#27 Memorias

15 3 13
                                    

—Han asesinado a alguien, pero no fui yo...

—¿Estas seguro Russo? –Contestó mientras encendió el cigarro

—Sí, yo solo la conocía... si hablamos en el café, quedamos con salir un día

—Tienes mala suerte... –respondió con disgusto por la situación

Es como un peso en la memoria, algo que navega entre la galaxia oscura y marginal, un deseo de viajar sin brújula y nunca volver a la tierra

▪︎¿Cómo murió aquella persona?

[DEPARTAMENTO DE RUSSO]

Se escuchaba una guitarra acústica al lado del departamento de Russo, sonaba muy bien y no se distingue de quién la manipula

La brisa de enero acariciaba la ropa de Russo mientras este colgaba las camisas y pantalones recién lavadas

La guitarra seguía sonando, hasta que se notó que se equivocó y fue un grito al aire la insolencia que lo delató

—¡MIERDA! -lo culminó una voz femenina

Russo sonrió mientras seguía colgando la ropa, ahí se escuchó abrir un ventanal y salió una chica

Ella era de mediana estatura, pelo corto y rostro muy fino, delicado

Miró a Russo e hizo una cara de disgusto mientras encendía un cigarro

Russo quedó viéndola 5 segundos mientras tendía la última prenda y se entró

Se acostó en el sofá y colocó en la radio un CD para relajarse

Estar relajado, es como olvidar que estás vivo o quiebras las leyes. Estar bajo la lluvia y sentir la delicia del pecado, se siente bien

Se quedó dormido... cuando despertó, vió a Damián, su literalmente viejo amigo, un viejo perro blanco adicto al cigarro y licores que te marean al respirar sus aromas, un viejo condenado por el diablo de febrero o la melancolía de abril. Yo fui perdonado.

¿Porqué lo digo? Pertenecíamos a una secta elemental, dabamos nuestras almas por energías que creabamos y según la necesidad es lo que eres

Damián era un elemental sádico y enérgico de caos, no tenía piedad por las otras energías y mataba sin precedente. Niños, bebés, abuelos o gente indefensa. Su razón fue por el daño que le han hecho y su venganza fue como un Animus de 200 años

Russo, es un elemental triste y apagado como una sombra gris, la palabra que lo apagó fue amor, pero lo superó y ahora cometió el error de cruzar el lado devastado de un alma. Conocer los rencores y miedos de otra...

Dormilón, de qué sirve dormir si no vives para dormir... levántate

—Ya, ya... pero cómo haz entrado ¿me rompiste la puerta o le pagaste al conserje? –resfregaba sus puños apretados en sus ojos mientras se estiraba

—O talvez soy un elemental y puedo viajar sin que me vean –respondió con sarcamo mientras caló su cigarro en la frente de Russo

—Ya, si lo pillo. Pero bueno, sabes algo...

—¿Ya vas a seguir con tu mierda de nuevo? Hablale ya a esa chica o que se yo. Yo ya la puse hoy y ayer –respondió mientras movia sus manos e hizo un gesto de brindis

—No, es que todas las mañanas son iguales, lindas, novedosas y especiales, pero todo lo que yo hago está mal, muchos pensamientos para una sola cosa, estoy cansado de vivir en realidad. No tengo conflictos con mi ser, piensan que asi no puedo ser, no cambia nada estar un poco sucio si mi cabeza es perpicaz al suicidio.

El burdel de las ParanoiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora