01.

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"𝖊𝖑 𝖆𝖒𝖔𝖗 𝖊𝖘 𝖚𝖓 𝖎𝖓𝖋𝖎𝖊𝖗𝖓𝖔 𝖉𝖔𝖓𝖉𝖊 𝖙𝖊 𝖖𝖚𝖊𝖉𝖆𝖗í𝖆𝖘 𝖆 𝖕𝖆𝖘𝖆𝖗 𝖑𝖆 𝖊𝖙𝖊𝖗𝖓𝖎𝖉𝖆𝖉"

 sentada en una banquita del parque, el cielo de las 17:30 me acompañaba junto con la leve brisa que corría esa tarde, veía a la gente pasar, a chavales de mi edad caminando con sus uniformes del colegio que recién salían de clases y yo apenas estaba por entrar a trabajar, porque aunque  tengamos la misma edad no es símbolo de que llevemos la misma vida, ellos a sus 17 años únicamente se deben preocupar por estudiar y sacar buenas notas, y yo debo preocuparme porque no den un tiro en medio de mis cejas o que la policía no me coja. 

noté como un grupo de cuatro se acercaba a mí, dos chicas y dos chicos, aparentemente hoy tienen ganas de que pasen cosas, y es que los viernes y sábados eran los días en los que mejor me iba y lograba vender un poco más, mi mayor clientela eran estudiantes de colegios privados, se supone que son quiénes tiene mejor educación pero en los años que llevo trabajando en esto he entendido que aunque sus padres gasten dinero en su educación no tiene ni un grado de valores, y menos de conciencia, pero bueno ¿quién soy yo para venir a dar discursos moralistas? me toca tragarme sus aires de superioridad si quiero comer algo y llevarle un poco de dinero a mi mamá.

—hola hola serendipia —decía una de las chicas, ya le conocía.

—hola Belén, ¿vienes por lo de siempre? —dije sin poner mi vista en ella.

—ya sabéis tía, solo que hoy me llevo dos más. —decía la rubia mientras sacaba su dinero.

—vosotros deberíais estar estudiado guapa, y no metiéndose merca, pero bueno, toma. —dije extendiéndole los paquetitos y tomando el dinero.

—gracias por el consejo pero tómalo como que estoy ayudando a una amiga, que esa eres tú, y yo te doy dinero y tu me das paquetitos de felicidad. —decía.

—vaya mierda de concepto tienes tú como felicidad, pero bueno, disfruten. —dije mientras me levantaba de la banca para ir hacer mis entregas.

—oye, que más tarde vamos para una fiesta y vendré con unos amigos para que ellos compren ¿vale? 

—bueno, gracias por recomendarme guapa, pero debes tener cuidado a quiénes les hablas sobre mí, que el que la gente sepa mi apodo y no mi nombre no significa que puedo andarme exponiendo. —dije tratando de no sonar grosera.

—lo sé, al final de cuentas de agradas y no me gustaría que por mi culpa te pase algo. —dijo sonriendo y yéndose con sus amigos.

Belén, que podía decir de la rubia, para asistir a un colegio de pijos era realmente humilde y buena, tenía su defecto que es ser un tanto adicta pero supongo que al final alguna razón hay detrás, quizá le llama felicidad a la merca porque la hace escapar de la realidad en la que vive, probablemente no es realmente feliz, porque al final de cuentas ser adinerado no llena ni compra algunas cosas de tu vida. Tengo la teoría de que todas las personas adictas quieren escapar de algo, y su realidad no es tan buena como se cree.

hell ; walls.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora