Stubborn Love

31.6K 4.1K 1K
                                    


No me gustan los problemas, siempre he intentado escapar de ellos, me dejan sin habla y sin funcionamiento. Pero este pequeño niño está de pie frente a mí, haciendo la rabieta que nunca le he visto hacer. Por ello he tenido que jalar de su brazo hasta que se ha dejado arrastrar dentro de la casa, y me sorprende de que a pesar de su escuálido cuerpo, tenga la capacidad de luchar contra mí.

Debería dejarlo encargarse de sí mismo, ya está bastante grandecito para saber qué hacer con un par de minúsculas heridas. Pero soy un tonto, esa es la única explicación que le encuentro a esto.

Jungkook, quien se comporta igual a un animal atrapado, me empuja con sus brazos y mantiene los ojos cerrados. Puedo notar el rastro de lágrimas secas en ambas mejillas, aunque tal vez solo sea a causa de la lluvia.

–¡Jungkook, quédate quieto!

No debería importarme. Es solo un mocoso malcriado que se debe haber caído al jugar en la calle, no soy yo quien debería estar preocupándome, y es cuando pienso lo raro que es el que mamá no esté dando vueltas a su alrededor. Ella siempre está procurando que Jungkook no se haga daño, sobre todo en los días de tormenta, debido a que él los detesta.

Le sujeto por los hombros, mientras los casi inaudibles gruñidos salen de su minúscula boca. Me sorprende que apenas tenga diez años, es mucho más alto de lo que yo era a su edad y, aunque más delgado, tiene la capacidad para pelear y poderme ganar.

–¡Quédate quieto, te harás más daño!

Es lo último que grito y me alegra por fin haberle hecho callar. Me mira con puños apretados, ojos fieros destellando por entre largos mechones enmarañados, que ahora son ondas mojadas.

Suspiro mirando a la ventana, por donde los relámpagos se dejan ver esclareciendo el cielo. Hace falta solo un trueno para que él se aferre a mi cadera. Detesto la sensación que causa, el como a mi columna llegan espasmos y el escalofrió me recorre entero. ¿Por qué le temo a un niño?

–Sube– ordeno señalando la encimera en la cocina y él obedece silenciosamente, pero soy capaz de notar el gesto dolorido en su rostro cuando las heridas de ambas rodillas se estiran volviéndole a sangrar.

Rebusco entre los anaqueles a por el suero fisiológico que papá siempre guarda en alguna parte, también tomo un par de gasas y lo que parece ser curitas de Bob Esponja. Las observo en mis manos recordando las veces en que me he curado yo solo... Tienen esto por él.

–J-Jimin...

–Lo siento, ya voy– me detengo frente a él y comienzo a curar sus rodillas, limpiando los raspones y poniéndole las curitas–. ¿Mamá no debió irte a buscar en la tarde?

–Tuvo un asunto en el trabajo.

–Así que has pasado todo el día solo...– susurró para mi mismo, pero él asiento dándome la razón

Ni siquiera me sorprende. Mamá es una trabajadora social, su último gran oficio fue en una casa de niños sin hogar. Ahora estaba encargándose de un caso en una correccional para menores, sinceramente no me importa demasiado, pero es horroroso ver como tu propia madre se interesa más por la vida de esos chicos... que por la de su hijo.

–Y papá está en cirugía– término por él, quien pestañea alejando las lágrimas de sus grandes ojos negros–. Bien, esto está listo, déjame ver tu cara.

Me sorprende ver su nariz arrugarse y sus cejas fruncirse al mirarme. El corte de su labio parece escocerle demasiado pero se mantiene quieto, a pesar de gruñirme cada vez que me acerco para ver los magullones de su mejilla.

ANIMALS ~ KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora