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Han pasado varios meses en Riverdale. La primavera se hizo verano y llegó el atisbo de una vida normal. Los terrores de la Granja no se habían olvidado, pero empezaban a desvanecerse. Grifos y Gárgolas ya se había convertido en carne de leyenda suburbana.

Es más, el mayor tema de conversación en la ciudad era el 4 de Julio. Tras un poco de debate, se decidió que habría un desfile del Día de la Independencia en Main Street, el primero en Riverdale en tres años. Pero no habría fuegos artificiales en el río Sweetwater. Los Blossom los patrocinaban, pero sin su ayuda, la ciudad no se lo podía permitir.

Como he dicho, las cosas han estado bastante tranquilas últimamente. Tanto es así, que hasta he podido escribir.

Me estiré en la cama sabiendo que, como todas las noches, no podría volver a conciliar el sueño. En realidad lo agradecía, no quería volver a las pesadillas.

—¿Por qué tienes la manía de escribir a las cuatro de la mañana?— Le pregunté al chico despeinado sentado en el banco de la ventana.

—Porque sé que te despertarás.— Negué mientras me mordía el labio y subía la colcha a mis hombros.

—¿Puedes abrazarme?

—Solo si me dices qué opinas.

Jug tomó algunas hojas que tenía a su alrededor, dejó de lado su computadora y se sentó abrazándome por detrás mientras leía los párrafos que había escrito. Dejó un beso en mi cabeza mientras despeinada mi cabello.

—Voy a ser la esposa de un gran escritor con mucho talento.

—¿Ya estás pensando en una boda?

—Sí, en un futuro lejano. No pienso malgastar mi juventud, Jones. Pero nada de Iglesias, son un culto más, tampoco vestidos largos, los detesto, y menos que menos blanco, me queda horrible.

—Todo lo que te pongas te queda hermoso...aunque me gusta más cuando no llevas nada puesto— le di un golpe amistoso en las costillas, aunque no lo admitiera tenía cosquillas—. Te amo, Lin.

—Yo más.— Besé sus labios.

—No vamos a empezar con ese juego, aunque yo te amo más.

—Acabas de empezarlo, Torombolo— el chico volvió a besarme acariciando mi cabello. Me separé de golpe y tomé las hojas—. Deberías presentarlo en un concurso y ganarlo.

—¿Tú crees?

—Por supuesto que sí. Los harás papilla si es que en el jurado no hay corrupción. De todas formas no necesitas ganar nada para saber que eres un gran escritor, amor.

El verano estaba llegando a su fin, habían sido meses calmados, nada de misterios para nosotros por ahora. Solo ver películas con JB y Jug, noches en Pop's con los cinco reunidos, y una cantidad de libros leídos que asustaban a Archie. Si meses atrás me hubieran dicho que estaría pintando un carruaje para el desfile del 4 de Julio no lo hubiera creído y me hubiera reído en la cara de la persona que me lo dijera.

La música salía de la radio que le habíamos pedido prestada a Pop, era buena música de los 80's para hacer el trabajo del 4 de Julio. Nunca antes había participado en la organización de esta festividad, pero este verano Archie, Betty, Veronica, Jug y yo nos habíamos ofrecido voluntarios.

Nuestra tranquilidad en el trabajo, entre risas provocadas por chistes internos que solo nosotros entendíamos, se desvaneció cuando el descapotable rojo frenó frente a nosotros. La pelirroja que lo conducía bajó del auto con un periódico en la mano. Sus ojos café nos miraban sin disimular el odio.

DARKNESS | RiverdaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora