31. Juramento bajo la luna

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"¿Qué?" El pelinegro más pequeño miró al mayor con los ojos más abiertos de lo normal, sabía que iba a morir pronto pero no se esperó que fuese tan pronto y mucho menos ese día... El cumpleaños de Tae.

"Lo siento" El doctor hizo una reverencia.

"No" Negó con una sonrisa "Sólo me preocupa Tae, ¿Puedes hablarme más sobre mi enfermedad?"

El mayor asintió "Sí y perdón por habértelo dicho así" Jeon negó restándole importancia al asunto "Bueno, la cosa es que naciste con esa enfermedad; pudo haber sido heredada de tu madre o tu padre, quizás alguien más pero ellos son los principales"

"¿Nací con esto?" Asintió "Pero... El doctor anterior dijo que lo había desarrollado hace un tiempo"

"No, no" Se acercó a Jeon "Siempre estuvo ahí, sólo que no habías tenido el primer episodio, por decirlo así" Sonrió un poco "¿Sabes si alguno de tus padres tenía esta enfermedad?" El menor negó.

"Mi hermano debe saber" Se recostó un poco para estar más cómodo antes de seguir hablando "Mis padres decidieron adoptarlo y después nací yo, mi madre murió poco después y mi papá..." Tomó un poco de aire "No sé dónde está"

"Entiendo" El doctor pensaba en varias cosas, decidió sacar el primer pensamiento a la luz "Jungkook, te examiné pero no sé cómo llamar a tu enfermedad, no sé lo qué es pero todo tu cuerpo está tan deteriorado por eso ya que tu corazón se detiene y a causa de eso, todo lo demás en tu cuerpo para de realizar sus funciones por segundos o minutos, cada vez el tiempo es más largo; no podrás vivir mucho con este problema, no puedes seguir muriendo" Le dedicó una pequeña sonrisa "Me preocupa bastante porque no sé qué hacer para tratar con esto, no sé cómo curarte" El menor se desanimó un poco.

"¿Vas a renunciar entonces?" Soltó una pequeña risita de frustración pero con él mismo, estaba frustrado por él mismo "Hazlo, después de todo estarías demostrando que no eres el mejor; déjame morir, Yugyeom"

"Detente ahí" Interrumpió "Escucha a los mayores cuando te hablan, niño" Bufó "Ni siquiera he terminado de hablar, ¿Cuándo dije que renunciaría a ti?" Negó "Sólo cállate y escucha hasta el final" Jeon iba a decir algo pero el mayor fue más rápido en hablar "Y sin interrumpir" El menor bufó y se cruzó de brazos "No sé cómo curarte, lo único que puedo hacer es seguir con revisiones la mayoría del tiempo, quizás hasta internarte por un tiempo pero no te preocupes, te salvaré, yo encontraré una cura para aquella enfermedad" El menor sonrió, quizás este doctor sí sería diferente, quizás podía permitirse soñar y estar junto al amor de su vida para siempre "Lo único que te daré es una indicación. Por favor, nada de esfuerzos físicos donde puedas perder el aliento" Se cruzó de brazos "O sea, nada de sexo con Tae"

El menor entreabrió su boca mientras un pequeño sonrojo aparecía en sus mejillas "O-Oye" Parpadeó millones de veces "Ni siquiera lo hemos he-hecho, idiota" Rascó su mejilla "No vuelvas a decir a-algo como eso" Suspiró calmándose un poco seguido de la risa de Yugyeom "Idiota, eres un idiota" El mayor rió más sonoramente "Ya deja de reírte"

"Aww, ¿Te avergonzaste?"

"¡Cállate!"

"Ok, ok" Le sonrió "Sólo hazme caso, no hagas esfuerzos físicos"

"Entiendo" Asintió "¿Puedo irme?" El mayor negó "¿Por qué? Quiero ver a Tae" El chico había recordado algo "Por cierto, no le digas a nadie sobre esto; sólo a Ariana" Sonrió "Me iré aunque me digas que no"

El pequeño Jeon se levantó ignorando los llamados del doctor Kim, caminó hasta la puerta y salió; su única meta ahora era buscar a su pequeño chico de cabellos castaños y se hacía una idea de dónde podía estar, a pasos lentos se dirigió a donde su corazón le apuntaba, a la azotea del hospital; su corazón latía rápidamente al pensar en el bonito chico, Jungkook  no entendía muy bien lo que era el amor todavía y odiaba no poder expresarse muy bien con su Tae, sólo quería estar junto a él pero no sabía cómo expresar eso y quizás a veces, el no saber expresarse pueda ser un problema verdaderamente enorme y aterrador. Jungkook dejó todos sus sentimientos de lado y se adentró en el amplio espacio de la azotea, encontró a Tae enseguida y sonrió un poco al verlo ahí de espaldas y tan ajeno a su al rededor, tan sólo admirando aquel hermoso cielo y la bella luna que alumbraba el lugar; le encantaba lo bello que se veía su novio allí parado... Bueno, su casi novio.

Entre secretos y promesas ••Kookv••Donde viven las historias. Descúbrelo ahora