—Dame dinero.
—¿Para qué o qué?
—De la apuesta cuando jugamos Mario Kart.
—Ah... ¿Qué vas a comprar?
—Cuando vuelva lo verás, ahora dame dinero.
—¿Cuánto?
—¿Cuánto quieres darme?
—Por mi y te doy mi billetera.
—Bueno.
—¡Oye, no! ¡Damela!
—Dijiste que me la darías, así que la tomé. Vuelvo en unas horas.
—¡Solo– Ay, te odio.
•••
Así como dijo, volvió después de unas horas.
Compró algunos condimentos, vegetales, papel de baño, entre otras cosas que les faltaban con el dinero de Vicente.
Pero, lo que compró con su dinero fueron dulces, muchos dulces, tantos, que tenía una bolsa exclusiva para ellos.
¿Por qué?
Vicente ama los dulces y Solomon lo sabe, por eso los compró aún si a él no le gustaban.
Bueno, un poco, pero no tanto como para comerlos diario, tal vez cada 3 meses.
—¿Dulces?
—Dulces.
—¿Por qué tantos?
—Son para ti.
—Lo agradezco pero ¿Por qué tantos?
—No pienso salir cada tanto para comprarte, así que decidí traer una bolsa exclusivamente para ello.
—Pero tú perdiste, debiste comprarte algo para ti.
Ah, me faltaba decir que Vicente cree que los dulces fueron comprados con el dinero de él por eso le dice eso ¿Obvio, no?
—Oh, lo hice.
—¿Sí?
—Sí, mira.
Y le señaló la bolsa llena de cosas para el hogar.
—Pero... Eso es para nosotros.
—Yo veré como gasto el dinero en las apuestas que hago ¿Va?
—Va...

ESTÁS LEYENDO
El arte de estar encerrados.
Humor《Por cuestiones sanitarias, el país se encontrará en cuarentena obligatoria hasta nuevo aviso. Muchas gracias.》 -¿¡Qué!? ¡No! -No te servirá de nada gritar. -Pero... -No digas nada, tampoco grites, solo disfruta. Él si entendía que estar bajo te...