Capítulo 7

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-Estúpida, fíjate por donde caminas.- Dijo el chico con una mirada que daba miedo.
-Discúlpame, no te había visto. ¿Quién eres?-
-La pregunta es ¿Qué haces aquí Yui?-
-Estaba huyendo de Laito.-
-Aquí no puedes huir de nadie, deberías saberlo.-
No dijiste nada, no podías mantener una conversación con alguien que no conocías.
-Subaru, supongo que has de saber mi apellido.-
-Sakamaki, ¿También eres hermano de ellos?-
-Hermanastro, no todos tenemos la misma madre. Creo que no te lo han mencionado.-
-No, realmente no.-
-Ayato, Kanato y Laito, son de una madre, Shu y Reiji son de otra madre y yo, también soy de otra madre.-
-Nadie me lo había mencionado antes. ¿Quién es su padre?-
-El famoso político Tougo Sakamaki, pero para nosotros, no es mas que una persona más a quien odiar.-
No preguntaste por qué, la impresión que te daba Subaru, es que no te diría la razón, quizás nadie lo haría.
-Deberías irte.- Dijo indiferente.
-No puedo, Laito está en mi habitación.-
-Tu habitación no es el único lugar en esta casa.- Dijo mientras se iba y te dejaba sola en el corredor.
Subaru había mencionado 6 hermanos, de los cuales sólo habías conocido a 5, por lo visto faltaba uno, alguien llamado Shu, ¿Será igual de serio que los demás? ¿O quizás pervertido como Laito? Quien sabe, la duda te mataba, ya no tenías nada que hacer, no volverías a tu habitación por el momento, Laito podría estar ahí.
Recordaste que Reiji te ofreció la invitación de ir a leer pero sin molestar, quizás podrías aprender algo nuevo acerca de la familia con la que estabas viviendo, o tal vez podrías leer poesía, o algún relato de tu gusto, quien sabe, pero no sonaba nada mal.
Te dirigiste a la librería de Reiji, comenzaste a ver los libros y uno en específico llamó tu atención "Adan & Eve de Karlheinz". Tomaste el libro y te sentaste en un pequeño sofá que se encontraba por ahí.
Abriste el libro y lo primero que leíste fue:
"Entonces hizo alguien que fuera como el, para que cuidara toda su creación, así que tomo polvo de la tierra y formo al primer hombre que se llamo, Adán. Después hizo caer sobre Adán un profundo sueño y tomo una costilla suya y a partir de ella formo a una mujer, la primera mujer, Eva."
Por lo visto era un fragmento de la Biblia, seguiste leyendo, página por página, cuando algo te sorprendió.
"Habrá una chica humana con el corazón de la hija del Señor de los Demonios; y la sangre de Eva escogería a un Adán y éste obtendría el poder para controlar el mundo y sus descendientes cambiarían el rumbo del mismo."
Terminando de leer esto, sentiste un dolor enorme en tu pecho, tan enorme que te tiraste al suelo retorciéndote de dolor, acto seguido te desmayaste.
Mientras estabas desmayada, tuviste una especie de visión, viste de espaldas a una mujer con un hermoso cabello largo color morado, y un vestido negro, cuando volteó la cabeza para verte, volviste a recuperar la conciencia.
-Creo que olvidé mencionarte que hay ciertos libros que no puedes leer.- Dijo Reiji acomodándose los lentes.
-¿Qué me pasó? Me dolió mi pecho, y luego vi a una mujer vestida de negro.-
-Eso lo averiguarás tu sola.- Interrumpió Reiji. -Ya deberías irte. Creo que has tenido suficiente por hoy.-
-Supongo.- Dijiste algo seria. -Adiós.- Te fuiste.
Ya no sabías a donde ir, te corrían de todos lados, y no podías regresar a tu habitación por miedo a Laito, así que decidiste salir a caminar, paseaste por los jardines y llegaste al cementerio de la familia, vaya que era un lugar amplio, allí, habían sirvientas, criadas, mayordomos, niñeros, etc; pero algo en particular llamó tu atención después de todo era un mausoleo muy bien decorado, entraste para ver quién se encontraba ahí, lo raro fue, que no había ninguna ataúd dentro, pero había una placa dorada que decía:
"Para Karlheinz, líder, padre, esposo, quien fue asesinado por Adán, nuevo líder y señor de los vampiros, que en paz descanse."
Este texto tenía sentido, en el libro que habías leído mencionaba que Adán podría controlar el mundo al ser escogido por Eva, pero ¿Quiénes serían esos 2?
Era un mausoleo demasiado grande para ser dedicado a una persona que aún no había muerto, decidiste recorrerlo, no se ven mausoleos tan seguido, y mucho menos así de grandes.
Llegaste hasta el final del mausoleo, y para tu sorpresa, Ayato estaba ahí, estaba acostado, durmiendo, te pusiste feliz, te acercaste a el, pero no querías despertarlo, así que sólo le darías un beso, y esperarías a que despierte.
Te acercaste poco a poco para darle un beso en la mejilla, pero el despertó.
-Veo que me escogiste a mí después de todo, pastelito.-
-¿Escogerte?-
-Te irás dando cuenta con el tiempo, ahora ven, me he estado sintiendo sediento desde que te fuiste con Kanato.- Dijo mientras se levantaba para acercarse a ti.
Te tomó de la cintura con una mano y con la otra movió tu cabello hacia atrás, te dio un beso en el cuello y te mordió.
Poco a poco te fue empujando, logrando que te acostaras, con el por encima de ti, paró de morderte.
-El sabor de tu sangre cambió desde que me diste tu primera vez, pastelito.-
-¿Dónde estuviste todo este tiempo?-
-Esperándote.- Dijo con una sonrisa seductiva mientras se acercaba a ti y te daba un beso.
Estabas incondicionalmente feliz, ya no necesitabas nada, estabas completa.
-¿Por qué sigues usando ese camisón?-
-No pude cambiarme de ropa, una larga historia.-
-No necesitarás esto por un rato.- Dijo Ayato mientras te quitaba el camisón.
-Aquí no Ayato, no es un lugar apropiado para hacer estas cosas.-
Ayato rió, por lo visto no le importó en absoluto tu comentario, no te preocupó, estabas absolutamente feliz.

Por Siempre Mía... Ayato SakamakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora