#17 Corpo Réquiem

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Soy Salazar, un enfermo mental, un desquiciado social, basura humana.

Me han dicho de que existe la fe, y eso curará las 54 muertes y 28 violaciones que cometí.
No creo ni en mi cuello, dicelo a mis cortes y marcas en mi cuello y muñecas.

[PLAZA DE SAN MARCOS, VENECIA]

Caminé entre la multitud, mis pies aceleraban y caminaba al ritmo de canción cualquiera, pispeo el sonido del tacón de una mujer, desperté del catarsis, caminaba sin pensar ni estar lúcido hacia la iglesia.

Ahí me recibieron bien los practicantes y variedad de personas.
Tomé mi lugar y me senté para presenciar la misa, no recé ni pensé, totalmente cegado mentalmente.

Me coloqué fuera, en la plaza y comencé a toser sangre, agarré mi pañuelo y me limpié.

Las pastillas que tomaba por mi manía y locura, me hacen sentir como arder en lava y vomitar clavos calientes al terminar su efecto, al menos estaba anestesiado y quería clavar flores en vez de cuchillos

Las lágrimas salieron por la presión del pecho, un ardor gigante en el estómago me hizo sentir mal, me senté en una banca y descansé como pájaro esperando comida y atacar

La brisa golpeó mi cara como una culata y reaccioné.

Era de noche, cuando vi al padre salir a la puerta para cerrar, yo corrí desesperadamente sin razón hacia él y saqué mi cuchillo de hoja doblada como en Zig Zag, una real daga maldita, ambos lados afilados, con la punta presioné contra sus pulmones, saqué la hoja y amenace a su corazón, sangró a presión, la sangre hizo un lienzo en la pared y suelo...

Corriendo, porque vi un pequeño grupo de turistas pasar, sus abrumadores gritos inundó con eco en mi cabeza.

Me escabulli entre pequeños pasajes y tramos de la antigua Venecia.

¿Porqué lo hice?

Mis alucinaciones hicieron ver al sujeto que me ahogó en el canal de la parte más recóndito de Venecia.

Así fue que mi cuerpo se tumbó y bombardeó el piso, me desmaye de la nada sin antes ver como 2 hombres vestidos de traje elegantes y pálidos se acercaban a mí, verdaderos legionarios de la muerte pensé.

Pianta la morte, raccogli la vita

Escuché una voz angelical que excitaban mis orejas, cada vibración me hizo despertar y abrí los ojos.

Estaba yo en la iglesia amarrado con cadenas a la altura del techo, vi a los 2 hombres de lejos, en el suelo mientras se aflojó un poco la cadena y estiró mis brazos hacia arriba y a los lados, la presión de mis costillas me apuñalaba los pulmones y grité a cántaros del dolor, cuando tomé un poco de vuelo y vi hacia abajo un montón de cajas, sillas y madera.

—SUELTENME MALDITOS ANIMALES -grité del dolor y angustia

Cuando vi que uno de los hombres de traje se acerca y sopló a la madera, de esta salió una gran llamarada de fuego, era un asado de fin de semana...

Mi piel y venas ardía, sudaba mucho, deliraba del dolor, la angustia me coqueteaba y el llanto seducia a mis emociones

Gritaba y lloraba de la desesperación, mi piel se carbonizaba, morí de la desesperación y mi sangre se había evaporado.

~Soy Salazar, el hombre que desafió a la Legión.

El burdel de las ParanoiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora