VI

21 4 1
                                    

¿Qué creen que hicieron al final?

Si pensaron nada, están en todo lo correcto.

Verán, el conformista nunca decidió ni tampoco dio una idea para realizar y el torbellino no quiso conformarse con él mismo tomando la decisión.

Por eso ahora uno tomaba jugo de limón mientras veía un show y el otro jugaba en su celular con un puchero que mostrar.

—Torbellino ¿Qué te parece si jugamos un juego al momento de hacer la cena?

—Me gusta la idea, señor conformista.

—Usted preparará las proteínas, yo los carbohidratos y después haremos... ¿Cómo se dice?

—Arruinaste el diálogo, iba bien.

—Es que se me olvidó la manera de llamar la ensalada de forma ¿práctica?

—No tengo idea ¿Pero qué querías decir al final?

—Bueno, que después haríamos la ensalada juntos.

—¡Que no tenga cebolla!

—Por eso dije juntos, juntos.

•••

La cena fue espectacular.

Simple, rica y fácil de digerir.

Ahora se iban a divertir.

—¡Juguemos Wii!

—¿Mario Kart?

—¡Me pido a Mario!

—Yo a Wario.

—Vas a perder, ya lo verás, ya lo verás.

—Eso debería decirlo yo.

—¿Con qué retandome, eh?

—Así es, te estoy retando.

—¡Ya dijiste! El que pierda deberá gastarle algo al otro, y con algo me refiero a cualquier cosa.

—Muy bien.

•••

—¡Odio este juego!

—No odias el juego, odias perder.

—Oh, no, cállate.

—Mal perdedor.

—¡¿Qué dices?!

—Que no sabes perder. Ahora, tendrás que gastarme algo.

—Ajá. ¿Qué desea su majestad?

—Luego sabrás, por ahora te mantendré en suspenso.

—A veces te odio tanto, tanto.

El arte de estar encerrados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora