20 de abril. 1886
Valentina movía sus piernas al ritmo del piano, saltaba ágilmente, y sus manos expresaban toda la delicadeza que debía, sus pequeñas gotas de sudor caían con la misma gracia sobre el piso de madera, mientras sentía la miradas de sus compañeras, expectantes, tanto por si todo le salía bien o por si se caía, un giro hasta un costado del salón y su co-protagonista la esperaba, firme, ella corrió con gracia hasta él y sintió la manos grandes en sus caderas, mientras cerraba un milisegundo sus ojos, al momento de subir en la maniobra que estaban realizando, estuvo en la altura unos segundos y su compañero la bajo.
-Hasta ahí.- Se escuchó en eco la voz de Irina.- Terminamos por hoy, procuren no olvidarse, quedan apenas cuatro días para el estreno, se hidratan y se concentran desde hoy.- Todos los bailarines, asintieron y se pararon para ir hacía donde guardaban sus pertenencias y cambiarse—Bien hecho hoy Valentina, no sé qué estás haciendo pero continua así—
--Gracias maestra—Valentina hizo una pequeña reverencia para irse, ella tampoco sabía que es lo que estaba haciendo, pero no podía negar que llevaba a Juliana en su cabeza más tiempo del que necesitaba, o incluso que podía soportar.
-¡Hey Valentina!- La nombrada se volteo al escuchar eso en los camarines, Adele se encontraba sentada en los bancos de grades maderas reparando sus zapatillas— ¿Qué harás ahora?—agrego con una sonrisa. Valentina miró hacia todos los lados, generalmente no le hablaban tan abiertamente.
-Voy a mi casa... - le contestó, mientras ella también sacaba sus ropas.
-¿No quieres que vayamos por un café o algo? –Adele insistía, la verdad es que le parecía que Valentina continuamente estaba sola, eso le intrigaba y también, sabía lo que hablaba la gente, que ella realmente no se rodeaba de personas como alguien normal—vamos, va a ser divertido—continuó la otra, al ver recibir la mirada dudosa de la más alta.
-Está bien...-soltó Valentina sonriendo. Luego de bañarse, y que Adele la esperara, se miró al espejo, investigando su apariencia, se veía normal, y su vestido casual, se preguntaba donde la invitaría la otra chica, hasta que la interrupción de la misma, hizo que diera un pequeño brinco.
-Me vas a matar de la espera Vale—le dijo con un puchero infantil.
Ambas se subieron al carruaje de Valentina, decidieron ir a un café que quedaba cerca de la casa de ella, para después poder llegar más cómodamente, por la hora, ambas tenían restricciones en ese aspecto. Llegaron a un lugar pequeño pero muy elegante, sillas victorianas de cubierta roja rodeaban mesas redondas con manteles. Un candelabro adornaba el centro y al fondo de un gran salón una chimenea que aún se mantenía apagada. Ambas se sentaron en una pequeña mesa destinada para ser ocupada por dos personas. Conocían a los "caballeros" de la época, alguno siempre se sentaba a intentar conversar o más bien alardear, jóvenes con sus amigos intentando demostrar quien tiene más conocimiento, u estatus. Pidieron café y un pequeño pastel para compartir, al final solo darían dos bocados.
-¿Cómo llevas el papel principal?—pregunto Adele mirando su taza, a veces Valentina, solo por ese hecho se veía lejana.
-Me agrada el personaje de Katerina, tiene mucha fuerza ¿Sabes? Me gustaría poder absorber un poquito de la personalidad de algunas interpretaciones, supongo que no sería yo—Valentina movió sus dedos por la taza, de pronto su expresión cambió a una risa—Irina es cosa difícil—agregó haciendo reír a la otra.
-pensaba que te agradaba—le dijo la chica de anteojos entre risas.
-quizás, pero es difícil tratar con ella—le contestó.
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Letters.
Historical FictionAl rededor de los años 1880, una joven bailarina de la nobleza, se encuentra con una promesa de la escritura quien vive las dificultades de sus orígenes.