9. Eres demasiado para mí

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El pequeño castaño sintió un ardor en sus hermosos ojos, miró con timidez al mayor y con una mano en su boca al borde del llanto, seis segundos bastaron para que el menor saliera corriendo y Jeon escuchara sus sollozos.

"¡Kim!" Gritó el pelinegro en un intento de detenerlo pero fue en vano.

El chico se maldijo internamente, era más que obvio qué el también quería sentir los labios contrarios pero entró en mucho pánico, muchísimo pánico y empujarlo fue sólo un instinto.

Levantó su dedo índice y medio, los llevó hasta la altura de su boca en donde acarició suavemente sus belfos en un intento de sentir los labios del menor a través de su propio tacto, su mente evocó el momento de Tae acercándose y colocando sus labios juntos, eran suaves; llegó a esa conclusión tras pensar a fondo. Se quedó diez minutos ahí de pie sólo recordando el momento del pico que le dio su menor, se repetía constantemente en su cabeza como un gif, al minuto once, llegó a la conclusión de que debía disculparse con su amigo por reaccionar de esa manera, tal vez se fue a casa a llorar o algo por el estilo y Jeon no quería que él fuese el causante de sus lágrimas.

Al minuto doce salió de su trance muy dispuesto a ir a buscar al menor pero cuando estaba bajando las escaleras escuchó sus sollozos, eran los de él. Corrió hasta que bajó por completo y encontró a Yoongi y a SU Tae abrazados, el último mencionado en el pecho del rubio ya que al parecer este estaba consolándolo.

"J-Jungkook" Dijo su hermano en un tartamudeo nervioso porque sabía lo celoso que era.

"Hola, ¿Están muy cómodos?" Preguntó Jeon cruzando sus brazos a la altura de su pecho. Suavizó la mirada cuando los ojos rojos de el menor se encontraron con los suyos "Kim..." Un susurró fue lo único que se escuchó de su parte tratando de llamar al castaño quien no se momesto en secar sus ojos, con un puchero se alejó del rubio y se levantó del mueble donde estaban "¿P-Podemos hablar?" Tragó duro. El pelinegro se sintió muy pequeño estando frente a esa mirada sin expresión de parte de su menor.

"Habla" Dijo de manera seca.

"En privado" Empezó a jugar con sus manos rogando en su interior que el caataño no se negara, no quería que se negara.

"Me voy" El rubio se levantó y subió las escaleras, después bajó y salió de la casa.

Yoongi caminó por las solitarias calles hasta que llegó a su lugar, un parque, había un lugar que estaba escondido en ese parque, era una especie de túnel que llevaba a un bellísimo jardín de flores rojas y rosadas, le encantaba ese lugar ya que lo que era su madre, se lo mostró cuando era más joven y amó el lugar al instante.

Caminó por el túnel hasta llegar al columpio que él mismo había puesto ahí con delicadeza y amor, lo puso para su mamá pero lamentablemente murió antes de si quiera poder verlo.

Frunció el ceño cuando vio a un chico más o menos de su estatura, de cabellos azules y nada más, estaba de espaldas columpiándose así que no lograba ver más allá.

Caminó con lentitud hasta que llegó al lado del chico y lo miró con molestia, también con recelo por el columpio, sólo él podía montarse ahí.

"Bájate" Dijó de un momento a otro haciendo que el peliazul se detuviese por completo mirándolo con confusión y una sonrisa burlona en su rostro, sin embargo, no se bajó.

El peliazul se quedó ahí sentado esperando a que el rubio y aparentemente mayor le dijera algo más pero nunca llegó, una lucha de miradas era lo que estaban haciendo los dos chicos.

"¿Por qué tendría yo que bajarme?" Preguntó ese molesto chico que el rubio ya odiaba como si no hubiera un mañana.

"Porque esto" Señaló el columpio con su dedo "¡Es mío!" Dijo con recelo "Así que fuera de aquí" Señaló el túnel "De hecho, ¿Cómo llegaste aquí?" Como ya se había dicho antes, él no era un chico violento, ni salvaje; él era realmente pacífico pero cuando se trataba de sus cosas era igual de posesivo que su hermano menor "Largo y no lo pienso repetir otra vez"

Entre secretos y promesas ••Kookv••Donde viven las historias. Descúbrelo ahora