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02 | bajo el mismo techo

Los nueve chicos y seis de las chicas se encontraban sentados en la sala de la casa, mientras que Anne, Ximena y Lucia estaban de pie frente a ellos.

Si iban a pasar mucho tiempo juntos, en la misma casa tenían que establecer reglas, de las cuales Ximena era la encargada, todos debían respetarlas y quien no las acatara podía irse. La repartición de los cuartos estaba a cargo de Anne, al ser de las mayores nadie le diría que no, y todos respetarían su decisión. Lucy se haría responsable de los calendarios, al igual que las reglas todos debían acatarlos, tendrían horarios para diferentes actividades durante el día.

—Lucy y yo tomamos la decisión que formaremos grupos de cuatro personas para seguir los horarios y como repartiremos los cuartos —dijo Anne sonriente—. Como sabrán la casa tiene cinco habitaciones, así que serán dos parejas por cuarto, estos son dobles y una pareja se quedará con la habitación individual —tomó un plumón y empezó a escribir en una pizarra—. Carlos, Vale, Vic y Lando estarán en la primer habitación.

—No mamita gracias —Lando interrumpió a Anne—, yo no quiero ni ver y mucho menos escuchar las cosas que hace mi hermana con Carlitos.

—No te pregunté si querías, así te toca y te callas —Anne le respondió a Lando, a lo que todos rieron—. En la segunda habitación estarán Max, Alex, Thai y una servidora.

—Yo quiero compartir cuarto con mi hermana —susurró Lucia.

—No —fue lo único que dijo Anne y todos volvieron a reír—. En la tercera Pierre, Anna, Charles y Lucia, en la cuarta Kevin, Nico, Javi y Xime, a lo que nos lleva que la individual será ocupada por los Ricciardo.

—Yo me opongo —Carlos se cruzó de brazos—. Para empezar no quiero que mi hermanita duerma con Daniel y segundo, ella no es una Ricciardo, por su atención gracias.

—Yo me opongo por dos, eso es favoritismo, no solo porque se vayan a casar significa que deben tener una habitación para ellos solos, imagínate que Kaia se coma la torta antes del recreo y que cuentas le entrego a don Carlos, no gracias, yo si le tengo miedo al señor Sainz —dijo Lando asustado.

—Cállate Lando, tu solo repites lo que dice tu novio Carlos —Vale le dio un zape a su hermano—. Es más, ya vete a dormir, ya es muy tarde para ti.

—Suficiente, así quedarán repartidas las habitaciones, sin rezongar y así serán los grupos para limpiar la casa, preparar la comida y hacer el súper —Anne escribió en la pizarra que se encontraba frente a todos.

—Confirmo —dijo Lucy, sentándose alado de su hermana, Thai.

—Ay, que mandona me saliste mini Vettel —Kevin se burló de Anne, claramente en forma de broma.

—Salió igualita que su hermano —dijo Max, poniendo los ojos en blanco.

—Y a ti te encanta —le dijo Charles mientras le guiñaba un ojo.

—Ahora prosigamos con las reglas —Ximena tomó el marcador que momentos antes estaba en posesión de Anne—. Aquí si pueden opinar, y una advertencia para los payasitos del grupo, esto va para Lando, Daniel y Alex, donde digan una regla toda idiota los hago que duerman en el patio.

—Ya se le salió lo mexa a la Ximenita, que se me hace que anoche Hulk no le dio —Carlos dijo esto en español a lo que solo unos cuantos entendieron.

—Que grosero eres Carlitos —le respondió su prima Javi.

—No le dio las buenas noches, venga que mal pensada eres Javiera.

Ximena le lanzó a Carlos el marcador que tenía en la mano y cayó directo en su nariz, a lo que todos los presente se burlaron, la mexicana los miró mal y guardaron silencio.

—Primera regla, persona que ensucie un traste tiene que lavarlo.
—Segunda regla, queda prohibido dejar sus calzones tirados por toda la casa, eso va especialmente para los hombres que son las personas más descuidadas de este mundo.
—Tercera regla, si quieren hacer sus cochinadas por favor avísenle a sus roomies que no queremos encontrarnos con escenas que dañan nuestra salud mental, o mínimo pónganle seguro a la habitación.
—Cuarta regla, la última persona en despertarse tendrá que pensar en una actividad para que se realice durante la tarde-noches

—Vale, ¿algo más mini Pérez? —preguntó Victoria.

—Ahora es momento de escucharles —sonrió y se sentó junto a Kaia.

Daniel se puso de pie, tomó el marcador y anotó unas cosas en la pizarra. —les voy avisando con anticipación que los hombres exigimos tiempo para hacer ejercicio y jugar videojuegos.

—Ya siéntese señora —le gritó Kaia.

—Mejor bésame —Dani sonrió y Carlos le aventó su gorra.

—Bésame está, cabrón —Carlos le sacó el dedo del medio, a veces podía llegar a ser tan inmaduro.

—Basta Carlitos, tienes que aceptar que tu hermanita ya creció y que Dani le da consejos y muchas cosas más —dijo Max, a lo que sus hermanas empezaron a reír.

—Claro que si, seguro —Thai se dirigió hacia Max Emilian—. Habla el hermano que es cero sobreprotector con sus hermanas.

—Estamos todos de acuerdo con Daniel, también tienen que respetar cuando hagamos twitchs —dijo Lando.

—Ajá, ¿algo más que se les antoje a los señoritos? —preguntó Anna, aguantando la risa.

—Si nos pueden tener preparado el desayuno antes de que empecemos los entrenos, estaría súper cool —le respondió Pierre.

—El vato, ni que fuéramos sus sirvientas, mira papito que tienes dos manitos con las que te puedes preparar tu desayuno, y con las de tus ocho amiguitos más ya son dieciocho —Ximena se puso de pie quitándole el marcador a Daniel.

—A veces me pregunto cómo es que las soportamos —habló el pequeño Charles.

—Porque nos aman y te callas —dijo Lucia hacia su novio.

—Xime, dijiste que cuando Daniel, Lando y Alex dijeran una idiotez los mandarías a dormir al patio, espero cumplas porque ya me hartaron —habló Vale, bastante seria.

—Oigan, tenemos que defender nuestros derechos —Kevin se cruzó de brazos.

—Estamos de acuerdo con Magnussen —dijeron Pierre y Ricciardo.

—Ya, hablando en serio ¿quienes van a cocinar? —preguntó Lando preocupado.

—Nos turnaremos, a cómo quedaron los grupos de las habitaciones, así haremos prepararemos comida y limpiaremos la casa, eso facilitará el trabajo —respondió Kaia.

—Una última regla, el desayuno se sirve antes de las nueve de la mañana, en almuerzo será entre las tres y las cuatro de la tarde y la cena a más tardar nueve de la noche —dijo Anne—. ¿Entendido?

—Si, patrona ¿algo más? —preguntó Nico.

—Nada más, ya pueden ir sus habitaciones o hacer lo que quieran, y recuerden es tiempo para meditar, hacer lo que nunca hacen cuando están en competición y pasar tiempo con sus amigos, familia y pareja —recordó Anne antes de irse a su habitación.

—Si mamá —respondieron todos.

Aquí empezaba el primer día de aventura, las chicas esperaban pasar un buen rato con sus novios, disfrutar cada momento y crear nuevas memorias para el futuro.

Por su parte los chicos sólo querían divertirse y tal vez no seguir las reglas que habían establecido, ya saben el dicho, las reglas están hechas para romperse.