¿Nos conocemos? Serie #1 "Cabronas ¿Y Qué? ✔️

❤️ Capítulo 2 ❤️

25 de agosto del 2019

Hola de nuevo España; pienso mentalmente mientras me vienen recuerdos y sonrío para adentro, paso la zona de embarque; recojo el maletín con una mano y con la otra empujo el cochecito de Aidan, mi niño lindo, que llegó a mi vida de una forma brusca y algo inesperada, pero no puedo negar que es lo más lindo del mundo y mi mayor orgullo. Veo que todavía sigue dormido y me rio por la facilidad que tiene para quedarse rendido en cualquier lugar. Es que si le cae una bomba al lado es capaz de no despertarse; ojalá fuera mi caso.

—Anelíííí —escuché los chillidos de mis amigos, me rio ante sus señas y saltos de alegrías que llaman la atención de los demás pasajeros.

Como extrañé a mis locos amigos, ellos iban a visitarme cuando tenían algún chance, pero no era lo mismo. Apuré el paso y me dirigí a ellos tirándome en sus brazos  como si no nos hubiéramos visto en diez años.

—Ay dios, aquí está mi campeón—exclamó Miguel observando a Aidan embelesado.

—Pero que monada, yo me lo comoooooooo —gritó Julia con los ojos humedecidos.

—No se preocupen que van a tener tiempo de comérselo enterito —bromeé.

—Anelí sentimos mucho lo de tu tío, ¿Estás bien cariño? —preguntó Miguel.

Sentí como las lágrimas luchaban por salir, mi querido tío, el hombre que me había dado todo y había sido mi figura paterna desde el accidente de mis padres, había fallecido de cáncer terminal mientras dormía tranquilamente en nuestra casa en Londres. Esa era la razón por la que había regresado a España, tenía que ocuparme del negocio y esperar la lectura del testamento, que daría lugar ese mismo día por la tarde con nuestro abogado.

—Trato de sobrellevarlo, pero duele —noté como se deslizaba una lagrima, rápidamente la limpié con el dorso de mi mano —. Vamos chicos, tenemos que salir de aquí, saben que no me gustan los aeropuertos.

—Sí y ya estamos algo atrasados para la cita con el abogado —dijo Miguel mirando su reloj.

—Vamos el coche nos espera, ¿Me dejas llevar el coche cito? —dijo Julia emocionada.

—Todo tuyo

Me separé para que pudiera agarrarlo, nos encaminamos hacia la salida. Al llegar al carro el chófer de mi tío nos esperaba con las puertas abiertas y con una cesta para niño. Julia acomodó a Aidan y como era de esperar este ni lo sintió. Me dirigí a Ramón para abrazarlo, él prácticamente era parte de la familia. Llevaba trabajando para mi tío desde que era joven y ya rondaba los cincuenta años.

—Señorita Anelí, mi más sentido pésame.

—¿Qué es eso de señorita Anelí?, sabes que nunca me han gustado esas formalidades.

—Lo siento Anelí, a este viejo a veces se le olvida. Te hemos extrañado mucho pequeña. Nora hizo tus platos favoritos y de más está decirte que ese bebazo se lo va a quedar para ella —dijo riendo

—Yo también los he extrañado mucho y con respecto a Nora — esta era la cocinera de la casa y mi nana de pequeña—, sé que desde que vea a Aidan se va a derretir por él. Ahora vámosnos, que tengo deseos de que todo esto termine de una vez.

—Andando entonces

Nos montamos en el coche, al principio nos pusimos al día con los chismes. Al rato mi vista se perdió a través del cristal de la ventana, observando que mi querido Madrid no había cambiado nada en dos años. Escuchaba a Julia y a Miguel hablando, pero tenía la mente en tantos lugares que me costaba seguirles el hilo.  Entramos en la zona residencial donde estaba mi casa, esperamos que se accionaran las verjas de la entrada. Pasamos por los jardines llenos de rosas y tulipanes, por la cancha de tenis, donde tantas veces había jugado con mi tío a base de trampas y apuestas. Sonreí con melancolía, cada rincón de esa mansión estaba colmado de bellos recuerdos. Al bajarme inspiré hondo, sintiendo el olor a jazmín que inundaban mis fosas nasales, todavía recordaba cómo mi tío había hecho que las sembraran para mí un día que vimos un documental de Discovery, decían que desprendían un olor dulce y traía buena suerte a las jóvenes de la casa. Ayudé a Julia a poner a Aidan en el cochecito, cuando oí una voz cargada de emoción detrás de mí.