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Después del aquel incidente, la conversación había sido remplazada por el silencio, ninguno teníamos una respuesta hacia aquello. La verdad es que nos había pillado por sorpresa.
Pero no pasó mucho tiempo, ya que Bo Yoli se levantó de aquel lugar y me tomó del brazo, llevándome hacia quién sabe dónde.
La había seguido, hasta llegar a la azotea. Dónde me encontraba ahora.
-Te contaré lo de Jimin...-habló, observando la ciudad de Seúl al otro lado de la valla.
[Bo Yoli flashback]
Las lágrimas se deslizaban de mis mejillas con tanta intensidad que parecía que aquellas marcas se quedarían impregnadas en mi piel. No podía evitar el seguir soltando las lágrimas aún habiendo salido de aquella casa.
-¿Amor?
Miré hacia atrás, observando como Jimin me miraba preocupado.
Quería correr hacia él, abrazarlo, soñar que aquello había sido solo un sueño.
-Jimin...-lloré aún más fuerte.-Tan solo déjame, mañana me puedes recoger para ir al baile.
Con prisa huí de aquel lugar como una verdadera imbécil. Joder, Jimin, lo siento, joder.
El día del baile llegó, el día más odiado para mí y el que podía asegurar que sería el peor de mi vida.
Traté de maquillarme lo mejor posible, para así tapar el rastro de lágrimas que había desde mis ojos hasta la barbilla. La noche anterior me la había pasado llorando, desahogándome en las lágrimas tratando de que el dolor pasase lo antes posible.
Miré hacia el espejo, dónde el reflejo de una hermosa chica con vestido corto se hizo presente, pero esa chica no mostraba emociones. ¿A quién quería mentir? Me estaba empezando a odiar de maneras impresionantes. La impotencia de saber el daño que iba a causar me mataba por dentro.
El sonido del claxon sonó a las afueras de mi casa. Bajé las escaleras con velocidad y me despedí de mi abuela, la cuál me debía cuidar a falta de mi padre, que se encontraba ingresado en el hospital por un cáncer.
Una vez estuve en el exterior, me acerqué a su coche. Dónde Jimin sonreía observándome.
Abrí la puerta y abracé a Jimin.
-Te amo.-murmuré contra su cuello, las lágrimas debatían si salir en aquellos momentos.
Jimin me abrazó y me repetía consecutivamente cuanto me amaba, mientras la culpa cada vez se apoderaba más de mí, me sentía mal conmigo misma, a tal punto que gritaría, gritaría todos los insultos posibles hacia mí persona. Pero sobre todo hacia Vesta, puta zorra.
El camino hacia el instituto fue entretenido, Jimin cantaba cada canción que salía en la radio. Pero yo no podía, ni siquiera las palabras querían salir de mí.
Una vez llegamos, nos encaminamos hacia aquel lugar, mis pasos eran lentos, cada vez rezaba más y más que aquel momento fuera alejado de mí. Que nunca ocurriese.
Las parejas bailaban alegremente y Jimin no tardó en convencerme en salir a bailar.
Sus brazos rodearon mi cintura y yo abracé su cuello.
Él era perfecto y yo lo iba a romper. ¿Por qué debía de ser así? Amaba a Jimin más que a mí misma, solo quería ser feliz junto a él.
-Oye, ¿estás bien? -me llamó Jimin preocupado mirando mi rostro.
Una sonrisa débil y falsa apareció en mi rostro.
-Sí, aunque, ¿me traes un poco de agua?
Él se dirigió con velocidad hacia allí, mientras yo lo miraba, las lágrimas caían con velocidad desde mis ojos. Me acerqué a uno de los chicos que se encontraba bailando solo y con todo el descaro del mundo.
Lo besé.
Sus labios se juntaron contra los míos. Las lágrimas caían con cada más velocidad.
El sonido de un vaso de cristal impactando contra el suelo hizo que terminase aquel beso, dirigiendo mi mirada hacia aquel lugar.
Jimin me miraba sorprendido, mientras muchas lágrimas caían de sus redondos ojos.
Mi corazón se estrujó a tal punto que sentí que iba a dejar de palpitar, ¿aquello era tener el corazón roto?
Jimin me miraba con una expresión de decepción, odio.
Y de alejó de aquel lugar. No solo llevándose su presencia, sino llevándose también mi corazón.
[Fin flashback]
-Le rompí el corazón a quién más amaba en este mundo. Le demostré que el amor es falso.-habló Yoli mirando al suelo y sus ojos se cristalizaron.- Por eso es un playboy.
