UN NUEVO COMIENZO

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Los rayos de sol alumbraron los recovecos de aquel gran apartamento, mientras la vida se iba despertando poco a poco en el lugar. Había sido la primera noche en Madrid, y las chicas habían caído exhaustas. Después de todo el tute del viaje, estaban rendidas, y sin ganas de nada, se fueron cada una a dormir a sus nuevas habitaciones.

- Buenos días boo - dijo Andrea a Carmen, entrando en la cocina-. Que buen día niña.
- Hola guapa. Sí, hace muy buen día, y pienso ir hasta mi facultad para ver el camino que tendré que hacer todos estos meses - pronunció con ganas.
- Pues yo me apunto, que la mía estará al lado, y tengo ganas de dar una vuelta - dijo Tori apareciendo por la puerta.
- Por cierto, ¿habéis visto a Lucía? - preguntó Andrea-. No estaba en nuestro piso.

Acto seguido, las chicas pudieron escuchar el ruido de la puerta abrirse, y Lucía entró silbando. Iba vestida con ropa de deporte ajustada, y diversas perlas de sudor caían por su frente.

- ¡Fiuuuu, que puto calor hace en Madrid! Además con tanta gente no puede correr una a su gusto - pronunció exhausta-. ¡Pero he traído churros!
- ¡CHURROOOOOS! - la voz de Zambri sonó cada vez más cerca. El resto podían escuchar perfectamente el sonido de sus pasitos en la madera tapizada, incrementándose-. Te amo beato te amo.
- Me has despertado hija de puta 5 euros - se molestó Zoila, entrando también a la estancia.
- Si te la lavas te la chupo - pronunció Ana, apareciendo por el piso izquierdo hasta el salón, y acto seguido, tumbándose en el sofá-. Quiero tortilla perra.
- Vamos a despertar a Claudia e Irene porfaaaa - dijo Zambri-. Quiero hacerles una broma jejejejeje
- Zambri estate quieta que al final acabamos peleadas - dijo Carmen con serenidad.
- Chee, quien quería hacerme una broma que la reviento - dijo Irene con ironía apareciendo por la cocina.
- ¿Y a mí perras?, menos mal que formáis jaleo y me he levantado, porque si me llegáis a despertar vosotras os mato putas guarras - terminó Claudia entrando en la estancia.

Ahora que estaban todas, la cocina y salón parecían mucho más pequeños, y aquello se había convertido en un espacio de convivencia lleno de charlas y risas. Solo les quedaban dos días más antes de empezar cada una en sus respectivas universidades, y querían aprovechar aquellos momentos que pocas veces se repetirían. Dado que cada una tenía horarios distintos, pocas veces más se juntarían todas en aquel salón. Y, era algo que ninguna había comentado, pero que todas sabían que iba a ocurrir.

Desayunaron tranquilas y decidieron salir a explorar el barrio. Fue un paseo bonito en el que todas disfrutaron, y pudieron ver las calles que recorrerían incansablemente todo esos meses que mes esperaban.

Andaban tranquilas por un calle bastante transitada, hasta que Carmen se paró en seco, haciendo que Claudia chocara con su espalda y cayera de culo al suelo.

- ¡Auuuuuuch, mi culo hija de puta! - se quejó-. Vaya bullying me haces.
- JAJAJAJAJAJAJAJ - se rió Zoila
- ¿Qué haces Carmen niña? - rió Andrea.
- Ostras, ya sé a lo que estás mirando amiga - se relamió Tori.
- ¿Estáis pensado lo mismo que yo? - dijo finalmente Carmen.
- mmmmm ¿no? Ni que te leyéramos la mente - dijo Ana.
- Yo creo que sí - sonrío Irene mirando al frente.
- ¡Alaaa ya lo pillo! Mirad allí - pronunció Zambri señalando el final de aquella enorme calle.
- Oh mierda - se lamentó Lucía.

Justo al final de aquella calle, se alzaba un establecimiento con una gran entrada de cristal, y un cartel encima de ésta en el que se podía leer sin dificultad alguna la palabra "DIVINOS" con luces fluorescentes. El lugar en aquellos momentos se encontraba cerrado, pero aún así, su gran amplitud hacía que pudiera verse sin dificultad todo el interior del local.

- Preparaos chicas, porque esta noche... - Carmen hizo suspense - ¡Salimos de fiesta!-.

Las Putas de MadridDonde viven las historias. Descúbrelo ahora