🌹Una rosa🌹

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Era la madrugada del día en que el Sr Bougeuis partiría hacia la capital. Su esposa e hijas estaban en la entrada del hall despidiéndose y deseándole mucha suerte.

-Querida, cuando vuelva de la capital te traeré los mejores perfumes que pueda comprar, y las mejores joyas que vea.-

-Querido, siempre tan atento.- Dijo su esposa para después darle un beso.

-¿Y tu mi niña? ¿Qué es lo que quieres?- Dijo dirigiéndose a Chloe.

-¡OHH muchos vestidos! Dicen que en la capital están las mejores diseñadoras. ¡Oh! y un collar que haga juego con el vestido que me compro mamá.- Dijo Chloe entusiasmada.

-Claro mi princesita, te traeré todo lo que me pidas.- Dijo abrazando a su hija. - ¿Y tu Marinette? ¿Qué gustas que te traiga? ¿Vestidos, zapatos, joyas?- Dijo esta vez dirigiéndose a Marinette.

-Solo pido que regreses bien.- Le contesto con una sonrisa.

-Oh, eso es muy tierno pequeña, pero eres a la única que no le traeré nada.- Le dijo acariciando su mejilla de forma paternal.- Al menos pide algo, aunque sea pequeño.-

-Mmm esta bien, tráeme una rosa.- Pidió simplemente.

-Pero querida, estamos cerca del invierno, no encontrare una rosa en estas fechas.-

-Entonces supongo que solo sera el que vuelvas con bien.- Respondió la joven con una sonrisa. El solo le acaricio el cabello de forma cariñosa.

-Vuelve pronto papi.- Se abalanzó Chloe para abrazarlo.

-Te quiero mi princesa.-

Marinette observo con ternura la escena. Ya casi olvidaba lo que sentía cuando su padre la abrazaba. Esperaba que el Sr. Bougeuis volviera pronto y con bien, sin duda Chloe era muy afortunada de tener a su padre.

Fue así como esa mañana partió.


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Marinette se encontraba en el mercado del pueblo, aunque hoy era su día libre en el taller, su tutora le había encargado hacer las compras de la semana. Sin duda aprovechaba que su esposo no estaba para ponerla a hacer trabajos que normalmente se encargaba la servidumbre. Pero ella nunca se quejaba, aunque fuera a regañadientes, no podía ser desagradecida con Audrey, pues a fin de cuentas, le permitía tener un techo y un trabajo, por mas pesada que fuera con ella. Ella no podía aspirar a nada. Lo ideal era casarse y tener una dote. Pero ella no tenía ninguna posibilidad, era huérfana y no tenía dote, además, con su mano metálica, dudaba que pudiera encontrar a alguien, aún si no fuera el hombre más adinerado del pueblo.

La Bella y La Bestia (MLB)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora