#19 Señora, Usted Me Gusta

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Suelo visitar el café de la Avenida Hilleng, muy bien recibida para estudiantes Universitarios de la zona. Muy transcurrida y un parece un festival de la normalidad de toda ciudad.

Eran las 7:25 p. m. un día lunes por invierno, ingresé a este y pedí un café con leche para quedarme.

En ese momento visualizo con mis ojos una bella dama, una diosa de la inmortal vejez, finas manos y una seria pero sensual mirada, piel pálida.

Es cómo si mi demonio y mi ángel se pelean entre ellos para quedarse con ella.
Estuve decidido de acercarme a ella, sin dudarlo.

-¿Me permite el asiento con usted? -Le hablé con serenidad y calmado

-Por supuesto, qué halago -Me respondió gentilmente mientras revolvió su taza de café

Al acercarme, me pude fijar en una fina y excelente mujer, buenos gustos al vestirse y muy clásica. ¡Dios me salve de sus manos, que las quiero en mi espalda abrazándome!

Decidí como buen galán, coquetearle.

-Es una linda tarde ¿no cree usted?

-Ay, si... Es una linda tarde con una buena charla seria mejor -chupó su cuchara tiernamente luego le lanzó desprevenidamente una sonrisa gentil

Pude fijarme en sus carnosos y bellos labios, una sonrisa que me dejó frío pero anestesiado. Era un deleite su dulzura para mis horrendos ojos que han visto cosas peores...

-¿Me permite su nombre? Yo soy Dylan -Interrumpí mi mirada hacia su labios

-Oh, un gusto Dylan, yo soy Joanna. Un gusto

Me sentía muy cómodo con ella, su presencia y su aroma era agradable
Se estaba oscureciendo lentamente, el cielo era naranja con unas nubes muy parecidas al algodón, era una tarde amorosa, se presenciaba. Esas tardes con amigos, solo o en pareja, esas tardes que caminas al lado de las líneas del tren alejado de la ciudad, una buena banda de jazz de fondo o una simple banda que te haga buena música. Es esa tarde que amo.

Charlamos bastante, de todo tema y cosas de la vida de ambos. No sabía que una fina y hermosa muchacha trabajara en el codigo postal y yo un ermitaño hombre de clase media que estudiara su post-grado aún en la universidad.

Nos despedimos y en eso, ella me dió su número de teléfono en una hoja diminuta.

Nos retiramos del lugar, fui directo a mi casa y me tiré literal a la cama muy feliz a dormir.

Pasó 2 días y yo saliendo de la Universidad, la vi caminando por las afueras de esta y me quedé sorprendido... ¿Esa dulce mujer vive cerca? Si fuese así, que afortunado soy...
Así que el Sábado me decidí invitarla nuevamente al café, pero más temprano y la llamé

-Hola, soy Dylan... El chico de la cafetería del Lunes

-Ah, hola Dylan ¿qué pasa? -contestó

-Ehm, bueno quería invitarte a otro café, donde mismo pero más temprano, así vamos a mi departamento y hacemos o vemos algo que hacer ¿te apetece?

-Ay, vaya... Que gentil ¡Si, si quiero ir!

-¿Qué tal a las 6 p. m en la cafetería?

-Ahí estaré -soltó una risa corta pero coqueta al teléfono

Y colgó ella... La musa que le dedicaba mis poemas, y mis sentidos a su letra

Así que bueno, me preparé como todo galán, ordené el departamento y lo ahogué en perfume al pobre departamento

Llegué puntual... Ahí estaba la bella y la mujer que me deja el corazón latiendo a mil
Bebimos café, hablamos de todo nuevamente ¡Qué buena música escucha aquella mujer!

-¿Vamos a mi departamento? Así estamos mejor, dale.

-Bueno, vamos a ver -me miró sorprendido

Pagué el café de ambos, salimos y nos dirigimos directo al departamento, era una noche cálida y la luna siempre radiando la envidia del sol. Perros caminaban cerca de nosotros y nos mostraba la lengua. Yo los acaricié y respiré hondo, luego sonreí y miré a Joanna muy feliz
Eso de alimentar el amor y mantenerlo como un bebé, es una felicidad, mantener la calma y vivir

Llegamos y la hice sentarse en el sillón.

-Oye, hermoso departamento ah -Comenzó a mirar las cosas que tenía

Joder, parecía un policía buscando un ladrón en una sopa, aun que me agradó su halago.

-Bueno si, es algo que conseguí con esfuerzo -Me senté cerca y nos miramos fijamente

Se sentía una tensión muy buena, algo mutuo y calor de ambos...

Me acerqué a ella y en eso nos dimos un beso...

Fue un lindo y hermoso beso, pero joder que pasó a más, se subió el calor y empezamos a besuquearnos como verdaderos amantes

Le dije que fuera a mi habitación, así fue mientras yo buscaba en un cajón un pack de condones

En eso llego y ella desnuda en mi cama... Su hermoso cuerpo, silueta tallada por dios, bendito sean sus padres de forjarla con buenos valores. Estaba enamorado

Así me saqué la ropa, en cuanto a comenzar el coito, se sube encima mio.
Ambos cuerpos desnudos nos rozabamos sensualmente

Yo rozaba mi nariz entre sus delicados pechos, recorrí su cuerpo con mis manos, deseaba un sexo casual, algo mutuo y sudar como animal...
Ella comenzó a darme besos por mi estómago y bajando, llegando a mi pene, tal comenzó a masajearlo lentamente yo mientras la subí nuevamente a mi, y tal comenzó lentamente el coito.

Así masajeba su piel y genitales, haciéndola gemir con ganas

Ella encima de mi, comencé a penetrarla lentamente mientras yo me acerque a su cuello, le di chupones y le susurré al oído lentamente

totalmente dominada del placer por mi, comenzó a gemir y muy excitada me daba besos, se acurrucaba en mi, en eso me detengo y comienzo a chupar sus pezones, con tal ella me masturbaba lentamente

Mutuamente nos dábamos placer, luego así me di vuelta y le empecé a jalar el pelo mientras la penetraba por detrás, la tocaba seductoramente y así empezó todo.

En eso me mira y en eso sus ambos ojos de color café claro, cambian a rojo intenso, y las pupilas totalmente negras

Estaba asustado, la miré raro. En eso ella me comienza a ahorcar mientras de su espalda salían arañas, serpientes y muchos insectos feos. Al término comenzó a crecer unas alas demoníacas, muy bellas a mi gusto

-Querido, tengo una mente muy retorcida para que me ames, y enamorarse de un demonio es un pecado... Vamos al infierno a llorar -Soltó una risa mientras hablaba con un tono diabólico y retorcido, una puta voz muy grave para una mujer

Yo asustado casi gritando, abrí los ojos muy grandes y en eso ella le crece una uña muy larga, me corta el cuello como cuchillo al pan, sentí un estado de trance.

Sentí mi cuerpo caer al vacío lentamente mientras la veía ella arriba, volando y comiendo cabezas de humano de forma salvaje.

Caí sobre unos picos de piedra, al lado de un río de lava, olía mucho a cuerpo muerto y lujuria a cántaros.
Sentía mucho dolor... Era un caos y aún estaba vivo. La vi a ella acercarse y en eso me patea hacia la lava.

Una agonía y un desorden en mi mente, seguía vivo pero mantenía el dolor irreparable. Estaba muerto en vida, y había muerto el amor.

El burdel de las ParanoiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora