y tomar buena postura.

— ¡Oh! ¡Es verdad! — el pequeño salto conmocionando a los pies del omega.

— ¡Rápido! — grito con emoción, Takeo tomo la mano, apretando sus dedos entorno a la palma de Tanjiro obligándolo a apresurar su paso.

—¡El señor Urokidaki tiene caballos! — volvió a gritar con alteración caminando cada vez más rápido.

— ¡Takeo, más despacio! —apremio el omega, sus pasos cortos le impedían ir al apresurado paso de su hermano, el kimono le impedía tomar pasos largos, terminó siendo jalado por el pequeño alfa.

No muy lejos del lugar los padres de Tanjiro conversaban con posibles candidatos, hasta ahora ninguno era de su agrado para su único hijo omega.

Suspirando Tanjuurou miro a su esposa, negando, ninguno era suficiente para su precioso omega hijo.

Desde aquel accidente donde Tanjiro sufrió una herida en su parte superior izquierda de su frente, que lo había marcado con una cicatriz, por él motivo más noble que existía, para salvar a su hermano menor, se habían jurado nunca imponerle nada a su amado hijo, aun cuando su naturaleza omega se manifestó, no lo hacía menos, el omega era libre de escoger el alfa de su preferencia.

Tanjuurou observo una mano extendida, apareció de improviso así que no podía prever de quien le pertenecía, no fue hasta que siguió el largo brazo que lo supo.

—Muzan Kibutsuji — murmuro con los dientes apretados, tomando la fría mano.

— Tanjuurou Kamado — dijo con cortesía y una media sonrisa.

Tanjuurou abrazo la cintura de su omega, tratando de protegerla de ese hombre.

— Tu hijo ha crecido para convertirse en un hermoso omega—murmuro con palabras melosas, señalando el caminar de su hijo hacia los establos, sus palabras alertaron su lado alfa, ni en un millón de años le darían a su hijo a este hombre.

— Si, es hermoso en verdad —hablo aun apretando la mandíbula, busco una excusa creíble, para poder quitar el interés de Muzan por Tanjiro.

— Pero me temo que no es omega para ti, Tanjiro tiene una cicatriz en la parte izquierda de su frente —dijo un poco más relajado por haber dado con la excusa perfecta, señalando el lugar con su dedo en su propia frente.

— Oh es una pena, se podría saber ¿Cómo se la hizo? —dijo con una ceja arqueada mirándolos a ambos, era persistente, eso volvió a molestar a Tanjuurou, haciéndolo crujir los dientes.

— Para salvar a su hermano — murmuro con la cabeza gacha Kie.

— ¡Oh eso fue muy noble de su parte! arriesgarse así por su hermano ¡Ahora lo quiero para mí mucho más! — dijo con emoción.

—Si Tanjiro te acepta, por supuesto — logro decir Tanjuurou entre dientes, claro que por supuesto que aconsejaría a su hijo que no lo tomara como su alfa.

La mirada de Muzan se oscureció frunciendo el ceño, mirando a Kie para después solo dar un asentimiento seco al alfa del clan Kamado, retirando su oscura presencia lejos de la pareja, con pasos elegantes.

Kie dejo salir el aire que había estado conteniendo.

— Muzan me da escalofríos — dijo con temblorosas palabras abrazándose a su alfa, por protección.

— Si — susurro entre un suspiro, besando la frente de la omega.


Inocente y Sensual  ⌠GiyuuTan⌡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora