🌹Fantasmas del Pasado🌹

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Los días pasaron y todo el castillo estaba ajetreado con los preparativos de la boda del príncipe con la bella mujer que rompió el hechizo. Todos estaban eufóricos y alegres por la noticia, pues desde que volvió, era un monarca mas justo, mas amable y respetable, ganándose nuevamente el olvidado cariño de sus subditos. Marinette se encontraba en sus habitaciones, mientras le confeccionaban su hermoso vestido de novia.

Estaba muy feliz, el rey accedió a ayudar a los Bourgeuis con respecto a lo del incendio, aunque debido a lo ocurrido hubo que posponer la boda con Nathaniel, pero era lo de menos, ambos se amaban y era seguro que iban a casarse. Al igual que tras la muerte de Claude, por respeto al luto, se debía esperar un tiempo prudencial, aunque Marinette lo había odiado por todo lo que hizo, y sabiendo que fueron sus insensatas acciones lo que lo llevaron a la muerte, por respeto mostró condolencias a la familia, Nathaniel agradeció profundamente el gesto, pues el mas que nadie sabía por todo lo que la hizo pasar a ella y a su prometida.

-¿Puede levantar el brazo?- Pidió Nathalie, quien ajustaba la tela al cuerpo de la futura princesa.

-Claro, lo siento.- Dijo Marinette.- Solo estaba recordando cuando mi familia vino a palacio. Fue muy divertido ver la cara de Audrey cuando el rey anuncio una vez mas nuestro compromiso. Fue una lástima haber estado en publico o yo habría dicho algo indebido.-

-Ay señorita, no diga eso que voy a reírme de algo que no debo.- Dijo Nathalie conteniendo la risa, al tiempo que recordaba como aquella señora se puso pálida y casi se desmayaba.

-No te preocupes, estas conmigo, no le diré a nadie.- Dijo Marinette con una sonrisa de complicidad.

Después de estar media tarde de pie y lo mas inmóvil posible por lo del vestido, la joven azabache decidió salir a caminar y despejarse con algo se aire fresco en los jardines, a decir verdad, no pensó llegar a extrañar tanto los días que paso en el otro palacio, donde solo eran Nathalie, el Maestro Fu, los niños y por supuesto, Adrien, donde ella constantemente leía para el, cuando el aveces dejaba salir a flote ese carácter de demonio que tenía, consecuencia de la falta de amor.

Encontró un hermoso portal de rosas en aquel bello jardín, lucía tan bello con aquella puesta se sol. Se encontraba apacible en ese lugar, demasiado, le pareció ver que los pétalos de rosa hacían danza en el viento, los contemplo, casi de forma hipnótica, como si danzaran solo para ella hasta que sus ojos se comenzaron a cerrar cada vez más y mas.

Sintió una caricia en su mejilla, como una cálida brisa de verano.

-¿Mamá? ¿Papá?- Dijo antes de caer en la oscuridad.


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Adrien terminaba de revisar los últimos preparativos para la boda en su despacho, las invitaciones habían sido enviadas y se ponía al corriente con lo ocurrido en su ausencia por lo que decidió salir a tomar un poco de aire cuando vio por el pasillo una sombra correr sumamente rápido.

Le atribuyó eso a una jugarreta de su cansada mente. Pero luego escucho una risa, una peculiar y conocida risa. Olvidándose de todo, siguió aquella risa por todos los pasillos, la cual cada vez se hacia mas y mas fuerte, hasta que, lo guió a los jardines de rosas, más concretamente, en el centro, donde se encontraba un hermoso portal de rosas. Entonces la vio, tal y como la recordaba.

-Lila.-

-Tanto tiempo sin verle, príncipe Adrien.- le dijo ella.

-Si, después de que me confinaste por años en la forma de una bestia.- Le respondió el con amargura.

-Y dime ¿ Aprendiste algo de ello?- Le pregunto con toda seguridad, a lo que Adrien relajo su mirada.- Además, tu y yo no hubiéramos sido felices de todos modos, pero me alegro que hayas encontrado el amor-

-¿Porque recurrir a convertirme en eso para darme una lección?-

-Estabas tan cegado por el odio y la ambición, esa fue la manera de que vieras a tu verdadero yo. Y que hayas podido romper el hechizo dependía enteramente de ti.- Contesto ella sin miramientos.

-Aun si, sabes que pude haberme quedado así para siempre.- Le reprochó el.

-No del todo, sabes, aveces hay que dar un salto de fe, y yo la tuve en que lo lograrías.- Le dijo ella con una sonrisa.

-Vaya, tan maldito era que me tuvo que caer un hechizo para darme cuenta de mis acciones.- Ironizó el con una risa.

-También sabía que tu primo no era el mejor candidato a rey, hasta tu padre lo sabe, ¿Porque crees que no fue oficial su coronación, aún en tu ausencia?-

Era cierto, desde que se aisló, el rey Gabriel tuvo muchas oportunidades de nombrar legitimo sucesor a Félix, pero hasta la fecha, nada era oficial. Aunque fue un detalle que paso por alto, pues en su cautiverio, daba por hecho que viviría recluido ahí para siempre y Félix gobernaría.

-Por cierto ¿Como te ocultaste? Hasta donde se, toda mi corte estaba tras de ti.- Pregunto al recordar que seguían buscándola.

-Tengo mis artimañas, recuerda que soy una poderosa hechicera, puedo pasar enfrente de ellos sin siquiera levantar una sola sospecha. Pero no he venido a burlarme de ti, ni a amenazarte si eso piensas.- Le dijo la castaña.

-¿Entonces?- Inquirió el.

-A asegurarme que tengas tu final feliz, has pasado por mucho, y a advertirte, el corazón de Félix quedo terriblemente dañado, y es la única persona aquí que desea que no seas feliz.-

-¿Porque no lo conviertes en bestia y ya esta?- Dijo de forma divertida Adrien, aunque en el fondo deseaba que fuera realidad.

-No dudo que también se lo merezca, pero el debe aprender su lección de otra forma, si fuera tan fácil, mucha gente estaría trasformada en bestias, y dudo que tuviera buen resultado.- Dicho esto, ella extendió su mano, cerrada en un puño y al abrirla estaba un pequeño anillo de plata, con una huella de gato color esmeralda.

-El anillo de mi madre...- Susurro el.

-Ella siempre esta contigo, aunque no puedas verla.- Le aseguro con una sonrisa.- Debo irme.- Varios pétalos de rosa se aglomeraron en ella mientras caminaba entre los setos de rosas.- Recuerda Adrien, no olvides lo que realmente eres.- Le dijo con una sonrisa antes de desaparecer entre millones de pétalos.

El joven príncipe se acercó al motón de pétalos en el piso, cuando que vio que se movían, como si hubiera una persona debajo de ellos. Para su sorpresa era Marinette, este se apresuro a desenterrarla bajo la montaña de pétalos.

-¡Marinette! ¿Estas bien?- Le pregunto el preocupado.

-Si...yo.... creí que estaba con mis padres.- Dijo ella con una sonrisa melancólica.- Era tan cálido, me decían que estaban orgullosos de mi y....- Se interrumpió al notar algo extraño, levanto su mano derecha, cubierta por su guante y lo retiro, dejando ver una mano de carne y hueso, en lugar de su mano hecha de metal. La joven no pudo contener las lágrimas de la alegría y abrazo a su prometido. Adrien sabía quien había hecho eso.

"Gracias Lila."



Recuerdo que quise poner a Lila buena para cotar un poco con el cliché xD solo había salido en un capitulo y ya medio fanfic la tenían como villanas de sus historias y boom, llegan capitulos nuevos de MBL y resulta que era más perra de lo que nos hicieron creer xD

La Bella y La Bestia (MLB)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora