❤️ Capítulo 13 ❤️

224 60 36
                                    

Adrián:

Todavía no podía creer que Brenda hubiera sido capaz de intentar matar a Anelí. Sentía una gran opresión en el pecho solo de pensar que todo había sido mi culpa. Todavía me costaba asimilar las palabras del detective ¨No te culpes, todo indica que es una asesina en serie¨ La muy desgraciada al parecer había asesinado a más, en su casa encontraron un baúl donde guardaba fotografías y un mechón de pelo de antiguos pacientes ¿Cómo no me di cuenta antes? ¡Me había acostado con una psicópata! Traté de despejar esos pensamientos porque no quería que siguieran por ese camino. 

Luego de haberme pasado casi una hora meditando fuera del hospital decidí entrar de una vez por toda. Desde el pasillo pude ver a Julia y Miguel abrazados en unos asientos frente a la habitación. Me acerqué sigilosamente hacia ellos, Miguel fue el primero en verme.

—¿Dime que atraparon a esa hija de puta? —preguntó él parándose.

—Sí, encontraron pruebas de ese y de otros crímenes más.

—¡Dios! —exclamaron.

—¿Cómo siguió Anelí? ¿Ha despertado ya? —pregunté ansioso.

—Aún no. Los médicos le hicieron un lavado gástrico, está fuera de peligro. Solo debemos esperar a que despierte —me explicó Julia.

—¿Puedo entrar a verla?

—Claro que sí —me dijo Miguel.

—No es necesario que se queden toda la noche. Yo me quedaré con ella hasta que despierte. 

—¿Estás seguro? Te ves algo cansado —mencionó Julia reparando en mis acentuadas ojeras. 

—Sí. Estoy seguro, no quiero separarme de ella.

—Está bien. Pero nos avisas en cuanto Anelí mueva una pestaña —reclamó Miguel.

—No se preocupen —los despedí con la mano viendo cómo se ingresaban en el elevador.

Lo primero que oí al entrar en la habitación fue el bip-bip que salía de una de las máquinas que estaba conectada a Anelí. Noté como mi corazón se resquebrajaba dentro de mi pecho. Parecía estar profundamente dormida, a pesar del respirador y las pequeñas manchas rosas que se estaban tornando visible producidas por el mercurio, ella seguía hermosa. Acerqué una silla a la cama, necesitaba hablarle.

—Dulzura…—balbuceé notando cómo las lágrimas caían con fervor por mis mejillas—. Estoy aquí pequeña… No sé si me estás escuchando en estos momentos. Si es así, quiero decirte que necesitas ser fuerte, necesito que tomes las riendas de tu vida ahora, que vuelvas a mí, porque te necesito para construir nuestro propio libro de cuentos. Quiero que sepas que aquí me tienes, no me moveré de este asiento hasta que me dejes ver esos preciosos ojos tuyos. Sé que lo que te estoy diciendo suena cursi y que en las películas suena mucho más bonito, pero necesito expresarme de alguna manera. ¿Recuerdas el día que nos conocimos? y no me refiero en la discoteca, sino a la fiesta en mi fraternidad, pues ahora lo recuerdo. No sé el por qué, pero ahora te reconozco como la chica que chocó conmigo, me arrojó su bebida y me vomitó. Ahora entiendo por qué tu cara me resultaba conocida y cada vez que te preguntaba al respecto te ponías nerviosa. Necesito mucho que despiertes porque yo…  ¡Te necesito! ¡Dios cuanto te necesito!, también porque quiero enamorarte cada día, quiero que te topes con mis besos en tus despertares, quiero verte reír, bailar y llorar. Quiero que me conozcas, conocerte más a fondo, necesito ver tus muecas, saber si sueltas pequeños ronquidos en las noches. Quiero poner mi cabeza en tu pecho para oír el latido de tu corazón, quiero que subamos juntos al trampolín de la vida, quiero abrazarte a toda hora, quiero que criemos juntos a nuestro hijo y darle uno o dos hermanos. Quiero hacer el amor contigo hasta quedar agotados sin poder movernos, descubrir los lugares que más te excitan, marcar tu piel con mis besos. Pero lo más importante es que el día que me vuelva viejo y pierda la memoria quiero que seas la única a la que le pregunte ¿Nos conocemos? En fin, quiero esto y mucho más solo contigo —dije aferrándome a su mano para llorar como un niño. Rogando a Dios que se recuperara lo más rápido posible.

No sé en qué momento me quedé dormido, pero tuve uno de los mejores sueños de mi vida aferrado a su mano. Una sensación de cosquilla que me molestaba en la cara fue lo que me hizo abrir mis pesados ojos y ahí estaba ese color de ojos que estaba amando cada segundo más. Me paré sobresaltado pensando que todavía estaba soñando…

—Anelí… ¿Estás?… ¡Estás despierta! —llevé mis manos a su cara para tocarla, necesitaba comprobar que esto no era un espejismo. Acaricié sus cejas, deslicé mis dedos por el puente de su pequeña nariz para terminar rozando sus labios. 

—Creías que te iba a dejar preguntarle a otra ¿Nos conocemos? —dijo sonriente.

Holaaa holaaa mis queridos!!!!
Se que el capítulo está algo corto pero quería cerrar con broche de oro con Adrián 🎖️

¿ Qué les ha parecido el capítulo? 🤔
¿ Los conmovió las palabras de Adrián? 😭

Espero que les haya gustado 🤗
Recuerden votar Y dejar sus comentarios!!!

Besitos los quiero a todos Li 😍🤗❤️

¿Nos conocemos? Serie #1 "Cabronas ¿Y Qué? ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora