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Hoy era un día nuevo. Me encontraba en el autobús, pensando en todos los sucesos ocurridos.
Sonreí en mi interior al recordar el golpe que recibió Hwasa; hacía ya un tiempo desde que anhelaba poder hacerlo.
También recordé a Sam Hood, la chica con la que tampoco he hablado mucho pero percibo que nos llevaremos muy bien. Miedo me daba, ya que me dio a entender que haría algo para demostrar quién era ella, sin miedo a las críticas ni humillaciones.
Sam Hood era australiana, su pelo era de color negro y le llegaba hasta la altura de la cintura. Sus ojos eran mieles y por lo que podía observar, poseían siempre un brillo que hacía que te perdiese en ellos.
Comencé a pensar acerca de San... Choi San, creo que no podría explicar cuánto quería a ese chico. A veces me sacaba de mis casillas, haciendo cosas como las del otro día, pero realmente era de las personas que más apreciaba en este mundo. A Wooyoung lo conocí gracias a él. La verdad, no tenía muchas pegas acerca de él, realmente era increíble en todo lo qué hacía.
-Mel, me tienes abandonada.
Me di media vuelta, tratando de no perder mi equilibrio, encontrándome con mi compañera de piso , Kim Juno.
-Joder, tía, pero no es mi culpa si vives en la biblioteca -dije sonriéndole.
Aquella chica era demasiado pura, me refiero a cómo es, a su personalidad. Es realmente dulce, nunca guarda rencores, siempre está sonriendo.
-Bueno, ignoremos lo que has dicho -dijo, realizando una breve pausa.- ¿Y Vesta? Hace días que no la veo.
Joder, tendría que contarle muchas cosas.
-Tenemos que hablar de muchas cosas.
Durante el trayecto le estuve contando todo lo ocurrido; desde los gritos de Vesta hasta el acorralamiento del director.
Nuestra parada llegó, bajamos del autobús y comenzamos a dirigirnos hacia la universidad ubicada enfrente nuestra.
-Tía, es interesante pero ten cuidado, pareces muy entrometida -dijo ella riéndose.
-Déjame, es que realmente han llamado mi atención y cada vez hay más y más misterios -dije ilusionada, aquel tema me estaba empezando a gustar y bastante.
-Dios mío...-dijo ella riéndose.- Mel Holmes te llamaban.
Tras una breve conversación llena de risas y insultos, entramos al instituto, dónde un no tan largo día nos esperaba.
Al llegar a la clase, me sorprendí al ver a San hablando con Park Jimin y Kim Namjoon.
Me dirigí hacia mi asiento, pero había una mirada sobre mí. Park Jimin me miraba con tanta intensidad que podía jurar que me estaba derritiendo ante su oscura mirada.
-Hola Mel.-dijo San sonriendo travieso.
Cabrón.
-Hola..-murmuré acomodándome en la silla.
-Nos enteramos de tu encuentro con Hobi -dijo Namjoon carcajeando.
Le miré indignada.
-Sois todos una panda de bipolares -dije mirándole.
Él seguía riéndose. Pero Park Jimin miraba al suelo, deprimido.
-Jimin... ¿Estás bien?-pregunté, tratando de cuidar mis palabras para no sonar tan dura.
Él levantó su mirada del suelo y me miró fijamente, sus ojos estaban rojos.
Había estado llorando, se notaba en su apagada mirada y la forma en la qué me miraba. Jimin regresó su mirada al suelo y sonrió débil.
-Sí, estoy muy bien -dijo él, entrecortándose en sus palabras.
Namjoon bufó.
-Joder Jimin, tienes que superarlo ya -habló mientras pasaba su brazo por sus hombros.
Jimin asintió, mientras San y yo observábamos aquella imagen.
¿El qué debía superar?
-Cállate Nam, ¿o te recuerdo a Min?
¿QUIÉN ERA MIN?
Realmente mi cabeza iba a explotar, ¿por qué habían tantas teorías?
Nam y Jimin estuvieron retándose con la mirada hasta que el profesor entró a la clase.
La clase transcurrió lenta, pero hubo que me llamó la atención. Nam no paraba de repetirle a Jimin cuánto lo sentía y que trataría de dejarlo claro a un tal "BY" que no tuviese ningún tipo de relación con ellos.
Una vez terminó, recogí mis cosas con velocidad y me dirigí hacia el comedor.
Traté de buscar a Sam con la mirada, pero ella no estaba allí. Desanimada me senté junto Wooyoung.
-Hola Mel -dijo Wooyoung sonriendo, mientras comía su sándwich.
Tenía sus mofletes llenos de comida, se veía demasiado tierno.
Le sonreí, amaba mucho a este chico.
-Hola. Tengo nueva información.
Le conté a Wooyoung todo lo ocurrido ayer, exceptuando la parte de Hwasa. También le conté acerca del extraño comportamiento de Jimin y Namjoon.
-Oh, con qué Min y "BY". Apostaría mi colección de Toy Story a qué eran antiguos miembros de los playboys, pero algo fuerte habrá pasado, logrando que se separen. Seguramente Jimin y "BY" eran realmente amigos.
Me carcajeé, amaba su inocencia.
Giré mi cabeza, el grupo de playboys estaban en el mejor sitio, con sillones. Mientras los demás nos sentábamos en incómodas sillas de plástico.
Rodé mis ojos.
La puerta del comedor se abrió con fuerzas, provocando que todos mirásemos hacia aquella dirección. Oh, por dios.
Sam Hood andaba con pasos firmes, un pantalón corto, dejando a la vista sus largas y delgadas piernas. Una camisa corta, ajustada a su cuerpo.
Su pelo estaba suelto mientras que sus ojos tenían un largo delineador.
Estaba hermosa.
Se acercó hacia el grupo de playboys.
-Esto se pone interesante -dijo Wooyoung a mi lado, mordiendo su sándwich con velocidad.
Sonreí, esa chica iba a ser mi acompañante durante un largo tiempo.
-¿Qué pensabais que me ibas a derrumbar?- dijo Sam riéndose.
La sala se encontraba en silencio, todos prestábamos atención hacia aquel espectáculo.
-Siento mucho si pensabais que sí. Pero solo hay una forma para hacer que me derrumbé, ¿y sabes cuál es? -volvió a decir, acercándose cada vez más y más a ellos.- El dejar de ser yo y el ser humillada por una panda de gilipollas cómo lo sois vosotros. Todos podéis pensar que soy una zorra, muchos otros os habréis hasta masturbado conmigo. Pero, ¿sabes qué? Lo único que habéis conseguido es darme fuerzas, darme cuenta de que soy mucho más fuerte que vosotros.
Ya se encontraba enfrente de ellos.
-Mi nombre es Sam Hood y no dejaré que hagáis daño a quiénes aprecio.
Su risa llenó la sala, era fuerte, sarcástica.
Me levanté de mi asiento y comencé a aplaudir lentamente.
-Os presento el grupo de las zorras, el equipo ganador y al qué no podréis vencer -sonreí.
