Yours

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El cuerpo humano funciona de formas extrañas, aunque tal vez solo sea el mío. No lo entiendo del todo. No comprendo cómo es que logro sentirme angustiado y asfixiado cuando no está cerca, entonces aparece y transforma esas emociones en una catástrofe.

Mi mundo entero colisiona mientras Jungkook sujeta la diminuta mano de nuestro cachorro y lo lleva hacia las personas, saludando uno a uno a los invitados.

Taehyung es el único que no se sorprende realmente, en cambio, me envía una sonrisa torcida que esconde diversión. Se está divirtiendo a costa mía.

–¡Conejito!– grita MinJae. Dios, parece ser la única palabra que se ha aprendido. Es estresante.

Tal vez estoy siendo un patán, una mala persona que solo sabe comportarse como un niño para escapar de la realidad. Bien, lo acepto. Pero nadie podría saber la manera en que me oprime los órganos y los retuerce hasta que parecen ser granos de maíz convirtiéndose en palomitas.

Creo que el oxígeno no puede llegar a mi cerebro, si, debe de ser por eso que siento un calor hormigueante que me hace marearme y ponerme tan rojo como una fresa. Soy tan tonto tratando de mantener mi mente, corazón y ojos fuera de Jungkook. Pero es difícil obligarme a no mirarle cada vez que sonríe, cuando abraza a MinJae, o posa su atención en mí.

Es una tortura estar en la misma sala, compartiendo una marca y negándome al lazo que nos une. Supongo que debe de ser igual de complicado para él. Un omega sufre lejos de su alfa, en cambio, el alfa simplemente se desquicia.

Han sido pocos días, pero parece estar más delgado... Yo mismo he dejado de comer con normalidad. Sus uñas están moradas y puedo ver un color cobre en las puntas de sus dedos debido al tiempo en que ha estado sosteniendo un cigarrillo.

–¡Jimin, enciende las velas!– Taemin chasquea los dedos para llamarme la atención. Sacudo la cabeza, dando un incómodo asentimiento al ir cerca de la pequeña ronda que se ha formado alrededor de la mesita.

Miro el pastel con desprolijo glaseado azul que pone "Feliz cumpleaños, MinJae". Tengo el encendedor en mano, me agacho frente a la torta y acerco la diminuta llama hasta cada una de las cuatro velas. Pero cuando las luces se apagan y todos comienzan a cantar la molesta canción que desde pequeño he detestado, solo en ese momento, me doy cuenta de que Jungkook está a mi lado, su hombre rozando tímidamente el mío, nuestro cachorro en sus brazos estirándose para pasarse a mis brazos. De repente todo es demasiado intimido, casero, demasiado como una familia.

Tengo miedo.

Estoy aterrado de ti.

Incluso cuando MinJae se ha dormido y todos los adultos nos encontramos sentados en la sala, bebiendo y conversando en voz baja, me preocupo por su presencia. Y debe haberlo notado porque su conversación con Minho se acaba en cuanto nota mis ojos sobre él, entonces tensa la mandíbula y camina por el corredor hacia la habitación de MinJae.

Suspiro, alto y profundo.

Nunca he disfrutado de las fiestas de cumpleaños, mucho menos de las mías. Pero hay una en especial que ronda mi mente cada vez que ese día llega. Debido a ese recuerdo cada 13 de octubre es una tortura. Todo se debe al primer año que Jungkook pasó con los Park, en ese momento ambos éramos niños resentidos con la vida... ¿Eso ha cambiado?

De todas formas, ese día en mi cumpleaños, mamá se olvidó de comprar un pastel y papá no llegó a casa, seguramente estaba ocupado entre las piernas de su nueva secretaria. Ese día Jungkook tuvo mucha fiebre, llamé a mi madre a su trabajo preguntándole cuando vendría, ella solo me gritó y cuando quise decirle sobre Jungkook, me colgó.

ANIMALS ~ KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora