Capítulo 4

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Me decidí por una pizzería y Evelyn estaba muy contenta de por fin poder comer. La niña había pasado por mucho en muy poco tiempo y verla feliz me despejaba y me hacia feliz a mi también. Eve comía la pizza de una forma muy apresurada y algo cómica y  en poco tiempo ya se había llenado.

Salimos de la pizzería y tras de nosotros una Land Rover negra se detuvo y de ella bajaron tres hombres dos eran altos y musculosos mientras que el otro era mas bajo y delgado que los demás.

-Quiero a la niña- soltó sin mas y Evelyn se asustó.

-No entiendo, ella es mi hija- el hombre río con ironía y me fulmino con la mirada.

-Escucha Jackson no soy idiota, se quien eres. Tú eres El Caído el hombre que asesino a su mujer- tan pronto escuche eso mi mandíbula se tenso y una ira increíble invadió mi cuerpo.

-¿Por que la quieres?

-La niña es especial y es mi hija- no me importaba lo que él dijera no se la entregaría, él podria lastimarla y no me lo perdonaría. Mire a Evelyn y ella me miro con un profundo miedo. En ese momento tuve una idea que era arriesgada pero que estaba dispuesto a hacer.

-Al menos dejame despedirme.

-Me parece bien después de todo tú la trajiste aquí.

Me acerque a Evelyn simulando darle un abrazo al que ella respondió.

-Escucha cuando me aleje de ti corre y escondete en el auto- susurre en su oído y ella hizo un pequeño sonido con su garganta. Me separe de ella y rápidamente saque mi arma y dispare en los brazos a los guardaespaldas y al jefe le dispare en un costado y por un momento pensé en asesinarlo por completo pero Evelyn estaba cerca y no quería que me viera como a un monstruo. Sin mas salí disparado hacia el auto, en donde Eve esperaba mi llegada.

-Querida sube al auto- dije mientras miraba que no me siguieran. Arranque de allí tan rápido como pude y cuando me asegure de que no me siguieran me permití respirar mas tranquilo. Eve me observo con sus ojos azules y finalmente hablo.

-¿Tú eres mi papá?

-No Eve pero puedes llamarme así- ella sonrió con alegría y yo también sonreí. Decidí cambiar de auto lo mas pronto posible pero sólo encontré un camión de remolque y sin ninguna otra opción decidí robarlo. Justo cuando me dirigía a encender el motor escuche un camioneta y cuando mire por el retrovisor el corazón me dio un brinco. Corrí a la parte trasera de la cabina y tome a Evelyn en brazos.

-Eve no hagas ningún ruido- ella asintió y se quedo junto a mi abrazando mi brazo. Luego de un tiempo la camioneta desapareció y yo encendí el camión y arranque. Evelyn estaba sentada en el asiento del copiloto y lucia muy cansada pero aún así se mantenía despierta. Pare a un lado de la autopista y ella me miro extrañada, era una niña pero ciertamente no era tonta.

-¿Que pasa papi?

-¿Estas cansada?- ella asintió con la cabeza y yo me pare de mi asiento para llevarla a la cama de atrás. En poco tiempo se quedo dormida y yo continúe con mi camino sin rumbo alguno.

El CaidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora