02 de Abril, 1886.
Si el día tan solo comenzara antes, sería un alivio para Valentina y su agenda tan ocupada, o no querer toparse mucha gente en la mañana, o simplemente tenía ganas ese día, no lo sabía. Ahora mismo se encontraba resistiendo la charla que sostenía su padre y su mentora frente a ella, acerca de preparativos, ayudas, reuniones, cosas que no le importaban mucho si era sincera. El sol se colaba tímidamente entre las cortinas de la habitación de su propio hogar, una de las tantas habitaciones en las que se podía recibir invitados, las paredes estaban cubiertas de estantes de madera que sostenían un sinfín de libros, sillones victorianos en la mitad, junto a una pequeña mesa de centro, en donde una criada, al menos, hace un minuto antes, había puesto té y pequeñas galletas surtidas, las cuales sabia, ninguna de ellos iba a tocar, y apenas eran las once de la mañana.
--Veo que la campaña ha ido fructífera señor León, mis felicitaciones—Dijo la mujer mayor, dejando la pequeña taza de té en la mesita, luego de dar un pequeño sorbo.
--Ana, sabemos que puedes dejar de decirme señor, me haces sentir más viejo—contesto León con una risa, sosteniendo un vaso de whisky entre su mano—agradezco todo lo que haces por Valentina, ya eres como de la familia—ambos sostuvieron sus miradas unos segundos, al ver el acuerdo implícito formado en el silencio, León continuo—Creo que es muy pronto para hablar de frutos, pero hemos recibido bastante ayuda de jóvenes entusiasmados en la política un poco más liberal que la que se maneja tradicionalmente, tú me entiendes, quiero dar una mirada al futuro—
--Ya veo, sé que como candidato no quisieras adelantarte a los hechos, sin embargo, el día de ayer leí en el periódico la cantidad de simpatizantes con tu campaña ha ido en aumento, los números no mienten León, tú y Guille han hecho un buen trabajo—ambos sonrieron, al ver eso, Valentina solo suspiró—espero que como amigos, no te enfades si te sugiero considerar las artes una parte fuerte dentro de tu campaña...--ahí estaba, pensó la más joven, hace un día, ella y Ana habrían tenido algo cercano a una discusión, ya que, la academia ese mes se habría quedado con una insuficiencia de dinero un poco importante, por lo que ambas, tenían la confianza para hablar acerca de necesitar a León en ese aspecto. Valentina por su parte no le emocionaba la idea de pedirle dinero a su padre, mientras que Ana aludía al apoyo que habría mostrado León desde el principio ante la idea de una compañía de baile, que a veces debía uno tomar la ayuda que le era ofrecida.
--Claro que mis energías también apuntan a eso, Valentina lo sabe. Comprendiendo tu punto, te digo desde ahora que puedes mandar a tu secretaria a hablar con Francisco, el contador para arreglar esos asuntos—León observó su vaso un poco vacío un momento, para luego dirigir su mirada hasta su hija—no entiendo porque Valentina no me dijo antes, en lugar de concertar una reunión entre nosotros para algo que no me negare—
--Ya sabes cómo es Valentina, solo está preocupada de poder bailar, apenas si me acepto ser anfitriona—ambos adultos rieron y Valentina, otra vez solo suspiró, los amaba a ambos, pero no podía aguantar un poco más como hablaban de ella como si no estuviera ahí—Por otro lado, un momento entre amigos nunca esta demás—
--Claro que no—
Un poco más tarde, luego de despedir a Ana, Valentina se largó hasta el jardín para poder leer un minuto, hace un tiempo no se daba esos momentos de entretención, se encontraba ensimismada, se sentía no interrumpida por los sonidos naturales del exterior, sino más bien siendo parte de él, sumergiéndose cada vez más en su lectura, hasta que un portazo, no muy amigable como sonido natural, interrumpió en su corriente de pensamiento.
--¡Ya déjame en paz Eva!—La voz de Guille se notaba un poco nerviosa, sin querer levantar demasiado la voz pero sin poder evitarlo.
--Es que como quieres que te deje en paz, después de ver lo que ví Guille, si papá se entera... --Eva no pudo terminar con lo que estaba diciendo porque fue interrumpida.

ESTÁS LEYENDO
Letters.
Narrativa StoricaAl rededor de los años 1880, una joven bailarina de la nobleza, se encuentra con una promesa de la escritura quien vive las dificultades de sus orígenes.