CAPÍTULO 10

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Llego a mi casa a eso de las seis y media. Cuando entro no veo a mi hermano, cosa que me parece raro, pero a la vez no me importa. Dejo las llaves en la mesita que está al lado de la puerta y cuelgo mi campera en el perchero. La casa está a oscuras y silenciosa.

Voy hasta la cocina y agarro unas galletitas, para merendar. Apenas abro el paquete escucho la puerta principal cerrarse, la voz de mi hermano y la voz de una chica.

—¿Mateo? ¿Estás acá? —pregunta. Salgo de la cocina, encontrándomelo a él y una chica rubia.

—Hola, Mateo. Soy Abril, un gusto —me saluda amablemente ella.

—Eh... hola.

—No te conté porque viste que no hablamos mucho. Ella es mi novia, y se viene a vivir acá —frunzo el ceño, sin decir nada—. Y.... bueno, te iba a pedir si no te podés mudar. Va a ser muy incómodo estar los tres. Además ya estás grande y tenés trabajo, digo...

—¿Sos pelotudo, flaco? —digo, enojado—. ¿Me vas a echar?

—No, no. Echar es una palabra fea. Digamos que te estoy pidiendo que te vayas.

Me paso la mano por el pelo y suspiro.

—No podés. Sos un tarado.

—Bueno, igual no te vas a ir hoy. Te dejo hasta mañana, ¿okey?

Aguantando las ganas de darle una trompada me doy vuelta y voy hasta las escaleras, que subo ruidosamente. Es un idiota, un idiota...

Me despierta la alarma a eso de las seis. La pospongo diez minutos, no tengo fuerzas para levantarme. Me quedé hasta las cuatro y pico puteando al pelotudo de mi hermano y pensando en qué voy a hacer. Nunca tuvimos una buena relación, pero no da que me eche así. ¿Voy a lo de mis papás? No... nos vamos a pelear. ¿A lo de Laura? Mejor no, no la quiero molestar.

Debatiendo esto un poco internamente y un poco murmurando, llego al edificio. Paso por el escritorio de Laura, pero no la veo. Qué raro, no es de faltar. Voy a la oficina.

—Uh... ¿estás bien? —me pregunta apenas entro Valentín.

—Sí, ¿por?

—Tenés unas re ojeras. ¿Dormiste?

Suspiro, cansado.

—Un poco, pero estoy bien.

Mi cara me delata, siempre me pasa. No puedo ocultar mis sentimientos.

—Es que... —siento que se me llenan los ojos de lágrimas—. Mi hermano...

Se levanta de su silla, se acerca y me abraza, acariciando mi pelo.

—¿Qué pasó?

—Su novia se mudó con nosotros y... me echó. Y ahora no sé qué hacer. No tengo a dónde ir.

Siguió acariciando mi pelo, tranquilizándome.

—¿Querés venirte conmigo?

Levanto la cara de su pecho y lo miro, entre confundido y contento.

—¿No te molesta?

—No, para nada.

Sonrío.

—Gracias, gracias, gracias, gracias —digo, dándole un piquito entre cada palabra. Lo veo sonreír, con esa sonrisa tan hermosa que tiene.

Ya no pienso tanto en el tarado de mi hermano, todo lo que puedo pensar es en la suerte que tengo de que él esté en mi vida. 



Acá está el nuevo capítulo! Yaaaay 

Para mí es un poco corto, ustedes qué piensan? 

Gracias por haber llegado hasta acá! 

Y gracias por comentar, me hacen feliz :)

-uri

El jefe [truewos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora