Capítulo 2

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Dormí plácidamente hasta que las pesadillas comenzaron. Revivía la misma escena una y otra vez y desperté gritando como un loco y con mi arma en la mano apuntando al aire. Justo en ese momento escuche un fuerte grito en la habitación de al lado, me puse de pie y abrí la ventana, dude sobre si huir una vez más o enfrentar lo inevitable pero yo no estaba preparado para ello así que salí por la ventana y caí sobre un basurero. Escuche un ruido he instintivamente me gire a ver que lo provocaba. No había nada o eso parecía, en un esquina se veía una sombra así que tome mi arma y camine hasta ella y valla mi sorpresa cuando encontré una niña de cinco años, su cabello era rojo carmesí, su piel blanca y sus ojos azules como el océano y estaba muy sucia. De alguna forma lucia familiar pero le reste importancia.

-¿Niña donde están tus padres?- ella no contestó y sólo se pego a la pared y parecía tener miedo, cuando recordé que tenia mi arma en la mano la guarde rápidamente y ella pareció relajarse.

-¿Donde están tus padres?

-No lo se- respondió ahora parada frente a mi.

-Hace cuanto estas aquí.

-Mucho tiempo- respondió mientras jugaba con el dorso de su mano. Me gire para irme pero escuche algo dentro de mi cabeza, una voz ronca y clara.

¡No!

Intente moverme pero mi cuerpo no respondía, sabia lo que esa voz quería pero yo no podía hacerlo, me perseguían y eso la podría poner en peligro. Suspire aceptando mi derrota y me gire para mirar a la niña.

-Ven- ella giró su cabeza a modo de decir que no comprendía lo que decía.

-Te voy a cuidar, ahora ven- ella se acercó a mi corriendo y se quedo junto a mi. Rodee el edificio con la esperanza que mi auto aún estuviera allí y por fortuna lo estaba. La niña subió atrás y se quedo muy tranquila contrario a lo que esperaba. El camino fue tranquilo y apreciaba eso, la niña siempre estaba mirando el paisaje desde su ventana y yo sentía empatía hacia ella en cierta forma.

-¿Cómo te llamas?- pregunto la niña con su dulce y aguda voz.

-No tengo nombre.

-Yo si tengo.

-¿Cuál es?

-Evelyn

-Lindo nombre- volvimos a guardar silencio y cuando mire a Evelyn recordé que su ropa estaba sucia y rasgada y ella estaba sucia. Me detuve en una tienda de ropa y empecé a buscar ropa que le quedaría, contrario a lo que piensan no robe las prendas, las pague y me dirigí al auto donde Evelyn me esperaba con una sonrisa.

-Eve sube al auto- dije con tono dulce algo que hace mucho no hacía. Fuimos a un hotel para pasar la noche y de paso para que Eve se diera una ducha.

-Eve ve a ducharte.

-N... no se hacerlo- en ese momento mire al cielo preguntándome porqué me hacia esto.

-Bien ve al baño, te ayudaré- ella entró al baño y yo me quite mi chaqueta para no empaparla.

El CaidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora