Ahí estabas tú, de pie frente a la puerta de la habitación de Laito, no estabas segura si te pediría tu sangre, pero estarías dispuesta a darlo todo por Ayato, así que entraste a la habitación y viste a Laito acostado en su cama con las piernas cruzadas y sus brazos sosteniendo su nuca.
-Así que has venido sólo por mi Bitch-Chan.- Dijo un poco sonrojado, por la sonrisa que tenía en el rostro podías deducir que estaba alegrado por verte.
-Si, vine a buscarte a ti.- Dijiste con un tono de voz coqueto, mientras le guiñabas el ojo. -Creo que sabes perfectamente bien a que vengo.-
-Sí, te diré lo que quieres saber, pero tendrás que darme algo a cambio.- Dijo Laito mientras se levantaba de la cama y gateaba para acercarse mas a ti.
-Te daré mi sangre.- Dijiste segura de ti misma.
-Descuida Bitch-Chan, lo que quiero no es tu sangre.- Dijo mucho más sonrojado con un todo seductivo.
-¿Entonces qué es lo que quieres?- Dijiste algo sorprendida, pensabas que quería tu sangre, pero por lo visto, no era así.
-Si quieres que te diga donde está Ayato, deberás obedecer todo lo que yo te pida sin excusa alguna.- Dijo Laito con un tono burlón mientras se levantaba de la cama y buscaba en su cajón una venda.
-Está bien Laito, obedeceré todo lo que me pidas.-
-Fantástico Bitch-Chan, ahora te pondré esto.- Dijo mientras ataba la venda en tus ojos.
-¿Puedes ver algo?-
-No.-
-Maravilloso, ahora ven aquí.-
Laito te tomó de la mano y se sentó en su cama dejándote a ti de pie frente a el.
-Te ves muy hermosa con ese vestido Bitch-Chan.- Dijo
-Gracias.- Dijiste en un tono amable.
-Lástima que no lo vamos a necesitar.- Dijo Laito mientras bajaba uno de los tirantes de tu vestido.
Desabrochó tu vestido poco a poco, y con ambas manos bajó los tirantes para poder sacar tus brazos, dejándote en ropa interior, estabas nerviosa.
-Usas lencería de buena marca Bitch-Chan, lástima que tampoco necesitarás esto.- Dijo Laito mientras desabrochaba el broche de tu brassier.
Laito también se quitó la ropa, ambos estaban en ropa interior, estabas preocupada, ya sabías que pasaría después de esto, pero si era lo único que podías hacer para encontrar a Ayato, lo harías.
-Puedes quitarte la venda.- Dijo seductivamente.
Te quitaste la venda y viste a Laito recostado en la cama con la cama decorada con muchos pétalos de rosa.
-Bitch-Chan, ya que eres mi pequeña gatita, quiero que gatees para mí y actúes como gatito que quiere ser alimentado.- Dijo sonrojado.
Te subiste a la cama y comenzaste a gatear y a maullar como una gatita, cosa que a Laito le gustaba, te pudiste dar cuenta por la sonrisa coqueta que tenia en el rostro, Laito tomó tus manos y te acercó hacia el, quedando el abajo y tu arriba.
-Oh Bitch-Chan, no necesitarás esto.- Dijo Laito, estaba manoseando tu trasero, luego apretó fuerte los puños y rompió tu ropa interior quedando así completamente desnuda.
-Que linda te ves así, sonrojada, nerviosa, asustada, desnuda.- Dijo coqueto. -Ahora se buena chica y quítame el bóxer.-
Obedeciste, le quitaste el bóxer con los ojos cerrados, luego lo aventaste al suelo y regresaste a tu antigua posición.
-Bitch-Chan, no puedo resistirlo más, desde que probé tu sangre he tenido tantas ganas de hacer esto.- Dijo sonrojado, tu también te sonrojaste.
No decías nada, es como si tu cuerpo hablara por ti, estabas asustada, pero un tanto ansiosa, Laito es un chico bastante seductivo, sentías cierta atracción hacia el, por lo menos un poco.
-Ahora ven aquí.- Dijo mientras tomaba tu cintura y adentraba su intimidad dentro de la tuya.
-Ah.- Suspiraste.
-¿Te gusta Bitch-Chan?- Dijo susurrando.
Tomó tu cadera y te ayudó a subir y bajar, luego, tu comenzaste a hacerlo sola, buscando tu propio placer.
Laito te jaló de los brazos hacia el y te dio un beso, su lengua jugueteaba con la tuya y mientras te besaba te era difícil hacerlo rápido, así que Laito comenzó a moverse por ti.
-Ah, más rápido, ah.-
-Oh Bitch-Chan, se siente bien ¿No?-
-Sí Laito, sigue así.- Dijiste excitada, quizás al principio no querías hacer esto, pero comenzaba a gustarte, al parecer Laito era todo un experto en eso del sexo y vaya que te hacía sentir bien.
Volviste a tu posición anterior, y comenzaste a dar saltitos sobre Laito, al parecer a Laito le gustaba, estaba muy sonrojado al igual que tu, y suspiraba al ritmo que tu lo hacías.
-Ah Yui, !Me vengo!- Gritó Laito subiendo más y más el ritmo.
Laito salió de tu cuerpo, y manchó tu abdomen de semen, lucía asqueroso, pero podrías limpiarlo después.
Laito se levantó y te tiró a la cama ahora tu quedando abajo, tomó tus piernas y las separó con los brazos, nuevamente entró.
-Ah, Laito, más rápido.- Dijiste con la lengua de fuera.
-Se siente bien ¿Cierto? Así es, saca la lengua como una perra acalorada.- Dijo mientras la succionaba.
-Ah.- Suspiraste.
-Tus besos son excelentes, por supuesto han sido así desde el comienzo ¿Cierto? Puedo sentir como tu cuerpo está ansioso y desea más y más.-
Subió el ritmo a su máxima velocidad, logrando que tuvieras un orgasmo, después de eso, ambos se cansaron, y se metieron a las cobijas desnudos.
-Laito, podrías decirme ¿Dónde está Ayato?-
-No arruines el momento pensando en otro hombre Bitch-Chan.- Dijo con una risita. -Quédate a dormir conmigo, has de estar cansada.
-Un poco.- Dijiste algo decepcionada, hiciste algo de lo que no estabas muy orgullosa, te gustó, no puedes negarlo, pero sigues queriendo a Ayato por encima de todo y te preocupaba lo que el podría pensar.
-Descuida Bitch-Chan, aún no eres nada de el, no pasa nada si no te has casado.- dijo.
Lo que dijo te subió un poco el ánimo, prácticamente no eran pareja, simplemente estaban atraídos uno por el otro, nada era formal.
Laito te acariciaba las mejillas, el tenía una enorme sonrisa, después de unos minutos, ambos se quedaron dormidos.
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Por Siempre Mía... Ayato Sakamaki
Fiksi PenggemarLa novia prisionera azotada con un látigo de espinas bañado en sangre embriágate con una poción de amor llamada dolor y júrame boda sangrienta de la eternidad.