{055}

1K 70 22
                                    

Nada mejor que pasar una mañana de sábado recorriendo las instalaciones de la Granja, viendo el arte con doble sentido de los integrantes y siendo ignorada por tu madre.

Recorrer los pasillos de lo más cercano al infierno oculto en Riverdale, un lugar lleno de secretos que ni siquiera el guía del recorrido, Kevin, sabía.

Veronica había seguido el recorrido con Kevin cuando Betty y yo nos detuvimos a escuchar a Alice Smith quejarse de que nosotras habíamos sido las que la abandonamos. Aproveché que Betty había entrado a hacer una entrevista para ver si podía infiltrarse a la Granja y fui a recorrer los lugares que Kevin había salteado.

La mayoría de los antiguos pasillos estaban completamente solitarios y todas las puertas  estaban cerradas, el silencio era casi sofocante.

Paré mi recorrido cuando un extraño olor me llegó del pasillo a mi izquierda, era asqueroso, tal vez carne podrida. Las puertas obviamente estaban cerradas, pero todavía quedaban unas escaleras que descendían al final del pasillo.

Apenas tuve un pie en el primer escalón de piedra una voz masculina pronunció mi nombre detrás de mí.

—Alina.

—Will, me asustaste.— Hablé luego de girar rápidamente.

—No te vi en el grupo de visitas.— Señaló el cartel pegado en mi abrigo.

—Yo tampoco.— Me extrañé al notar que él también tenía el cartel.

—Veo que no soy el único que de desvió.

—Estaba esperando a Betty.

—Me dijo que vendría. ¿Dónde está?

—Haciendo una entrevista, ya debe haber salido. Betty me dijo que estabas estudiando medicina.

—Sí, a distancia. Es bastante práctico si tienes horarios de trabajo muy largos.

—¿Y tus padres?

—Se fueron del pueblo y yo no quise hacerlo así que me emancipé.

En el camino de regreso pude notar que el castaño no parecía nada extrañado por el silencio de esta parte de la construcción o por el olor a podrido que se hacía cada vez más leve. De todas formas estaba muy concentrado contándome de las llamadas que hacía cada semana con sus padres o de su gata como para que le importara el lugar por el que caminábamos.

Decidí dejar sola a la parejita una vez que Betty salió de la entrevista, se habían acercado más este tiempo y estaba segura de que había algo entre ellos, pero ninguno confesaba. Era obvio que no dejarían a Betty entrar a la Granja, pero había alguien más que podía ayudarnos con eso.

•••

Deslicé la bebida por la mesa de Pop's con una gran sonrisa.

—Mi malteada favorita, ¿qué es lo que quieres, Alina?— Las uñas rojas  golpeaban el vaso de vidrio provocando un leve tintineo.

—¿Qué hay de malo en darle su malteada favorita a una buena amiga de la infancia y últimamente prima?

—Te conozco, quieres mi ayuda.

DARKNESS | RiverdaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora