LA REBELDE

CAPITULO 15

POR AMÉRICA:

Entramos a palacio y aunque iba cogida del brazo de Noris sentía que podía caerme en cualquier momento, ¿Por qué rayos me estaba comportando como una cría? 

Las cámaras nos seguían desde la entrada, ambos saludamos amablemente y continuamos sin dar ninguna declaración, Silvia fue la que nos recibió y escoltó hasta el gran salón.

-¿Lista?- me preguntó Noris, por su voz supuse que él también estaba nervioso, asentí y ambos ingresamos.

El gran salón había sido decorado con una paleta de colores tenues y neutros que oscilaban entre colores blancos opacos hasta azules de bajo color, habían distribuidos mesas y sillas, y habían designado un pequeño rincón para los músicos de fondo, era como una fiesta de gala normal, como muchas a las que asistí cuando era la selección, pero aquello se sentía todo menos normal, los invitados enmudecieron al vernos, unos miraban de soslayo, con caras reprobatorias, otros en cambio sonreían divertidos, uno de ellos era Gavril Fadaye que estaba por una esquina coordinando con sus camarografos, me ofreció una sonrisa amable y familiar al verme y yo asentí en agradecimiento, esto apenas empezaba y agradecía eternamente el apoyo no importa que viniera en una sonrisa, en un guiño  como de Celeste que arqueó una ceja en satisfacción por mi atuendo, o por mi ¿Compañero?, so sabría decir, sabía que sería inútil buscar a Marlee, pero en el proceso me di con la grata sorpresa de ver a Natalie y a Elise, una que otra figura política como el alcalde de Ángeles; y demás personas que creí haber visto en alguna ocasión.

Casi al final del salón en  una amplia mesa rectangular desde dónde podía verse todo, estaba la familia real.

Dejando la mesa atrás, Maxon estaba de pie con un traje azul oscuro lleno de medallas, sus zapatos italianos negros perfectamente lustrados y había dejado crecer un poco su cabello rubio, que le llegaba hasta los hombros y le quedaba perfectamente, a su lados estaba Kriss, que lucía un despampanante vestido negro que era pomposo en la falda, que llegaba hasta el piso. y ajustado en la parte de arriba, además de acompañarla con un collar de diamantes, habia recogido su cabello negro a modo de trenza formando con este una hermosa diadema, todo una reina. 

-Majestades- saludó Noris, y ambos hicimos la reverencia debida- es un gusto por fin hablar con usted- se dirigió a Maxon.

Los ojos de Kriss se clavaron en mí, que no dejaba de pasear su vista por mi atuendo, yo le sonreí amistosamente esperando recibir una igual, pero en cambio sus labios se tornaron rectos y al encontrarse con mis ojos, me miró de una forma... ¿Superioridad?, supongo, la misma mirada que me dirigía el rey Clarkson, ¿pero por qué? Yo no le había hecho nada, y ella había conseguido todo lo quería y anhelaba, era la reina y la esposa de Maxon.

-El gusto es mío- dijo Maxon estrechando la mano de Noris, el tono y seguridad en su vos, igual al día en que nos conocimos, cuando me dejo salir al jardín; sus ojos se posaron en mi, pero yo evité su mirada- es muy bueno volver a verla lady América- me dijo él

-Opino lo mismo su majestad- dije alzando la mirada y encontrándome con su mirada chocolate, no desvié la vista, la mantuve, no iba a esconderme como un ratón de sus ojos, me tomo un segundo recomponerme y ofrecerle mi mano, él la beso.

-América querida me alegra tanto que estés aquí- dijo Kriss de pronto rompiendo el contacto visual entre nosotros- ambos en realidad.

-Majestades- dijo Noris de forma diplomática- creo que es mejor que nos dejemos de formalismos y nos basemos en el objetivo de esta fiesta, venimos hablar del sistema de castas y su reforma

-¿Reforma?- dijo Maxon con burla- es así como lo llama a destruir el estilo de vida que hemos conocido desde el nacimiento del país, algo que hemos aceptado y aprendido a vivir, el orden bajo el cuál se rige Illéa.