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La prensa llevaba montada afuera de la Procuraduría casi una hora, luego de haberse confirmado la detención de "la bestia de Santa Graciela", como los medios comenzaron a denominar al hasta entonces misterioso presunto culpable de la atroz carnicería que se había ejecutado en el marco del Santa Chela Music Fest y cuya cifra de víctimas aún no era revelada.

Los organizadores del festival se deslindaron de responsabilidades, al argumentar que entre los muertos se encontraba parte del staff que colaboraba con ellos, entre elementos de seguridad, soporte técnico y logística. Además, se excusaron con que situaciones como esas son aisladas, y consecuencia del actuar de individuos con serios problemas a tratar.

Varios de los asistentes comenzaron a testificar sobre lo ocurrido, y de alguna manera, la poca información que podían proporcionar debido a la amnesia posterior al acontecimiento, se filtró al exterior, y como resultado, se comenzó a divulgar información tendenciosa, amarillista y con la única finalidad de esparcir el miedo entre los habitantes de San Francisco y ciudades aledañas.

—Nunca se había presentado un evento de esta magnitud en nuestra preciada comunidad, que siempre se ha caracterizado por la unidad, la solidaridad y el espíritu de lucha incansable que nos lleva día a día a trabajar con pasión por nuestra gente y nuestra ciudad. ¡Este crimen barbárico y despiadado no quedará impune! ¡Llegaremos hasta las últimas consecuencias!

El alcalde de San Francisco se llevaba los vítores de los presentes y la aprobación de quienes seguían las transmisiones en los distintos medios. Había conmovido a los ciudadanos con sus palabras y contundencia; no se podía esperar menos de quien aspira a ocupar el cargo de gobernador del estado.

José ya no podía pensar. Anoche era un viudo que se iba a la cama con la única ilusión de llegar al día de mañana con bienestar que le permitiera seguir trabajando para sacar a su única y amada hija adelante, tanto por convicción como por habérselo prometido a su esposa. Vanessa era lo único y más preciado que tenía, más que su propia vida.

Hoy, sin darse cuenta cómo, su hija le dio la espalda como si nunca hubieran tenido ningún tipo de relación, como si lo odiara por haberle hecho algo terrible. Aunado a eso, todo el mundo ahora lo repudiaba, lo llamaban "asesino" por un crimen que ni en sus sueños más oscuros podría cometer.

Pasado el mediodía, la Procuraduría apareció ante los medios.

—Luego de recabar una serie de declaraciones por parte de testigos presenciales, además de partir de la evidencia hasta ahora encontrada en el lugar de los hechos y una búsqueda que culminó con una persecución a las afueras de la ciudad, se logró la detención de un masculino de 51 años, de estatura 182 centímetros, complexión mediana, tez morena, ojos negros y cabello cano que responde al nombre de José González Mendoza, a quien se le imputan los cargos de homicidio múltiple e intento de secuestro de la señorita Vanessa "N", a quien se liberó y de quien se recuperó testimonio de los eventos suscitados la madrugada de este domingo 5 de noviembre del 2017.

La mirada perturbada de José era fácilmente confundible con la de alguien que sigue procesando la atrocidad que cometió, y que sueña despierto con repetir la infame hazaña. En realidad, se había desconectado de todos sus sentidos y estaba absorto en su pensamiento, sin lograr asimilar todo lo enfrentado en unas cuantas horas.

Aquella imagen del hombre desorientado fue un emblema de alarmismo que la prensa utilizó para esparcir el terror entre la comunidad que estaba a la expectativa de cómo transcurría el caso. Toda la frustración y enojo de una sociedad que mil y un veces ha sido golpeada con el puño de la impunidad depositaba sus frustraciones en José.

La situación empeoró cuando, ávidos de vender más, de tener la mejor exclusiva, uno de los medios reveló que José fue uno de los que participó de manera significativa en la inhumana y deplorable investigación del Proyecto Omega, la cual experimentó con humanos y cuyos resultados fueron aplicados, hasta 1995 cuando se desarticuló, al control mental, espionaje, tortura y más tareas sucias.

El vínculo inmediato entre los extraños sucesos en Santa Graciela y la colaboración de José en dicho proyecto lo hicieron acreedor de un mayor repudio generalizado.

Pero no había manera de que él se enterara.

Pulsaciones en la sien; frotarse es imposible. Despertar de golpe a la realidad. Gritos, llanto. Más gritos, más llanto. De pronto, es Vanessa. 5 de noviembre, 3: 47 pm, y no hay noticias de ella.

No las tendrá.

Domingo de retiroWhere stories live. Discover now