Sebastián Michaelis Pov
“Cuando se fue, su cuerpo ya había sanado, sin embargo, ahora tenía roto el corazón…”
—
Mi Ciel, sé que escribirte no es la mejor opción para lo que voy a decir pero es la única que tengo, la única forma que no me ara arrepentirme en cuanto te vea, porque es seguro que la intensidad de tu mirada borrara con violento interés mi vaga decisión. Y es que aunque parezca cobarde te aseguro que es todo lo contrario, aun así no quita el hecho de que me voy. Me voy porque no quiero ser una carga en tu vida, no quiero limitarte ni ser un estorbo.
Sé que dirás que no es así. Sé que tal vez me gritarías por idiota y lo merezco, pero todo este tiempo me he sentido frustrado, cosas que veía tan sencillas ahora son imposibles. He tenido que pedir ayuda en situaciones tan absurdas que me siento más que inútil. Lo odio, me odio y me molesta. Estoy enfadado conmigo mismo por sentirme así, por auto compadecerme en algo que tal vez tenga solución.
Lo peor de todo es que ahora me necesitas y no puedo ayudarte, no puedo sostenerte para mejorar, para apoyarte ni para que continúes, al contrario, estas semanas solo he podido observarte, admirar lo hermoso y fuerte que te has vuelto, porque de un momento a otro, volverás a ser aquel Ciel que tanto amo. Aquel Ciel fuerte he independiente que no le teme a nada y pese a todo sigue adelante.
Tal vez estoy siendo egoísta. Dirás que solo pienso en mi, y puede que por momentos así sea, porque te estoy lastimando pero no encontré otra forma o tal vez no busque lo suficiente debido a la desesperación carcomiéndome. Al menos me queda el consuelo de que si fracaso, no te arrastrare en mi masería y es que he hablado con Angelina. Al principio se negó a ayudarme, pero insistí tanto que cedió en toda esta locura.
Gracias a sus contactos pude charlar a través de una videollamada con un médico alemán especializado en casos como el mío, él asegura que puede operarme y que recuperaré la movilidad en las piernas. Es riesgoso y la probabilidad de éxito es demasiado baja, incluso si lo logro, la recuperación también es lenta, pero esta seguro de que funcionara y yo también lo estoy. Quiero estarlo.
Debería ser una noticia espectacular ¿cierto? Lo es y al mismo tiempo me aterra, me da pavor que ese mínimo porcentaje de éxito no sea yo y deba permanecer siempre en una silla, sintiéndome inútil, un estorbo y alguien incompleto.
No tengo justificación, lo sé, no te pido que me entiendas, porque ni yo lo hago, y tampoco tengo el derecho de decirte que no me odies, sin embargo, quiero que sepas que tu eres mi más grande motivación, lo que me impulsa a seguir adelante, a no caerme.
Decir que te amo ya no es suficiente, estas en cada una de mis respiraciones, en cada pensamiento. Mi Ciel, estas tan metido en mi interior que la palabra amor carece de la fuerza necesaria para decir cuanto te quiero y cuanto me importas. Ahora tienes mi devoción, incluso tengo tu nombre tatuado en el alma y en el pecho, justo donde esta mi corazón.
Soy y seré tuyo para lo que mandes. ¿Cien años? ¿Una vida? Eso no es suficiente, porque anhelo la eternidad a tu lado.
Ciel, tu tienes el poder de romperme en pedazos, de hacer mi herida tan profunda y verdadera que nunca me recuperaría. Ni siquiera me gusta recordarlo, pero ya he sentido el miedo de perderte, la impotencia de cada situación, y no hablo solo en sentido figurado, por poco te veo caer, incluso te contemple en aquella camilla y sentí que me rompería…
ESTÁS LEYENDO
Sebastián
FanfictionSe había enamorado de un hombre comprometido que le hizo revivir su oscuro pasado, pero al final, Ciel resulto ser un infierno dentro de su paraíso... Sebastián x Ciel