CAPÍTULO 18

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POV AMÉRICA:

Aún no podía creer lo que acababa de suceder, después de la charla que mantuve con Maxon en el jardín creí que ya no volvería a verle, más allá que en los Report, o al momento de iniciar cuando ocurran los enfrentamientos, el plan B, "la misión de ataque", era lo último a lo que la orden quería recurrir, pero de todas formas nos habíamos preparado para aquello; pero ahora todos los planes habían vuelto a cambiar, Maxón había expuesto a televisión abierta que quería formar una alianza con su pueblo, había prometido reformar el sistema y que iba a trabajar codo a codo con nosotros para acabar con los rebeldes sureños, aquello era mucho más que increíble, la gente en la calles andaba eufórica, de regreso en la casa de los Mackenday muchos habían seguido nuestro auto, y otros habían armado sus caravanas en celebración, cantaban y bailaban olvidándose de la hora, por una vez fue como si el toque de queda no existiera; seises, cincos , sietes, ochos, cuatros, treses, se juntaron, por un momento fue como si las castas no existieran; la noticia del acuerdo con el rey se difundió y celebró por todos los rincones de illea.

Pero por más bien que haya salido todo, yo no podía celebrarlo como el resto de los miembros, no dejaba de recordar la fiesta, el baile, nuestra conversación en el jardín, la canción, sus ojos, su forma de mirarme, la forma en que yo lo miré; ¿Acaso aún sentía algo? ¿Acaso yo seguía sintiendo algo? ¿Por qué una simple conversación con él había bastado para remover todo en mi?, creí que tenía autocontrol y ahora descubro que no, y ahora iríamos a palacio, viviríamos ahí, ¿Cómo rayos iba soportar estar en el mismo lugar con él sin derrumbarme? ¿Cómo iba a soportar verlo con Kriss?. No, yo no podría, aquella conversación demostró que no tengo control sobre mis emociones y en cualquier momento terminaría en evidencia, y estaba Noris, no podía hacerle aquello a él, si bien nunca habíamos hablado sobre lo nuestro, estaba claro que había algo, pero no sabía que, desde luego no lo amaba y dudaba estar enamorada, pero ¿y él?, lo último que quería sería herirlo... tenía tantas malditas preguntas sin respuestas, ¡¿Pero que rayos iba a hacer?! había dicho a televisión abierta que aceptaba su propuesta.

-Salió mucho mejor de lo esperado- dijo Noris, sentándose en mi lado, y sacándome de la maraña de pensamientos que se formaban en mi cabeza

-sí- fue lo único que alcancé a decir y forcé una sonrisa; él paso un brazo por mi hombre y con su mano giró mi rostro hacia él, me dio un tierno beso, uno que quiso intensificar pero no tuvo mi colaboración para ello, me aparté lentamente y evité mirarlo, ¿pero que rayos me estaba pasando?- Creo que ya es tarde, voy a casa

-Ya son más de las once, America- me dijo dandole un vistazo a su reloj de pulsera- olvidas el toque de queda

-Creo que hoy no existe tal cosa como el toque de queda, tan solo escuha- guardamos silencio un minuto y escuchamos el sonido de la algarabía de la caravana de gente que se había reunido en la calles

-Pero estarás completamente sola- me dijo

-Creo que ya tengo edad para quedarme sola en casa- le aseguré, me levante y cogí mi bolso acunandolo en mi hombre, él también se levantó- te acompaño entonces

-No hace falta- le dije- quédate a celebrar con los chicos, yo estoy agotada

-¿Estás bien?- me preguntó y yo asentí

-Solo estoy cansada- me puse de puntillas y bese la comisura de sus labios- adiós

-¿Segura que no quieres que te lleve?

-No hace falta- le sonreí y salí de la sala de reuniones, y fui hasta la cocina para esquivar ser absorvida por August, Georgia, Marinella y el equipo de perfiladores, que estaban en la sala, celebrando la apertura del fase tres.

Salí por la puerta trasera de la casa y de ahí tome un taxi e dirección a mi casa, no tardé en llegar más de veinte minutos, cuando me bajé del auto, me quite los tacones para sentir el césped de mi patio y entré. todo estaba a oscuras, y se sentía el olor a polvo, desde que mamá y los niños se habían ido yo no había limpiado, practicamente había quedado deshabitada.

Pasé mi mano por las paredes hasta encontrarme con el interruptor, lo presioné y di un sobresalto cuando vi a alguien de espaldas cerca de la ventana de la pared contraria.

-Bienvenida a casa- dijo una voz ronca y socarrona, que se me hizo terriblemente conocida- lady América- el rey Clarkson se dio la vuelta y me observó detenidamente, sus ojos estaban rojos y sostenía en la mano una copa de lo que supuse era Wisky o algún licor de mi despensa

-Ma...Majestad- dije e hice una reverencia, este hombre no traía nada bueno, me lamenté no haber aceptado el ofrecimiento de noris por acompañarme, ¿Pero que hacía el rey acá? Estaba completamente sola, si él quería hacerme daño nadie más que yo podría impedírselo; dio unos cuantos pasos hacia mi, sin dejar de mirarme, quería intimidarme con la mirada pero yo no la aparté- ¿Qué está haciendo aquí?

-No tuvimos oportunidad de hablar en la fiesta- dijo él, sonriendo maliciosamente mientras hacia girar el vaso de whisky- y yo estaba ansioso por hablar contigo- se alejó de la ventana y se sentó en uno de los sillones, señalo el que estaba  frente a él, invitándome a sentarme, no lo hice

-¿Hablar? ¿De qué quisiera usted hablar conmigo?- intenté que la voz no me temblará, terminó el contenido de su  vaso

-De Maxon- dijo ronco

- ¿No sé que podríamos hablar de él?

-Claro que lo sabes- dijo él- America Singer, "la estrella del norte"; ¿Por qué te escogieron a ti para representarlos?- soltó las palabras con burla y odio- ¿por qué?- negó con la cabeza- sé lo que están haciendo, tu y el revolucionario con el que andas del brazo, ¿Cómo se llamaba? ...

-Noris  Mackenday- le dije firme, seguía sin entender a qué quería llegar exactamente

-ha sí, el Illéa sobrante- dijo- su aparición en televisión me dejo bastante asombrado, un don nadie, un siete que hubiese muerto a los quince de no ser porque su madre  enamoró a un dos idiota, las vueltas de la vida- dijo haciendo un movimiento con la mano- y ahora siendo el símbolo de una revolución

-No entiendo a qué va todo esto

-Por supuesto que lo entiende- me dijo- es la razón por la que estoy aquí

-¿Y cuál es esa razón?

-Quitarle la corona a sus dueños- dijo él,- por eso sé que te escogieron a ti, Maxon es un verdadero idiota, porque en vez de mandar a ejecutarlos por su osadía los ha invitado a palacio- siguió- siempre una decepción

-O tal vez no es un asesino- le respondi- como usted

-Tendría que nacer de nuevo para ser como yo, supongo que tu eres la distracción que han escogido para llevar a cabo el ultraje de la corona

-La orden rebelde no busca el poder...

-¡Pero claro que lo hacen!, lo buscan más que  nada, infiltrarse en el palacio y controlar a Maxon como les plazca, por eso te tu estás metida en todo esto- me señaló y se puso de pie acercándose a mi- tu estás metida en todo esto porque quieren que lo distraigas, ¿No es así?

-Claro que no- le refuté, aquello me parecía asqueroso, él se acercó mucho más y yo empece a retroceder por impulso, en lo que retrocedía él se acercaba, hasta que me acorraló contra la pared 

- pero ni creas que voy a permitir que intervengas en el FELIZ y MARAVILLOSO matrimonio que está formando con Kriss- puso su mano en mi mentón y me obligó a mirarlo- sabías que ansían tener un bebé, es lo único que les falta para su felicidad plena- siguió- cuando llegues a palacio tenlo presente, Maxon es muy feliz con la mujer que escogió en la selección, así que antes de que intentes algo, niña, piensa bien en las consecuencias que aquello traería- acarició mi mejilla, y la piel se me puso de gallina- oí que tu madre manda saludos desde Italia- me congelé al instante, él lo sabía, él los había encontrado, -La veré en un semana, recuerde, mucho cuidado con lo que intenta hacer- se separó de mi- hasta pronto, lady América

Y sin más, salió de mi casa dejándome completamente helada, él sabía dónde estaba mi familia, él podía hacerles daño, aún temblorosa fui hasta mi habitación y cogí el teléfono de línea segura con Italia, tenía que  escuchar sus voces.


LA REBELDEWhere stories live. Discover now