Capítulo #23: Lluvia y paciencia.

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— Y yo a tí.
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— John...! Dios.
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— John?

— Te amo...— me acerqué a su cara y este idiota seguía dormido...

— Uff... Que susto, no se que habría hecho si de verdad me hubiese escuchado.

Unos segundos después me acomodé y me quedé dormido sabiendo que John no estaba despierto.

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A la mañana siguiente

Desperté a las nueve y John seguía en mi pecho...
Se ve tan tierno con su baba cayendo por su hocico.

— Iugh... Esta encima mío. Voy a tener que ir a lavarme el pecho...

Me moví lentamente para no despertar a John, pero este se despertó igualmente.

— Buenos días...— dijo bostezando el lobo marrón.

— Hola.

— A dónde vas...

— Al baño a limpiarme tu baba.

— Jeje, perdón.

— No pasa nada.

Me demoré unos minutos mientras orinaba, me limpiaba la baba y me cepillaba los dientes, hasta que volví a la habitación.

— Ven que hace frío.— me dijo el lobo café.

— Je, está bien.— me recosté a su lado y lo abracé.
Estuvimos toda la mañana acostados viendo series y películas.

2 horas después... (11:00)

— Quieres desayunar?— le pregunté a John

— Está bien.

— Espérame aquí.

— No, no déjame hacerlo yo.

— Bueno...— me recosté en la cama y John se levantó en su ropa interior a hacer el desayuno.

— Espérame okey.

— Si quieres ayuda dime y voy.

— Que no hombre...

— Jaja, está bien.— es muy dulce, de verdad está intentando conquistarme.

Unos segundos después de que Johm sé fuera empecé a ver mi teléfono y pues no había nada interesante por lo que me puse a esperar mirando el techo pensando en sí debería decirle a John lo que siento por él.

Una parte de mi dice: "díselo! Se pondrá muy feliz y tu también serás feliz" y otra parte de mi se niega, ya que sé que de una u otra forma no seré lo que el espera de su pareja.

— Ahhhg! Porque es tan difícil...

— ¿Qué cosa?- John apareció de repente con el desayuno y me asusté.

— Nada... Es solo que... Todavía no tengo trabajo y tengo que conseguir dinero de una u otra forma.

— Pero mis padres te dieron dinero hace un tiempo y a decir verdad fue mucho.

— Si, pero igual tengo que conseguir uno no crees... Aunque sea de medio tiempo.— Je, se lo compró...

— Igual tienes razón... Pero bueno, vamos a comer que tengo mucha hambre.

— Está bien.

Pasamos la mañana acostados hasta que el hambre atacó de nuevo...
Eran las 3 de un día sábado, las nubes grises decían que la lluvia iba a comenzar.
El invierno había comenzado hace no mas de una semana y por lo menos no nos hemos visto afectados tanto por el cambio climático.

Amor de montaña (Furry-Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora