CAPITULO 3

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POV MAXÓN:

Seis meses han pasado, seis meses desde que cometí el peor error de mi vida; la deje ir... 

-Majestad, la reina madre desea hablar con usted- me dice un soldado, levantó la vista de pronto de mis papeles, el nombre Leger se lee en su placa y yo siento la gran necesidad de correr a golpearlo

-Lárgate- le espeté, este solo asintió y se fue. Desde la salida de América me la he pasado observando a ese guardia, haciendo comparaciones entre él y yo, que podría ofrecerle él a América, como para que ella lo escogiera, América me había dicho una vez que me quería pero dudo que eso haya sido cierto, tal vez solo lo dijo para que la escogiera y así ella nunca tuviera que separarse de él; les arruine el plan, no la escogí y los obligué a alejarse para siempre, como atribución personal me encargué que el soldadito este jamás fuera reasignado a Carolina, jamás estuviera cerca siquiera, si América no iba a estar conmigo, tampoco iba a estar con él.

Salí de mi oficina y fui directo hasta la sala de las mujeres, mi madre me dio el consentimiento de entrar y pasé; mamá estaba en el sofá junto con algunas de sus doncellas observando los noticieros.

-Maxón mi niño- me dijo al verme

-Hola madre- le di un beso en la mejilla-Me dijeron que querías verme ¿Qué es lo que necesitas?- con un gesto hizo que sus doncellas se separaran y nos dieran privacidad- Quería hablar contigo, ha pasado tanto tiempo desde la última vez que pudimos hacerlo y te he extrañado

-Losé mamá pero estoy ocupado- me excusé, la verdad es que desde la elección me he aislado de todos

-De eso nada- me ordenó- siéntate- obedecí- desde que terminó la selección estás tan diferente, tan triste, tan aislado- acarició mi rostro con sus manos  yo rehuí su toque- Kriss me ha contado que no duermes, o bien te la pasas leyendo papeles o ni siquiera llegas a la habitación, Maxón, ni siquiera quieres estar con ella en la intimidad ¿Qué es lo que está sucediendo contigo?- no respondí pero tampoco tuve el valor de mirarla, mi madre sabía muy bien reconocer la verdad con solo una mirada y no podía permitir que ella supiera

-No me está pasando nada- le dije, ella hizo una mueca en su cara en disgusto- solo he estado ocupado, con todo el asunto de los rebeldes y el cargo de ser rey me pasa factura como a todos, pero nada más- le especifiqué, ella soltó un suspiro cansada

-Esta bien, si no vas a decírmelo, por lo menos no me mientas- la mirada de mi madre siempre tan dulce, llena de preocupación por lo que me había convertido- imagino que por tus ocupaciones como rey se te ha olvidado que hoy es el cumpleaños de tu esposa, deberías darte un tiempo e ir a saludarla, o podrías aparecerte en su fiesta de cumplea...

La atención de ambos se desvió directo al televisor cuando escuchamos a la presentadora del programa decir <<América Singer, ha regresado a su casa en los Ángeles después de una gira de tres meses por todo Illéa, como era de esperarse miles de fanáticos la esperaron en las afueras del aeropuerto...>> en la televisión aparecía América, tan hermosa como siempre, lucía de manera sencilla pero elegante, se había detenido a recibir un ramo de flores que le dio una niña, se paraba a tomarse fotos y daba autógrafos, <<Aunque no nos dio ninguna declaración, se sabe de buena fuente que la señorita Singer lanzará pronto su nuevo albún, nuestros mejores deseos para nuestra exseleccionada favorita y que desde luego es la estrella del momento que ha cautivado nuestros corazones>> Me quedé pasmado, viendo su imagen en el televisor, estaba igual que cuando se fue.

Mi madre se aclaró la garganta en un vago intento por cautivar mi atención pero era imposible, los ojos azules de ella observándome tenían toda mi atención.

- ¿Tu crees que Kriss deba invitarla?- me preguntó mi madre de pronto

-¿Qué?- dije desorientado

-Invitar a lady América, ella y Kriss eran amigas y considerando que no vino a la boda, tal vez deberíamos invitarla para la fiesta y...

-No creo que Kriss esté de acuerdo con eso- la interrumpí- ella y America no eran muy amigas, América no era muy amiga de nadie- me puse de pie- pasaré luego a ver a Kriss, hasta luego- ella no dijo nada y yo solo salí.

No me dirigí a mi despacho, sino que fui hasta la tercera planta, directo al cuarto de América, tenía la llave de su cuarto colgada de mi cuello y abrí la puerta y la cerré con llave tras de mí, inmediatamente entré, el olor de su habitación me embriagó, desde que se había marchado había ordenado que nadie limpiará su cuarto, quería mantener su esencia el mayor tiempo que fuera posible.

Saqué mi pañuelo y fui hasta la mesita del tocador que estaba junto a su cama, cogí el pequeño frasco de perfume y rocié mi pañuelo con este, abrí uno de los cajones y de ahí saqué el pequeño reproductor de música, me coloqué los audífonos y escuche su angelical voz, tan suave y dulce, y llena de pasión.

Además del reproductor, había incorporado a su cuarto dos enormes pizarras llenas de fotografías, todas de ella, de su gira, presentaciones, fotos ya sea tomadas por los periódicos y revistas, como las fotos que me había enviado Soria Blanche, mi único contacto con América.

Me recosté en su cama y me abracé las sabanas, emanaban el olor a vainilla que tanto la caracterizaban, puede que me haya casado y convertido en rey, al exterior mi vida había seguido después de la selección, pero en el interior mi vida se había estancado con el fin de la selección, mi corazón se había ido con América, y en su lugar había quedado un trozo de nada que no podía querer a su esposa, ni a su pueblo y un rey que no amaba a su pueblo, era un rey que no valía nada, tan lleno de resentimiento que parecía patético, ¿En qué momento me convertí en mi padre?


LA REBELDEWhere stories live. Discover now