𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 3∙

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Esa noche habían cenado ciervo con vegetales.

Habían comido como siempre en el enorme comedor, ocupando solo tres puestos y con la mesa de madera repleta de comida. No les molestaba, pero se sentía un poco vacío el tener tanto espacio en la mesa y ocupar únicamente tres puestos cerca de la punta opuesta a la que estaba la puerta de entrada.

Los criados habían agradecido a Taehyung que les hubiese despellejado el cervatillo ya que su piel era difícil de retirar del cuerpo, y el muchacho se apenó un poco cuando una de las cocineras de mayor edad le apretó las mejillas con cariño.

Luego de la deliciosa cena que las mujeres les habían preparado, Yoongi les dijo que no se preocuparan por limpiar los desperdicios y que se pusieran a comer primero, debido a que todos los del servicio tenían la costumbre de alimentarse luego de que sus amos se fueran a sus cuartos. Las mujeres apenadas terminaron aceptando.

Ellos se fueron a un salón pequeño dónde solían descansar tras cualquier comida antes de irse a sus cuartos, compartieron una agradable charla mientras Jimin trabajaba en uno de sus libros, a él le encantaba crear historias de acción y romances apasionados de las que Taehyung debía admitir, se había vuelto un total fanático.

Yoongi no los leía, porque según él eran muy intensos y sangrientos, aunque Taehyung lo había encontrado varias noches en las que se había despertado leyendo en su habitación a la luz de las velas, o en el pequeño salón de su dormitorio, y había descubierto que eran los escritos de Jimin porque en un momento que salió para verle y lo encontró dormido pudo leer un poco de las hojas que tenía firmemente sujetadas.

A el joven de cabello oscuro le daba gracia que su hermano usara sus noches de desvelo para leer las historias de Jimin, fingiendo que no le interesaban cuando todos sabían que era una cruel mentira, sólo para hacerse el rudo.

Mientras Jimin le relataba con total fascinación como se imaginaba al hombre protagonista de su historia y Taehyung lo dibujaba en algunos lienzos de papel al carbón con diversión y cariño, Yoongi se encontraba al fondo leyendo algunos libros de historia, anotando las palabras que no lograba entender.

Ninguno de los tres había tenido formación académica, Yoongi era el único que medio podía leer y escribir, aunque aún le costara la mayoría de las palabras. Por el contrario, Jimin y Taehyung hablaban gracias a que escucharon personas hacerlo mientras crecían antes de irse a vivir al bosque, ninguno sabía el significado de lo que decían y lo poco que escribían lo hacían de mala forma y con una caligrafía digna de un infante.

Yoongi les había intentado enseñar, lo poco que sabía, pero les costaba, no podían pedir ayuda porque habían descubierto también que los criados estaban en las mismas circunstancias que ellos o peores. Por lo que les tocaba aprender a la fuerza.

Cuando alguno de los hermanos menores deseaba leer algo, buscaban libros con dibujos para lograr entender la historia, porque de resto todos los libros estaban descartados para una posible lectura pasajera.

Con la vista irritada, Yoongi cerró el libro que estaba leyendo marcando la página dónde había quedado con la hoja de palabras que tenía anotadas, suspirando luego al tiempo que masajeaba con suavidad sus ojos. —Me duele la cabeza.

Jimin le miró con sus ojos color miel inundados de simpatía y cariño. —No deberías forzar tanto tu vista al intentar leer en la oscuridad. —Taehyung asintió de acuerdo, aunque realmente él no tenía moral para decir nada, porque hacía lo mismo cuando dibujaba de noche a la luz del fuego.

Una Corte de Sombras y Luz [KookV/ACOTAR ADAP] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora