Despertaste con mucha energía, pues aún te quedaban 3 chicos por visitar, y el primero de ellos sería Shu, así que te dirigiste al armario y tomaste un vestido negro muy elegante, te pusiste unas zapatillas del mismo color y saliste de la habitación en busca de Shu, sólo lo habías visto una vez y por un tiempo muy corto, así que no sabías mucho de el ni de su actitud.
Buscaste en varios lugares, pero por lo visto no se encontraba ahí, y recordaste cuando estabas en el mausoleo con Ayato, Shu apareció en ese lugar esa vez y puede que esté ahí en ese momento.
Saliste de la mansión y te dirigiste al cementerio, llegaste al mausoleo donde habían estado Ayato y tu el otro día, y efectivamente ahí estaba Shu, durmiendo, con unos audífonos puestos que estaban conectados a un aparato que llevaba en su cuello.
Te acercaste poco a poco a el, silenciosamente, para no molestarlo, pero por lo visto no funcionó, el abrió su ojo derecho.
-Eres muy ruidosa Yui.- Dijo Shu con un tono de voz muy bajo.
-Lo siento mucho Shu, no quería despertarte.- Dijiste algo avergonzada.
-Bueno, ya que estás aquí, dame un poco de tu sangre.- Dijo Shu, te tomó de las manos y te jaló hacia el, quedaste arriba de el, Shu rodeó tu cintura con su brazo derecho, y con la otra sostenía tu cabello para que tu cuello quedara descubierto y así poderte morder con facilidad.
Te mordió con delicadeza, pues tus marcas del día anterior no se habían quitado aún y sabía lo mucho que dolería si lo hacía con rudeza y velocidad.
-Esta sangre es de muy buena calidad.- Dijo Shu. -Ahora entiendo por qué estás aquí.-
-Vine porque quería preguntarte algo.- Dijiste algo nerviosa.
-¿Qué quieres saber?- Dijo un poco preocupado.
-Quería saber, que tan buena era la relación de Cordelia con sus hijos.-
-No es algo que yo sepa, creo que te lo dijeron, no todos tenemos la misma madre.-
-Oh, lo siento mucho Shu, creo que debería irme y no molestar.-
Shu te interrumpió dándote un beso, no pudiste terminar la oración, la acción de Shu te sorprendió mucho.
-Hasta el sabor de un beso de una mujer cambia cuando le has chupado la sangre.- Dijo. -Quizás Reiji te diga lo que necesitas saber, ahora vete, interrumpiste mi descanso con tu escándalo.- Dijo con una pequeña sonrisa.
-Bueno, adiós.- Dijiste mientras salías del mausoleo, Shu no te dijo nada que te pudiera servir, pero quizás Reiji si lo haría.
Te dirigiste de nuevo a la mansión y fuiste a la biblioteca de Reiji, ahí estaba el, sentado leyendo un libro mientras bebía una taza de té.
-Reiji, vine a...-
-Ya se a lo que vienes, te diré lo que necesitas saber.- Interrumpió Reiji con un tono serio.
-Creo que te mencionaron que no todos tenemos a la misma madre, Karlheinz, nuestro padre, tuvo 3 esposas, Cordelia, Beatrix y Crhista. De las cuales Cordelia y mi madre Beatrix, competían por criar al hijo que se convertiría en Adán, Cordelia entrenó a Ayato y mi madre entrenó a Shu, tengo entendido que a la muerte de Cordelia, Ritcher Sakamaki, nuestro tío y amante de Cordelia, puso su corazón en el cuerpo de una niña, la cual se convertiría en Eva y elegiría a uno de nosotros para convertirse en Adán. Creo que lo leíste en el libro que tomaste la otra vez.- Dijo Reiji mientras te miraba.
-Sí, leí algo parecido.-
-¿Acaso sabes por qué te desmayas y tienes esas visiones Yui?- Pregunto Reiji mientras se acomodaba los lentes.
-No.- Dijiste sorprendida.
-Bueno, creo que ya lo sabes, te he contado suficiente, así que puedes retirarte y seguir con esto tu sola.- Dijo con un tono indiferente.
-Claro, gracias por todo Reiji.- Dijiste con un tono de agradecimiento, luego de eso te acercaste a el y le diste un beso en la mejilla.
Saliste de la habitación y sólo te faltaba una cosa por saber, en dónde estaba Ayato, y la persona ideal para decirte, era Laito.
Te dirigiste a tu habitación y te arreglaste un poco, y saliste para dirigirte a la habitación de Laito.
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Por Siempre Mía... Ayato Sakamaki
FanficLa novia prisionera azotada con un látigo de espinas bañado en sangre embriágate con una poción de amor llamada dolor y júrame boda sangrienta de la eternidad.