Capítulo I

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La familia con suerte

La primera vez que Ari tuvo una ligera sospecha sobre la situación financiera real (por llamarlo de alguna manera) de Temo fue cuando escuchó a Juan Pablo hablando con Julita sobre la donación de Pancho a la fundación de su primo. Ari no entendió muy bien, pero al parecer había sido una cantidad muy importante porque Juan Pablo había hecho un alboroto. Claro, para ese entonces, Ari tenía muchas otras cosas en las cuales pensar y las donaciones de la fundación de su primo no era una de ellas. Así que desechó cualquier duda o incertidumbre al respecto.

Sin embargo, la duda regresó cuando le hizo la broma a Pancho sobre haberse ganado la lotería. Temo había sobrereaccionado pero Ari no le prestó demasiada atención, Temo, en ocasiones, hacía eso. Así que, de nuevo, ignoró por completo la reacción de Temo y uno o dos comentarios de Julio.

Pero luego sucedió el atentado de Guido y fue Pancho quién solventó todo su tratamiento, desde su cirugía, sus medicamentos, su hospitalización y todo lo que tenía que ver con su rehabilitación. Así que fue más que obvio que la familia López no era precisamente de una clase media. Tuvo la suficiente confianza de preguntarle a Temo y él termino contándole que Pancho había sido presidente de AVON, una de las empresas de cosméticos más grandes del país.

Ari estuvo tranquilo por un tiempo, pero no dejó de tener la idea de que Temo no le había contado todo.

Lo que terminó de abrirle los ojos fue una inocente conversación con Yolo. Ella había visto el anillo de promesa que Temo le había dado y de inmediato lo felicitó haciéndole un comentario que le intrigo: Es Cartier ¿cierto?

Ari no sabía que era eso de Cartier y cuando se lo dijo a Yolo, ella sólo sonrió y le buscó la marca en el celular. Su anillo era el primero en la página que Yolo había abierto y casi sin querer se dio cuenta de cuanto le había costado a Temo ese anillo de promesa. Casi se cayó de espaldas. Prácticamente Ari podía comprar un coche con lo que había costado.

Pensó que lo correcto era devolverlo, él no podía aceptar algo así de caro por más significativo que fuera. Así que llegó a la casa de Temo decidido a hablar con él de un par de cosas y regresarle el anillo.

Sin embargo, todas sus intenciones fueron abatidas cuando Temo le pidió que escuchara toda la historia de su familia. Desde sus años en la vecindad, el trabajo de Pancho en AVON que significó una nueva vida para todos, incluyendo a Temo que tuvo que dejar a sus amigos para llegar a un nuevo ambiente.

Y fue entonces que Temo le dio la confirmación de que Pancho no sólo había sido presidente de una gran compañía (que eso aún era medianamente manejable para Ari), Pancho y su familia entera eran dueños de AVON, de la empresa de cosméticos más importante de México. La abuela de Temo, Doña Fernanda, había sido una de las mujeres más ricas de México y Ari estaba seguro, que si le rascaba un poco más a la historia familiar de Temo, descubriría que su Tahi tenía un título nobiliario o que era primo segundo del Duque de Salisbury.

Ari aún sentía algo pesado y frío recorriendo su espalda cuando recordaba el que debería ser el verdadero nombre de Temo: Cuauhtémoc Corcuera Torres.

Se escuchaba acaudalado, adinerado... muy por encima de todas posibilidades para un simple mortal como él.

Pero Ari sabía que a Temo poco le interesaba el dinero. Temo había sido criado por una familia que tenía como prioridades el amor, el cariño, la honestidad, la humildad y el trabajo duro. Así que Ari terminó admirando más a la persona que era su novio y más enamorado de él después de escuchar toda su historia. Guardó el anillo porque Temo le aseguró que el precio era lo de menos, pues el dinero no servía para nada más que para compartirse con quienes más se amaba.

MomentosWhere stories live. Discover now