La Fea Más Bella Regresa A Mí

Oye, Necesito Hablar Contigo Jorge.

Leticia

Veo a don Fernando parado, en su mano tiene la carpeta que amarilla que yo misma deje a su oficina. Estaba a punto de decirle que yo misma deje la carpeta en la oficina de don Fernando, cuando él se adelanta.

-No como vi eso encima de su escritorio y como usted es mi secretaria y bueno la de Omar también, supuse que eso era para mí. Igual estaba esperando estos papeles gracias Sara.-dice metiendo con naturalidad.

"Pero que novedad"

Espero que Allan notado mi sarcasmo.

-Ves jirafa. Yo no había visto esa maldita carpeta. - veo que Sara la fulmina con la mirada.

-Oye Lety. Esta chistosa. - la miro confundida.

-¿Cómo que chistosa Juanita?- le pregunto confusa.

-Si. Lo digo porque solamente tiene un arete.

-Si. Es verdad- se carcajea Lola- esta chistosa.

Veo que todas las del cuartel se carcajea y yo me pongo roja como un tomate.

¡Mierda!

Fernando

Entonces era mi Lety, abro mis ojos como palto. Entonces, ella fue a mi oficina. Valla novedad. Me la quedó viendo y se sonroja por la vergüenza. Ella siente mi mirada, pero no me voltea a ver y se dedica a busca el arete.

- Mmm... no me había dado cuenta. Seguro se me perdió en mi oficina.

"Ay mi Lety, si supiera que la tengo yo"

Así que discretamente guardo el arete en mi bolsillo del pantalón y me dirijo a mi oficina. Llegando, no pude contener la sonrisa. Vuelvo a sacar el arete.

"Mi Lety... ¿Sabe qué? conservare esto"

Leticia

Estoy que me lleva el diablo. No encuentro el arete. He puesto mi oficina patas arriba y no se en donde rayo esta esa areta. No en se me ocurre más, quisa se me cayo en la oficina de...

"¡Don Fernando!... No, no y no. Espero que no este en la oficina de él. Que va a pensar él de mí. Pensara que estuve husmeando su oficina."

"¿Y no es así Lety.?"

¡Dios!

Maldita voz que me esta hablando dentro de mi cabeza. Realmente la voz de mi cabeza no me está ayudando que digamos, ya que tiene la razón.

- Yo creo que ya doy por perdido ese maldito arete porque ni modo. - digo hablando sola.

-Ahora habla sola mija- me asusto. Veo a mi papacito parado en la puerta donde era ante mi oficina.

¿Desde cuándo mi padre a estado ay?

-Ay papí. Me a asustado, Jijij. Estaba haciendo unas cuentas aquí- digo mintiendo.

-Mmm.- responde mi padre, diciéndome: yo nací ayer.

- Oye papacito. De casualidad, no has visto un arete como este- señalo mi arete que la tengo en mi mano para que mi padre lo vea- allá en tu oficina.

-Mmm... No hijita, pero si quieres ir a buscar. Mientras yo voy con el zángano de Tomas.

Literalmente hoy no es mi día.

[...]

-¿Lista muchachas?

-¡Sí!- responde toda las del cuartel.