Lunes por la mañana. Hoy toca ayuno. Decido fingir despertarme tarde con tal de que no me obliguen a desayunar, por tanto, me quedo en mi cuarto. Relleno agua del grifo que para mi, comparando con España... Es de lo mejorcito. Cojo chicles, los libros de clase, las llaves y... ¿El móvil? Otra vez estoy igual. Que rabia me doy a mi misma. Esta vez ni lo llamo, total. Nadie intenta contactar nunca conmigo. [...]
Al llegar al autobús, veo que Tony no se sube. Qué extraño. Mi hermana se sienta a mi lado y me da una barrita de Kelog's. Con la mirada me obliga a comérmela. Pero tengo mi estrategia. Le doy un bocado, ella sigue a lo suyo y se pone a hablar con Sarah, ya contenta de que estoy 'comiendo'. Cojo un clinex y finjo un estornudo. Me tapo la boca entera con el clinex y la escupo. Ahí está la barrita entera. No puedo estropear el ayuno.
En clase de Física, tenemos que calcular la fuerza gravitatoria, hablar sobre ella, qué es, explicarla... En fin. Un trabajo. Todos hacen grupos y yo, como siempre, me quedo sola. El profesor va a preguntar quién no tiene grupo y yo voy a morirme de la vergüenza. Tocan a la puerta y aparece Tony. Se ha quedado dormido, típica excusa. Habla con el profesor, miran hacia el fondo y el señor Chisco me señala. Nos toca hacer el proyecto juntos.
Tenemos un par de utensilios sobre la mesa con los que podemos coger diferentes objetos y tirarlos, así podremos comprobar velocidad y tiempo. Tony se dedica a hacer los cálculos y yo a colocar los utensilios. Llega uno que no puedo colocar. Me hago daño en el dedo y me hecho hacia atrás dolorida.
-Espera, déjame a mi. Te vas a hacer daño.- empieza a colocarlo.
-No. Déjame a mi. Ya soy bastante mayorcita y total, no estoy haciendo mucho más-
Sus manos y las mías se rozan. Entonces Tony me mira a los ojos. Nos quedamos mirándonos el uno al otro y con las manos cogidas al rededor del utensilio.
-A ver, parejita. ¿Cómo lleváis el trabajo?- el señor Chisco nos ha visto y lo peor, toda la clase se ha girado para mirarnos.
Los dos soltamos de golpe y el utensilio cae. Mierda. Mierda. Mierda. Chisco nos ha castigado por irresponsables. Menudo viejo cascarrabias.
Estamos en la sala de estudio los dos solos. Joder. No quiero quedarme a solas con él. De repente escucho mi móvil. Lo más gracioso es que proviene del bolsillo de Tony. Riéndose me lo pasa y yo tengo ganas de matarle.
Es mi padre. Anda, se digna en llamarme. Hablamos durante diez minutos. Secamente, tonterías y más gilipolleces. Menudo padre tengo, que ni se preocupa de cómo me va el instituto desde que tiene a su nueva novia. Cuelgo.
-¿De qué vas cogiendo mi móvil, imbécil?- le pego un empujón hacia atrás y le tiro de la silla.
-Siempre me estás pegando. Te voy a denunciar por abuso.- se comienza a reír con las patas hacia arriba como si fuese una cucaracha a punto de morir.
-Abuso el tuyo. Mi paragüas, mi móvil, mi cuarto... ¿A qué juegas?- me ha conseguido enfadar el estúpido éste.
-A enfadarte, a ver esa cara que pones y sobretodo a que abuses de mi.- otra vez me mira. Verás tú que le clavo un cuchillo en los ojos. Qué bonitos son, leches.
Chisco entra sin más y nos levanta el castigo. Nos vamos a casa directamente. Qué bien. Me he saltado la comida en el instituto, soy libre. Ahora tendré que coger un bus hasta casa así que me dirijo en dirección a la estación.
-Rubia, ¿dónde vas? ¿Te apetece ir a dar una vuelta?- en un Fiat negro de dos puertas, aparece Tony.
-¿Yo contigo? ¿Estás de broma?- me empiezo a reír y sin a penas percatarme de mis actos, subo al coche.
Damos un par de vueltas sin rumbo alguno por las afueras Amsterdam. Me ofrece un par de cigarros y fumamos con las ventanillas hasta abajo, con la música a tope y a 120km/h. Ahora toma rumbo hacia el centro, o eso parece. Llegamos a Leidseplein. Una plaza llena de vitalidad. Aparcamos y vamos ante la gente. Nos paramos a ver y a aplaudir a un par de malabaristas, acróbatas y escupefuegos. Vemos muchas clases de espectáculos. Muy divertido.
-Ven, sígueme Daniela.- Le sigo entre la gente y llegamos a un restaurante. No, mi ayuno joder.
-No Tony, verás... Tengo que volver a casa, es que mamá me a pedido...- me interrumpe.
-Quiero que comas delante mía. Sé que comes poco y además tu cara me lo demuestra.- llama al camarero.
Carraspeo. Gruño. Tengo ganas de cortarle la cabeza. ¿Pero quién se cree este personaje?
Yo me pido un plato de Erwtensoep. Sopa de guisantes. Fácil de expulsar después. Tony se pide Hutspod. Se trata de un guiso de ternera con puré de patatas y zanahorias. [...]
Trás acabar, me dirijo al baño con la excusa de retocarme el maquillaje e ir al servicio antes de marchar a casa. Entro al báter y me deshago de toda la Erwtensoep. Estómago prácticamente vacío. Me labo las manos, me retoco el maquillaje y salgo rapidamente antes de que me pille. [...]
Ya es por la noche. Recibo un mensaje.
"Buenas noches rubia. Me lo he pasado de miedo. De echo, no me reía como hoy hace nucho tiempo".
Sigo mirando el móvil, empiezo a sonreír y a reírme.
¡Eh, eh, eh! ¿qué mierda de sensación acabo de tener?
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No hay un porqué.
RomantikDaniela es una chica de diecisiete años, la cual sufre cierto problema... Pero alguien llega a su vida en el momento más indicado para en cierto modo salvarla. Amsterdam es una bonita ciudad en la que el peligro pocas veces acecha, pero siempr...