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—Deja que Betty se vaya. La convenceré de que no diga nada y tú podrás sacarme cada uno de mis órganos.— Negociar era la última opción que tenía.

Edgar sonrió antes de acercarse a la silla en la que estaba atada. Parecía sorprendido de que mi expresión no hubiera cambiado.

—No todos dan su vida por alguien que ni siquiera es su hermano real. Es por eso que lo único que necesito de ti es tu corazón, tal vez así Evelyn puede ser más valiente. Mientras que Betty tiene un cerebro impresionante, ¿no crees?— terminó de colocarse los guantes—. Will hará un buen trabajo contigo. Estás en buenas manos y Betty también.

Edgar quería tener el privilegio de ser él quien le hiciera la cirugía a Betty. Alice Smith tenía una extraña atracción hacia los peores monstruos de Riverdale. El castaño recién nombrado siguió silbando mientras limpiaba las herramientas que, suponía, usaría en mí.

—Sería muy retorcido que yo destripara a la chica con la que tuve sexo en este último tiempo, ¿no crees?

—Creo que ese comentario fue suficientemente retorcido, que tú eres suficientemente retorcido y que el simple hecho de fingir estar enamorado de Betty fue suficientemente retorcido.— Miré a mi alrededor en busca de algo que pudiera ayudarme a escapar. Un bisturí no serviría para abrir las gruesas esposas de metal que me tenían prisionera en esta silla para nada cómoda. Fangs y Kevin nos habían vendido.

—Edgar me dio un trabajo luego de que mis padres me sacaran de casa. Debo ayudarlo a conseguir sus objetivos sin importar el precio. Lo que pasa es que Betty no está lista para el mundo real, la lastimarían una y otra vez, no podrías evitarlo siempre, Alina.— se acercó mostrándome cómo llenaba una jeringa de un líquido transparente que posiblemente luego quedaría en mi organismo—. De todas formas no estuvo nada mal, Betty follaba muy bien.

Eso y comenzar a escuchar los gritos de Betty en la otra habitación sin que pudiera ayudarla hicieron que no me contuviera y le diera una patada al amiguito de Will. Eso provocó que se retorciera de dolor y la jeringa cayera al suelo rompiéndose en miles de pedazos.

Ese acto trajo consecuencias negativas como lo hacían la mayoría de decisiones impulsivas que tomaba. Will me pegó una cachetada que seguramente dejó mi mejilla roja y sin embargo volví a hacer algo impulsivo y le escupí en la cara.

—Das asco. Cuando mueras bailaré sobre tu tumba una danza escocesa.

Will soltó una risa sin humor mientras limpiaba su cara.

—Yo no soy el que está a punto de perder el corazón.

—No te lo haré fácil, romperé cada una de las jeringas que intentes clavarme y haré que quedes estéril.

Mi celular comenzó a sonar interrumpiendo la que era la última charla de mi vida. Mis ojos lo identificaron inmediatamente sobre la mesa a mi izquierda. Will caminó hacia él sin quitarme la vista de encima.

—Vaya, creo que Jughead está algo desesperado. ¿Cuántas veces a llamado ya en esta media hora?— siete, había contado cada una de ellas— Podríamos dejarlo con la intriga o hacer que escuche tus gritos cuando te abra el pecho sin anestesia.

—Eres un maldito psicópata.

—Debo admitir que siento cierto placer al hacer mi trabajo y más cuando me hacen enojar momentos antes. Hasta podría dejar que te desangres en agonía antes de sacarte el corazón.

Me preparé para dar otra patada cuando Will volvió a caminar hacia mí, pero la puerta abriéndose lo detuvo.

—Lo siento, Will, tus servicios no serán requeridos esta noche. La compraron.

DARKNESS | RiverdaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora