❤️ Capítulo 9 ❤️

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Anelí

Corría y corría sin parar ¡Nos va alcanzar! Era lo único que tenía en la mente. Vislumbré un pequeño hueco en un árbol seco, no había espacio para mí, pero si para Aidan. Seguía dormido a pesar de haber estado corriendo con él durante media hora. Lo envolví bien en su mantita, lo puse en el agujero y lo cubrí con algunas ramas para que pasara desapercibido. Volvería por él. Mi respiración entrecortada casi no me dejaba respirar, volví a sentir pisadas y una risa, apresuré el paso lo más que pude. 

—¿Por qué huyes pequeña? —gritó una voz ronca.

No me detuve a escuchar. Estaba sola y perdida en ese maldito bosque. El miedo corría por mis venas.

—No corras más. Es en vano, estas en mí casa.

—¡Oh Dios! ¡No puede ser! —chillé al ver el acantilado que se abría paso en frente de mí. Miré a ambos lados buscando alguna solución, pero nada—. Estoy muerta, este es el fin. 

—¿Lo ves pequeña? Te lo dije —exclamó una voz detrás de mí. Me giré hasta quedar frente a frente con el dueño.

—Tú, tú… ¿Nos conocemos? — su cara me sonaba, pero no sabía de dónde.

—¿No sabes quién soy?

—No — susurré reparando en el arma que sostenía en sus manos.

—Pues deberías. Soy tu peor pesadilla.
Un ruido estridente se sintió en aquel oscuro bosque. Sentí como un fuego atravesaba mis entrañas. Llevé mis manos al estómago, noté como se humedecían. Lentamente baje la mirada, mis manos estaban rojas ¡Era sangre!! Me había disparado. Se me hizo imposible mantenerme de pie, caí de rodillas frente a él.

—¿Por qué haces esto? —dije con el ultimo hilo de voz que me quedaba.

—Te lo dije. Pagarás por su culpa y ahora voy a por Aidan — dijo riéndose como todo un sádico.  

—¡Nooo! 

Abrí los ojos apresuradamente, me encontraba envuelta en una capa de sudor. Estaba en mi cuarto, suspiré al ver a Aidan acostado en mi cama ¡Maldito sueño! Mis amigos estaban tendidos en edredones en el piso durmiendo a pie suelto. Ya casi amanecía, nos acostamos entrada las cinco de la mañana. Supimos cada chisme del hospital de Miguel, hicimos momentos de confesiones. Vimos cuatro películas I walk to Remember, Yo antes de ti; Dulce Noviembre, después de muchos lamentos y zalamerías de Miguel vimos el Titanic.  No sé con cual lloré más, solo sé que pequeños momentos como esos son los que hacen que mi vida sea especial.

Por culpa de ese maldito sueño me encontraba desvelada. Decidí bajar al estudio de mi tío para poner todos los papeles en orden. Me desvié a la cocina cuando mi estómago rugió del hambre. Tomé un trozo de tarta de chocolate que Nora había hecho la noche anterior y me serví una cola light bien fría agregándole cinco cubitos de hielo. Con las manos ocupadas me dirigí al despacho, pero un ruido en el interior llamó mi atención. 
Mi cuerpo comenzó a temblar de miedo, pero la curiosidad podía más que yo. La puerta estaba inclinada, por lo que me fue fácil empujarla con la cadera. Me quedé de piedra al ver lo que ocurría, sentí como el plato y el vaso se deslizaban de mis manos haciéndose añicos al caer al piso. La impresora había cogido vida propia, había hojas por doquier, todo era un caos. Fui corriendo a desconectarla, pero uno de los tantos papeles me hizo detenerme en seco. 
Lo levanté para observar mejor, y lo que vi me hizo caer sentada en el suelo. El papel tenía una foto de mi cara con una gran cruz sobre ella, abajo estaba escrito en letras bien grande ¨ Pagarás por su culpa¨. Por primera vez en la vida me quedé en trance. Solo podía ver cómo salían hojas sin parar. Perdí la noción del tiempo, ni siquiera sentí cuando Julia entró corriendo.

¿Nos conocemos? Serie #1 "Cabronas ¿Y Qué? ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora