La Bella y La Bestia (MLB)

🌹Amor y Compromiso🌹

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-A eso le llamo un beso mágico.- Dijo Adrien.

-¡Mi Señor!- Gritó Nathalie llorando de felicidad, quien corrió a abrazarlo.

-¡Nathalie!- El correspondió el abrazo de su nodriza.- ¡Maestro Fu!- Exclamo al ver que el anciano también se sumaba al abrazo.

-¡Es un milagro!- Dijo el anciano.

Por su parte los otros tres chicos corrieron a abrazar a la de cabello azabache.

-¡Amiga estas bien!- Lloraba Alya.

-Pensamos lo peor.- Dijo Nino mientras la abrazaba.

La azabache volteo a ver nuevamente a Adrien, aún estaba confundida, feliz, pero confundida.

-¿Pero.....como...?-

-Una hechicera me castigo por mis pecados en el pasado, pero ahora soy libre, libre gracias a ti Marinette.- Le dijo.

-¿Aún tendré que lidiar con tu carácter de bestia?- Pregunto divertida, a lo que todos rieron.

-Ahora debo arreglar asuntos con mi padre.- Dijo el joven rubio de manera firme.

-Espere ¿Usted es el príncipe?- Dedujo Nathaniel sorprendido.

-Lo soy, o lo fui algún día, como dije, tengo asuntos pendientes con mi padre, pero antes.- Dicho esto se arrodillo y tomo la mano de Marinette.- ¿Aceptarías a esta bestia en tu vida? Aún si fui rechazado por mi gente.- Los ojos azules de la chica se cristalizaron

-Claro que si, no necesitabas pedirlo. Te amo.-

Explicaron que tres de los matones que venían con Claude estaban malheridos y apresados, uno murió y el líder escapo. Por el momento no representaban ninguna amenaza.
Fueron hacía la planta baja, en el trayecto, Nathaniel tuvo que confesarle el incidente en la mansión Bourgeuis pero aseguraba que Chloe estaba bien. Marinette le agradeció por haberla salvado, así como ella le tuvo que notificar sobre el fatidico destino de Claude, Nathaniel se mantuvo un tanto distante, pero no guardo rencor. Puede que el Claude hubiera sido malvado, pero aún era su hermano.

Adrien fue a cambiarse de ropas, pues las que tenia estaban rotas y manchadas de sangre, pero esta vez no se puso los trajes ostentoso y elegantes que siempre presumía, si no algo más sencillo y humilde, camisa blanca, pantalón café y botas del mismo color. Fueron camino al Palacio Real, excepto Nathaniel, pues debida volver con su prometida Chloe.

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-No lo olvides, la clave para ser un buen gobernante es la mano dura ante todo.- Explicaba un hombre de cabello rubio muy claro, casi blanco.

-Si tío.- Respondió un joven de cabellos dorados y ojos azules.

Ambos hombres se encontraban en la sala del trono mirando a los invitados,habían decidido dar una fiesta para que encontrar esposa para el sobrino del rey, Felix, quien planeaba ser nombrado heredero al trono. La fiesta transcurría con normalidad, hasta que las puertas se abrieron de repente, sobresaltando a todos, y aún más, quien era el que las había abierto.

-Adrien....- Susurro el hombre de cabellos canosos .

-Padre.- Dijo el con firmeza.- Eh regresado.-