" El Misterio De La Novia " (Diabolik Lovers y Tú)

Capítulo 15: "Confusión"

Pov _______

-Ey...¡Ey!- Sentí como Shu me movía para despertarme, me había quedado dormida como él, me quite los audífonos y me senté adormilada para luego mirarlo.

-¿Qué....?- le pregunté molesta

-Roncas demasiado.- yo me sonrojé.

-¡No es cierto!- Le respondí y solo pude ver cómo miraba a otro lado escondiendo una pequeña sonrisa.

-Es hora de irnos y tú cabello está hecho un desastre.- dijo levantándose de mi lado y estirándose un poco... Se veía jodidamente guapo a la luz de la luna, parecía que su cabello rubio brillara con la luna...el volteó a mirarme. -¡Que te muevas joder! ¿También tengo que llevarte yo?

-Pues la verdad si tanto quieres irte conmigo, sí, porque podrías haberte ido desde un primer momento sin mí y sin embargo estas aquí.- tomé mi saco y me levanté para acomodarme la falda sin mirarlo. -¿Qué pasa, te quedaste sin palabras? ¿El viento sopló para el otro lado y me dejaste de odiar? ¿O qué cojones te pasa? No te entiendo la verdad y no me gusta la idea de andar descifrando tu estado de ánimo para saber sí- me ha interrumpido en seco

-Touché.- dijo y lo siguiente que supe fue que me cargó al estilo princesa para dirigirse a las escaleras y bajarlas conmigo. Yo no pude evitar sonrojarme un poco por aquello...Y una vez más, lo cual hizo que espabilara un momento...mi corazón latió una vez, solo un segundo... pero lo hizo, ¿qué me estaba pasando? Lo miré un segundo y él hizo lo mismo, tenía que haberse dado cuenta y cuando fue a comentar algo dijo algo totalmente distinto a lo que me esperaba. -Pesas más de lo que creí, deberías dejar de comer tantos dulces.

-¿¡De qué me hablas?!- le grité molesta. -¡Yo no te dije que me cargaras!

-Parece que también hay algo mal en tu memoria.- yo suspiré y me quedé callada, solo m soltó cuando llegamos a la salida y nos mezclamos entre la gente para volver a la limusina.... Realmente solo me quería saltar una clase o dos, pero al final terminé yendo solo a las primeras dos.
Suspiré al entrar en la limusina y noté la mirada de todos ellos en mí, al sentarme junto Ayato alcé una ceja

-¿Qué?- pregunté bruscamente

-¿Me podrías decir por qué tú cabello está tan mal arreglado?- yo suspiré y saqué mi espejo de manos de mi bolso de maquillaje y me miré, mis ojos se abrieron en asombro y escuché una pequeña risa de Shu, la cual sorprendió a todos

-¡Joder!- intenté mejorar mi cabello peinandome con mis dedos mientras llegábamos a la mansión, y en un momento me encontré con la mirada de Subaru, parecía molesto...¿Será porque no volví a clases?

Al llegar a la mansión todos salimos y yo me dirigí rápidamente a mi habitación, pero obviamente, Subaru y estaba ahí, sentado en mi cama y mirando hacia la puerta. Una vez entrar y cerrarla detrás de mí él habló

-¿Pero se puede saber por qué no volviste a clases?- me preguntó con el ceño fruncido.

-¿Se puede saber por qué te importa?- le dije quitándome el saco y colgándolo en mi clóset

-No me importa, no quiero que te metas en problemas.- yo reí una vez sin gracia

-Eso significa que te importo de una forma y otra.- metí mi mano en el bolsillo de mi falda para sacar mi móvil pero también recordé que ahí estaba la llave, me acerqué a mi mesita de noche y la metí ahí disimuladamente.

-¿Y que si lo hago? ¿Tienes algún problema con eso?- Yo me sorprendí al escuchar eso y me sí media vuelta para darle la cara.

-¿Qué estas diciendo Subaru?- me puse seria, él se calló un minuto y luego volvió a fruncir el ceño

-No..No es a lo que me referia.- me miró

-¿Entonces a qué te refieres....? Subaru....dime.

-Tsk....- Él se me acercó unos pasos haciendo que me sintiera pequeña en frente de él y alce mi rostro para mirarlo a los ojos, me quedé así unos segundos... él paso su mano por mi mejilla y la tomo después de poner un mechón de cabello detrás de mí oreja y me besó, no puedo decir que no me lo esperaba ni que no lo pude evitar...,las señales eran obvias pero de cierto modo lo quería, pero estaba tan confundida ahora...no sabía qué sentía. Evidentemente correspondí a su beso, el cual sorprendentemente y a pesar de su actitud, no era brusco...era muy dulce y lento, se sentía tan bien...era distinto a los que había tenido hasta ahora, como si pars él significara algo más que un beso.

Pocos segundos después nos separamos, él todavía tenía una mano en mi mejilla y la otra en mi cintura, apegándome a él, mientras yo tenía ambas manos sosteniendo sus antebrazos

-Soy mejor...demostrando lo que pienso por medio de acciones...- él dijo un poco apenado, pero sin apartar su mirada ni un segundo de mí.

-S-Sí, ya me dí cuenta...- aclaré un poco mi garganta. -Pero... Subaru...yo no sé qué decirte, la verdad...- No sabía qué quería en ese momento y sobretodo no quería lastimarlo. Él sonrió un poco aunque tenía más bien un aire de tristeza y se acercó a mí oído.

-Tengo toda la eternidad para esperar tu respuesta, no te preocupes.- Había cerrado mis ojos al tenerlo tan cerca nuevamente y cuando los abrí, ya no estaba....joder.... qué fuerte...me tiré en mi cama a pensar en aquello, no podía sacármelo de la cabeza

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Al bañarme y cambiarme de ropa recibí un mensaje de Reiji, estaba contándome en su habitación...no iba a mentirme a mí misma, un escalofrío recorrió mi espalda, tenía miedo de estar sola con él, pero sería peor si no iba, así que me armé de valor y fuí tranquilamente. Una vez llegué, toqué su puerta y al escuchar que podía pasar, lo hice.

-¿Qué pasa?- Le pregunté directamente mientras pasaba y cerraba la puerta detrás de mí, el me miró con una ceja alzada desde el sofá donde estaba tomando el té por la manera en que le había hablado.

-¿Se te han olvidado los modales al pasar?- El suspiró. -Sientate.- me dijo mientras pasaba su mirada al sofá que tenía en frente, yo asentí e hice lo que me dijo... -¿Quieres té?- yo me sorprendí al escuchar la propuesta, Laito me dijo que él no le ofrecía té a nadie.

-Sí, muchas gracias.- sinceramente no me apetecía, pero no quería que se disgustara si le decía que no. Él se levantó un momento y buscó una taza que hiciera juego con la de él y echó té para luego volver con él y ponerlo sobre la mesita que teníamos en frente.

-¿Cómo estás?- me pregunta con una sonrisa cínica, como si recordara lo que me había hecho y supiera que me estaba incomodado. Yo tomé mi taza de té con cuidado y le dí un sorbo

-Estoy bien, gracias.- le respondí simplemente. -¿Podrías decirme para qué me llamaste?- él sonrió y se acomodó los lentes

-Vamos a ir a un baile.

-¿QUÉ?