DARKNESS | Riverdale

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Tras el funeral del Sr. Andrews, el resto del verano transcurrió en una bruma surreal. Betty, Alina, Veonica y yo pasamos el mayor tiempo posible con Archie. Cenábamos cada noche en Pop's. Y casa día se notaba que se sentía un poco mejor. No es que no estuviera desconsolado, todo el pueblo lo estaba, pero Archie es un luchador. Y el último día de las vacaciones, mientras la cancha de fútbol americano se podaba para la siguiente temporada, el piso de la escuela se pulía y se colocaban letreros anunciando el primer baile del año, Archie hacía lo que mejor hace. Boxear.

—No te puedes pasar todo el día leyendo.

Levanté mi vista de las páginas viejas de "Anne of Green Gables" que releía desde el comienzo de la mañana y fruncí el ceño hacia Betty.

—¿Tienes algo más interesante para ofrecerme?

—Preocuparte por mamá.

—Betty, linda, descubrimos que Alice es una agente del FBI, sería como preocuparse por un agente de SHIELD. Ella estará bien, sabe lo que hace.

La rubia suspiró. No se veía muy convencida con mi respuesta, aunque desde mi punto de vista había sido una respuesta con un fundamento completamente válido, ¿quién dudaría de SHIELD?

—De todas formas se nos hace tarde para la juntada.

La juntada en casa de Veronica, casi la olvidaba... Mentira, seamos sinceros, la había olvidado. Sumergirme en un libro por un día entero tenía sus consecuencias, las cuales afrontaría sin ningún problema siempre que fuera necesario.

Como todas las tardes del verano nos reunimos los cuatro, podía volverse monótono, pero siempre teníamos algo nuevo de lo que hablar y esta noche la nostalgia parecía estar presente en todo momento. Después de todo, este era probablemente nuestro último verano juntos.

—No imaginaba una mejor manera de pasar nuestro último día de vacaciones.— Admitió Betty.

—¿Pueden creerlo?— Veronica dejó su copa en la mesa— En nueve meses nuestra vida cambiará por completo. No más secundaria.

—No más Azul y Oro- agregó la rubia en un tono triste—. No más charlas en los casilleros...

—Ay, B. No estés triste.

—Lo siento, chicos. No dejo de pensar en que la vida pasa muy rápido. Y no somos buenos para detenernos a saborearla.

—Podemos hacerlo.

Que Veronica y Archie se fueran al cuarto de la morena fue la señal para que Betty tomara sus cosas y se despidiera. Dijo que iría a seguir las pistas de Alice y que no quería estar ahí cuando comenzáramos a besarnos.

—Última noche de verano, ¿eh?— El chico de gorro se había terminado todas las papas que Verónica había traído.

—¿Qué tal si dejamos de hablar y nos besamos?— Propuse retirando el famoso gorro.

—No podrías haber propuesto algo mejor.— Me atrajo hacia él tomándome de la cintura.

—Nunca imaginé que lo haríamos en la sala de Veronica.

—Me da igual donde lo hagamos mientras sea contigo— sus labios conocían el lugar de mi cuello que debían besar—. ¿Por qué siempre debes traer camisas?

No le contesté mientras retiraba su camiseta. Mis manos recorrían su torso mientras el seguía luchando con los botones de mi camisa.

—No es justo que hagas esto.— Se quejó.

—Yo lo estoy disfrutando.— Mordí mi labio intentando no reír lo que fue suficiente para que Jughead se apresurara todavía más en quitarme la camisa de cuadros.